Revista América Latina
Toby Valderrama y Antonio Aponte.
Las buenas intenciones del gobierno de construir el Socialismo teniendo como intermediario económico a la burguesía no están dando el resultado esperado.
El diálogo, viga maestra en lo político, no termina de arrancar, al contrario, cada día se muestra más estreñido. Parece que tenían razón los que proponían que el diálogo debía ser entre revolucionarios y con el pueblo chavista.
En lo económico seguimos empantanados detrás de índices capitalistas que nos cuestan muchísimo en conciencia revolucionaria. Nos alegramos si las páginas web, que ayer eran ilegales, le dicen al Banco Central el precio del dólar, si éste subió o bajó.
El problema principal de la economía sigue incólume: sustituir a la burguesía como intermediario económico, como actor principal de la economía. Mientras, incomprensiblemente, sea la burguesía la que mueva la economía, la que abastezca o desabastezca, la que importe, la que decida la calidad del consumo e imponga las expectativas económicas, mientras tenga la capacidad de este chantaje, decidirá ella también la política, intentará apoderarse del gobierno, no justifica que extraños le administren. Mientras esto sea así, el único diálogo que entenderá el burgués será la salida del gobierno revolucionario, su entrega sin condiciones, que se desdibuje definitivamente.
El diálogo desembocó, era inevitable, en captura de la vanguardia de la burguesía, de los que dieron la cara en la primera ofensiva violenta, de los acaldes más conspicuos. Simultáneamente, se intenta allanar a mariacorina, vocera de esta vanguardia. La oposición defiende a su destacamento de vanguardia, en masa cierra filas con sus oficiales, llama a marchas, los oligarcas más astutos pasan a otra etapa: el diálogo con mediación, como lo hace el ahora dominicano Cisneros, cuando propone (¿o da la orden?) la mediación del peligroso bergoglio, quien antes apoyó los genocidios del cono sur y ahora es Papa con un barniz de mansa ovejita.
Es buen momento para rectificar, para corregir el fondo que da origen a la política que desarrollamos. Es necesario entender que el fin de la burguesía, que está intacta, fortalecida, aumentada con las medidas del gobierno, es derrocar el gobierno revolucionario, este es el objetivo de toda la burguesía.
Es necesario entender que con la burguesía no vale diálogo, manos extendidas, carantoñas, ella sólo entiende o la entrega total o el enfrentamiento total.
Por último, es necesario entender, mientras aún hay tiempo, que la principal labor del gobierno en estos momentos, es LA UNIDAD, pero de las fuerzas revolucionarias, discutir adentro, fortalecer a la masa chavista, dotarla de razones sagradas por la cuales luchar, que, por supuesto, no son las materiales. Diferenciarnos del capitalismo, mostrar con fe el Socialismo, no como una imagen retórica sino como el único sistema capaz de resolver los problemas del individuo y de la sociedad. Que la masa sepa diferenciar lo que es Socialismo de lo que no es Socialismo, y que por eso valga la pena luchar y vivir.
Sólo así conseguiremos rescatar la pasión que nos fortalezca para enfrentar la ofensiva burguesa que es inevitable.
¡Viva Chávez y su legado original: el Socialismo!