El decreto de Estado de Alarma del pasado marzo, un inicio de curso escolar atípico a partir del pasado 8 de septiembre, el menor tiempo de exposición al aire libre y el uso masivo de los ordenadores y dispositivos digitales, unido a otras medidas higiénico-sanitarias, se ha hecho notar de manera muy llamativa en la conducta de niños y adolescentes. Se ha pasado de la generación centennials (también denominada Z) a la generación alfa, chicos hiperconectados.
Las conclusiones, que ya las habéis vivido en vuestras casas con vuestros hijos, son del reciente estudio que la plataforma Qustodio, pionera en control parental de usos de los dispositivos y de seguridad y bienestar digital para las familias.El informe se ha elaborado, el pasado octubre, según una encuesta realizada a 1.000 padres de niños de edades comprendidas entre los 7 y los 15 años de edad de cinco comunidades autónomas sobre tres ámbitos: personal, digital y educativo y se desprende de él el cambio de la realidad de los menores.
Efectos del antes y el después de la generación COVID
Según el estudio, hay algunas conductas que han cambiado y mucho. Lo que más ha variado, según las familias encuestadas, ha sido en el terreno de las relaciones sociales (85%), seguido de la educación (82%) y de la actividad física de los chicos (71%) -este último apartado, que ha afectado más a los niños que a las niñas, ha conllevado al aumento de peso, incluso a la obesidad prematura, ya que el consumo alimentario apenas ha cambiado-; 7 de cada 10 familias aseguran que sus hijos practican menos ejercicio que antes de la aparición de la pandemia.
Tres de cada 10 menores: mal humor y agresividad
Hay otros factores a destacar, como el hecho de que en 3 de cada 10 menores se haya hecho notable la falta de concentración y, en parte, como consecuencia de ello, el mal humor y hasta la agresividad. También se han dejado notar, en un 18%, los problemas de sueño y, en un 13%, la depresión o la baja autoestima (7%). En definitiva, niños menos motivados, que, además, han pasado menos de una hora al aire libre, el tiempo que los pediatras aconsejan como mínimo (en el caso de Madrid se ha notado en mayor medida (40%), sobre todo frente al tiempo que han estado los peques fuera de casa en el País Vasco (87%), que han superado esa hora de media).
El tiempo de exposición digital ha cambiado, y mucho
Aparte de salud física y emocional, donde el tiempo de confinamiento y las medidas preventivas han dejado más huella ha sido en el tiempo de exposición digital. Por ejemplo, seis de cada diez familias reconocen que la pandemia ha llevado a una adicción a las pantallas, que en los datos del informe de Qustodio se refleja en un 70%. Por otro lado -lógico en el caso de las clases online o combinadas (online y presenciales, sobre todo en la educación de Secundaria-), queda claro que en 1 de cada 3 hogares se ha comprado, al menos, un nuevo dispositivo digital: un 14% en ordenadores, un 12% en tablets y un 6% en smartphones.
Pero, independientemente del uso educativo, ha habido un aumento importante en el número de altas en plataformas de entretenimiento y ocio, encabezado por Netflix (15%) y seguido por Disney + (12%). Es algo que preocupa a los progenitores; según la encuesta, el 11% de ellos piensa que sus hijos han tenido acceso a contenidos inapropiados. Y en este caso, más las niñas que los niños. Pero, en cambio, solo un 2% de las familias encuestadas cree que sus hijos han sido víctimas de ciberbullying, aunque la preocupación de los padres va en aumento.
Pautas de experta para el uso de dispositivos
Según la psicóloga María Guerrero, experta en familia y tecnología y en gestión de emociones, "la paternidad es responsable del uso de estos dispositivos. Hay que hablar (a los chicos) con normalidad, no ocultarles nada, y, en todo caso, establecer unas pautas en el uso del tiempo: descanso, tiempo en familia... También hay que predicar con el ejemplo, ya que muchos de los padres teletrabajan. Por otro lado, antes de que se vayan a dormir hay que alejarlos de las pantallas; los cuentos, por ejemplo, mejor leídos o inventados ",
Señala la especialista que " tanto madres como padres se deben adaptar a esta nueva normalidad lo mejor posible, ya que sus hijos serán el reflejo de su autogestión (...). Una mala gestión de la emociones puede generar mal humor y agresividad y provocar alteraciones del sueño (...). El miedo y la incertidumbre pueden acabar en desórdenes psicológicos, como ansiedad, depresiones e incluso agorafobia".
Lo que está claro es que, mientras que en los 37 estados pertenecientes a la OCDE el uso de internet se elevó al 60% durante la pandemia, en España esta actividad entre los menores de la generación alfa creció hasta el 180% desde el cierre de los colegios. La educación híbrida o combinada (presencial + online) ayudará a reducir su uso, pero debemos ser conscientes de que el control está en nuestras manos; pongamos de nuestra parte.