Con la pata, de nuevo, en alto

No se lo van a creer pero nuevamente mi suerte parece haberme abandonado. Un agujero en una plaza de Castellón ha provocado un nuevo esguince en mi cuerpo. Vuelvo a estar inmovilizada y con este calor que hace en Valencia, la desesperación se adueña de mi ser de una manera que, a veces, hasta me da miedo. La pantalla de mi portatil ha petado y me encuentro de nuevo en el estudio, abandonado desde que el portatil entro en nuestras vidas, conectada al dinosaurio, un Pentium IV que me he resisitido a tirar estos ultimos años. La verdad es que está bien recuperar de nuevo este espacio casi olvidado con vistas a la calle y a mi magnífico balcón lleno de plantas. Una delicia. Otra vez me veo como James Stewart en La Ventana Indiscreta, observando por esta ventana. Ahora, en Valencia se está nublando en tiempo record y por el calor asfixiante que hace, va a caer una buena. Ya oigo los truenos. Me encantan estas tormentas de verano, sobretodo cuando estas al lado de la persona que amas. Bueno quiero pensar que voy a tener más tiempo para este espaciomedio pero ya se sabe que el estar ocioso es lo peor que le puede pasar a una persona. A veces es imposible hacer nada.