Por Juan Teixeira, en un artículo original de Eulixe nos habla de la Iglesia con la que topamos (otra vez).
Las riquezas exactas de las que es poseedora la Iglesia Católica es uno de los grandes misterios de la Humanidad. Pero, sin duda, hablamos de una cifra estratosférica. Los 0,44 kilómetros cuadrados desde donde la Iglesia católica ejerce su poder son también una caja fuerte totalmente inaccesible. La cantidad de oro acumulada y otros materiales preciosos se desconocen. El valor de las miles de obras de arte que acumulan son también a su vez de difícil cálculo. Lo mismo sucede con los diversos entramados económicos y de valores de los que forman parte. Sin embargo, según los expertos en el tema, la principal inversión que ha realizado la Iglesia en el último siglo es muy palpable y medible: el ladrillo. Tan solo en Italia, la Iglesia cuenta con unos 300.000 inmuebles, lo que supone que el 20% del parque inmobiliario del país pasa por sus manos. Según estos datos estimados por el Gruppo Re, publicados en la prensa italiana y confirmados por el propio Vaticano, su valor rondaría el billón de euros. Y esta cifra crece año tras año, puesto que tan solo en Roma, cada año 10.000 testamentos recaen a favor de esta organización. Si sumamos estos datos, con los calculados en el resto del mundo, nos acercamos a una cifra realmente increíble. Tan solo en inmuebles, la Iglesia Católica cuenta con más de dos billones de euros. Según J. Teixeira, hay quien dice que, si juntáramos todas las riquezas de la Iglesia y las pusiéramos a disposición de los necesitados, se podría acabar con el hambre en el mundo. Dos veces. “Como decimos, esta afirmación es imposible de verificar sin acceso a las cuentas oficiales del Vaticano. Pero todo indica a que estaría próxima. Y por eso duele tanto luego escuchar a sus cargos hacer llamadas ‘al sacrificio, a la entrega, al trabajo’ y oponerse directamente a cualquier medida de índole social, como es por ejemplo la renta mínima anunciada el Gobierno. Y más cuando es esta organización que se dice solidaria, la que vive de subsidios públicos y de donaciones privadas, a pesar de ser totalmente autosuficiente y tener en sus arcas una ingente fortuna”.La iglesia católica española es inmensamente rica, no ha sufrido la crisis y además disfruta de un verdadero paraíso fiscal, al estar libre de pagar impuestos, como el IBI, obras, sociedades, etc. La inmensa mayoría de los bienes que están en su poder y de sus cuentas son totalmente opacas (…) Esta situación es ilegítima, injusta y presuntamente ilegal, y ello ocurre con la complicidad y asentimiento de los poderes públicos Durante este año, en el Estado español la propia Conferencia Episcopal (CEE) ha reconocido haberse beneficiado de más de 122 millones de euros como “ingresos del patrimonio y de actividades económicas”. Aunque supone tan solo un 13% de su presupuesto, esta cantidad esquiva impuestos y todo tipo de control del Estado, que reconoce que no sabe ni a qué dedica la Iglesia católica el dinero que recibe por la casilla de la declaración de la renta. Según la CEE, “son ingresos correspondientes al patrimonio inmobiliario, financiero y actividades económicas diversas”. Un dato más que demuestra que tras la ya monumental riqueza visible de la Iglesia, existe otra “Caja B” totalmente opaca y escondida por todos los medios de la mirada pública. Resulta realmente inverosímil que personas que no han trabajado en su vida y que viven de subsidios, hagan un llamamiento al sacrificio por el trabajo y se muestren tan contrarios a una ayuda tan básica que busca luchar contra la pobreza extrema y la desigualdad.