Una cosa, ¿verdad que estos días están resultando un tanto pesaditos? No se si será que ya llevo más de un año sin vacaciones, que ando acelerado como el Hacón Milenario después de que apretasen el botoncito de hiperespacio o por el calor este que hace que hasta las teclas del ordenador parezcan de chicle pegajoso pero ando con el cerebelo derretido – más aún- como los relojes de Dalí.
Vale, estamos en verano y hace calor pero oiga, lo de este año es algo así como si se hubiesen dejado el horno de las pizzas encendido. Hasta los turistas que se amontonan en la playa se quejan de que el agua del mar está caliente como un Sopistant, a lo que los aborígenes respondemos asintiendo y diciendo que ya vendrá el Otoño y pediremos ayuda a Noé para que venga a rescatarnos. No falla, si el agua del mediterraneo está demasiado caliente, al acabar el verano nos llegan las gotas frías y nos ahogamos. Seguro que será así, cada vez es peor a pesar de que los negacionistas se empeñen en decir que siempre ha llovido en Octubre, razón no les falta pero eso de acabar yendo a comprar al súper con el agua por la cintura muy normal no es. Ya verás, ya… yo, por si acaso, voy hinchando la barquita.
Ya ves, es un hecho probado, ando con el cerebelo un tanto fundido de hace tiempo. Igual ha llegado el momento de tirar la persiana, un año más, de cerrar la temporada (y ya van DIEZ años lo que llevas soportándome) y descansar un poco. Recargar las pilas, desconectar, dar un mazazo a la radio que siempre me acompaña y alejarme un poco del mundanal ruido como San Juan de la Cruz, por pura salud mental porque la mollera ya no rinde.
Si te apetece, nos veremos en Septiembre, espero que con energías renovadas y con alguna novedad porque, oye, ¡diez años no los cumple cualquier blog! Te espero, te espero con alegría, os espero a todos. No pasaré lista pero de verdad que me alegraría saber que nos reunimos todos de nuevo en este viejo café. Ya sabes, en la mesa del fondo, la que tiene la luz fundida. Muchas gracias, un año más por acompañarme.
Cuídate, disfruta, desconecta del ruido y recupera los lazos contigo mismo y con los tuyos. Lo necesitamos todos.
BUEN VERANO!