Este hallazgo confirma que el dinero no da la felicidad -luego matizo ésta frase- y mucho menos en niños, aunque podría parecer lo contrario. Si los niños tienen fácilmente lo que quieren ¿no deberían ser felices, estar satisfechos y contentos, bien adaptados, y con una alta autoestima? Pues no, los hijos de familias pudientes están experimentando niveles desproporcionadamente elevados de problemas emocionales:
- Entre el 30 - 40% de los 12 - a 18 años de edad tienen síntomas psicológicos preocupantes
- Entre el 10 - 15% de los que sufren de depresión finalmente se suicidan o lo intentan
- El 22% de las chicas tienen una depresión mayor (tres veces el promedio nacional) especialmente si van a escuelas privadas
Muchos padres se confunden y piensan: "¿De qué sirve trabajar para tener el dinero si no se utiliza para dar placer y deleite, especialmente para los hijos?". Otros creen que no son capaces -y les avergüenza- de no poder dar lo "que deberían" a sus hijos. Ambos motivos llevan a lo que a mí me asombra en la consulta, porque oigo mucho esta frase imperativa. "Mamá, cómprame algo" -no importa qué. El "pedigüeño" se convierte en un ser frustrado, de carácter difícil, hosco, mimado e insoportable. En resumen, la tarjeta de crédito en vez de un solucionador se convierte en un creador de problemas.
Algunos personajes famosos fabulosamente ricos -Warren Buffet o Sir Paul McCartney-tienen la cabeza bien amueblada y a sus hijos les han proporcionado estudios para fueran económicamente independientes y autosuficientes. Aunque tenían la ventaja de la celebridad de su padre cada uno de ellos ha conseguido éxito por derecho propio por su talento, desarrollo de habilidades y trabajo duro.
¿Cómo frenar la avalancha de "peticiones de compra" en casa? La forma más sencilla de hacerlo es mediante el uso de una palabra: el presupuesto. Cuando se es coherente hay que explicarle al niño lo que es un presupuesto y enseñarle lo que es la planificación y el ahorro: "No tenemos presupuesto para el nuevo juguete que te gustaría, así que tenemos que hablar y pensar cómo lo haremos más adelante." Este tipo de planteamientos ayuda a los niños de todas las edades a enfrentarse a la decepción, a aprender a esperar y disminuye las posibilidades de que sean unos "gilipollas" mandones.
Referente a la frase inicial, cuando uno ya está asentado y con la espalda cargada de experiencias, hay comentarios inigualables: "El dinero no da la felicidad pero te quita los nervios", el dinero no da la felicidad pero... mucho ya es otra cosa". Finalmente, Bill Gates comentó: "Es mucho más enriquecedor donar el dinero que ganarlo..." -eres un crack, Bill.