Revista En Femenino

“Con la copa, tenemos que olvidar los mitos y tabúes relacionados con la menstruación”

Por Roland
Entrevista con Laura Donaire, redactora jefa de la revista Sexologies 


“Con la copa, tenemos que olvidar los mitos y tabúes relacionados con la menstruación”


¿Conoces la copa menstrual por experiencia propia?
Sí, claro, hace unos cinco meses que la conozco, aproximadamente. La he utilizado en mis 5 últimas menstruaciones.
¿Cómo supiste de su existencia?
Hace aproximadamente dos años que conozco, de oídas, la copa. Una muy buena amiga me explicó que ella había empezado a utilizarla y que le parecía un método fantástico. Era barato, respetuoso con el medio ambiente y cómodo. Desde el principio, me pareció muy interesante lo único que se me planteaba un aspecto que no me acababa de convencer: el hecho de cambiarme la copa en baños públicos que no contaran con lavamanos en la misma estancia que el WC, como pasaba, por ejemplo, en mi trabajo.
Pero, hace unos meses, un experto en la copa menstrual, me dio la solución: tan sólo tenía que llevarme una botella pequeña de agua al cuarto de baño. Así podía vaciar la copa en el inodoro y lavarla con el agua de la botella. También me dijo que podía limpiarla, únicamente, con papel higiénico y no pasaría nada. A partir de ese momento, ¡ya no tenía excusa para no utilizarla! Así que me puse a ello, hasta día de hoy. (mas información: www.cosmetica-sensual.com)
¿Has tenido algún problema a la hora de ponértela?
Sí, al principio me costó un poco, de la misma manera que me pasó hace años cuando empecé a utilizar los tampones. Con la copa, como estaba algo nerviosa, tensaba los músculos de la vagina y me resultaba más complicado manipularla, sobre todo a la hora de extraerla.
Para extraerla cómodamente, ¿has echado de menos el hilo de los tampones?
Al principio, me parecía complicada su extracción porque, me daba la sensación de que, al no llevar hilo, la copa se me iba a colar al interior de la vagina y no iba a poder sacarla. Pero ahora creo que es mucho mejor que no lleve hilo, porque así no se ve nada, ni se ensucia cuando voy al baño. Además, el hilo puede causar muchas infecciones, ya que puede portar bacterias u hongos, sin contar los olores no deseados que genera. De la copa, tengo la versión de pezón, que es muy fácil sacar porque se agarra con los dedos, rápida y cómodamente.
Muchas mujeres dicen que el aplicador también facilita las cosas. ¿Cómo lo ves tú?
Hay muchas mujeres que no utilizan los tampones sin aplicador porque no quieren meterse un dedo en la vagina. Pero esto también depende mucho de la cultura en la que viva cada una. Por ejemplo, en Alemania casi no se utiliza el aplicador y es complicado encontrar tampones con aplicador en las tiendas. Es un asunto de educación y de tu experiencia socio-cultural. Por lo tanto, se puede cambiar poco a poco, sin grandes problemas, porque no es un factor que esté determinado para siempre. Además es solo sangre. La misma sangre –o similar- que emana de una herida en cualquier zona del cuerpo y que, tranquilamente y sin ningún tipo de angustia, limpiamos y esterilizamos con gasas y compresas de tela para curarlas. Entonces, ¿por qué tenemos ese miedo ante la sangre menstrual, cuando no deja de ser la exteriorización de un proceso interior del cuerpo femenino?

Si estás en la calle y necesitas cambiarte la copa, es posible que tengas las manos sucias. ¿Te da miedo que puedas coger alguna infección porque las condiciones no son lo suficientemente higiénicas? Para empezar, ¡no te cambias la copa en la mitad de la calle! Además, casi siempre puedes lavar tus manos antes de sacarla. De todas maneras, la vagina no es un quirófano, totalmente estéril, sino que tiene su flora natural: bacterias y hongos que la mantienen sana y equilibrada. Por eso, lavar la zona íntima 5 veces al día, con un jabón íntimo, puede ser tan perjudicial como no hacerlo ninguna vez durante varios días seguidos. Del mismo modo, si al cambiarte la copa, la vacías y limpias con papel higiénico, sin utilizar agua, no pasará absolutamente nada. En estas cosas, tiene que aplicarse el sentido común y olvidar los mitos y tabúes relacionados con la menstruación. Históricamente, estas falsas creencias siempre han pretendido ensuciar y culpabilizar a las mujeres.
Como decías al principio, ¿piensas que el hecho de tener que cambiarse en el trabajo no convence a muchas mujeres a la hora de empezar a utilizar la copa?
Claro que no les convence. De hecho, a mí, al principio, me costó empezar a utilizarla por ese motivo. Pero la copa la puedes llevar puesta hasta 12 horas seguidas e, incluso, por la noche, de manera que, al final, ése tampoco resulta un problema de mucha importancia. El verdadero problema es la mentalidad del utilizar y tirar que hemos interiorizado, en sociedad. Pienso que justamente aquí se encuentra el punto fuerte de la copa, teniendo en cuenta su aspecto ecológico. Es posible que sea más fácil vivir con la filosofía del utilizar y tirar. Pero, para asegurar que nuestros hijos tengan un futuro en condiciones, deberíamos cambiar radicalmente esta forma de pensar. Reducir, reutilizar y reciclar son tres de las prioridades para el futuro y la copa engloba los tres conceptos.
¿No crees que utilizar la copa no resulta higiénico para muchas mujeres? Parece que un tampón, al ser de usar y tirar, es más limpio.
Al respecto de la limpieza de los tampones y de las compresas, tengo otra opinión. La mayoría de las compresas higiénicas contienen plástico de polietileno, cuya producción es contaminante. Asimismo, la dioxina, un conocido carcinógeno, es un producto derivado del proceso de blanqueado de los tampones que contienen rayón. En los vertederos, muchas de estas sustancias pueden filtrarse al medio ambiente (aguas subterráneas, corrientes y lagos) provocando una grave contaminación e infecciones o enfermedades sanitarias. Y, sobre el tema del usar y tirar, ya hemos hablado previamente.


Gracias Laura para darnos esta entrevista tan interesante!!!

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