Revista América Latina

Con la reunión en miraflores, ¿dónde quedó la talanquera?

Publicado el 01 marzo 2014 por Jmartoranoster

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

La reunión en Miraflores fue la imagen visible de lo que a hurtadillas se estaba preparando contra la Revolución en el último año. Pasará a la historia como símbolo de la entrega por parte de la pequeña burguesía, de sus últimos jadeos revolucionarios.
La pequeña burguesía es una clase sumisa a la burguesía. Su vida, su política, sus anhelos, son servir al amo burgués. Que la aprueben, que la acepten y, algún día, ser como el amo: vestirse como él, comer igual que él, poseer sus mismos símbolos de poder. Por supuesto, cuando arriban al gobierno dan piruetas, sacrifican todo para colocarlo al servicio del amo.
Ahora queda clara la necesidad que tenían de falsificar el Plan de la Patria, debían adecuarlo a la entrega de la Revolución, torcer el rumbo que señalaba Chávez. Pero la pequeña burguesía perdió la vergüenza. No conforme con falsificar el Plan, ahora lo ocultaron, le dieron la espalda claramente.
La pequeña burguesía vive una tragedia: su naturaleza le impide avanzar hacia las metas que nos legó el Comandante, hacia el Socialismo. Pero, simultáneamente, debe mantener la apariencia de Chavismo, es decir, de Socialismo. Esa es la clave, el disfraz para usurpar un poco de apoyo popular, para justificarse. La apariencia de Chavismo le cuesta un dinero, un trozo de renta que los burgueses quieren para ellos, ese botín es el centro de la disputa. Al no tener dinero disponible para saciar las expectativas consumistas de la masa, debe, inevitablemente, reprimirla.
Esta contradicción dramática entre la necesidad de entregar la gestión a la burguesía y la imposibilidad de hacerlo sin perder el disfraz, sin traicionar al legado que le dio origen, la conduce al sarcasmo de apelar a una paz imposible mientras exista capitalismo.
Monta un espectáculo que a pocos engaña, donde en el altar de la falsa paz sacrifica sucredibilidad y muestra con claridad que asombra la verdadera razón de toda la parafernalia: ¡La economía! El gran dilema de acabar con el capitalismo o entregarse a él. Se arrodilla frente a los empresarios de siempre, hasta los dirigentes obreros llevaron a la piedra de los sacrificios la nueva ley del trabajo.
lorenzo mendoza, habló fuerte: “La empresa privada es parte de la solución de los problemas del país”. Y pidió una Comisión de la Verdad, enfiló contra el Plan de la Patria, contra la economía del Comandante… y el Socialismo calló, nadie lo defendió, nadie defendió al Comandante, sacaron de ese salón su pensamiento, hasta su imagen. Nadie le dijo a mendoza: “Ud. es un ladrón del trabajo ajeno, enemigo de la humanidad, contra Ud. luchamos, no puede haber paz mientras exista el capitalismo”… ¡No! No hicimos eso, al contrario, formaremos la comisión de la verdad, como si el Socialismo fuese un crimen.
Otra vez la pequeña burguesía extendió la mano y otra vez será rechazada por la burguesía, que no acepta más administradores que los que ellos designen. Mientras tanto, ¿qué deben hacer los revolucionarios?
Una idea es hacer un gran evento de los Socialistas, invitar a delegados de todos los sectores socialistas, algo similar a lo que pasó en Miraflores pero de signo contrario, reivindicando la Paz verdadera, la fe en el Socialismo. Al acto final se invita al Presidente Maduro, allí se le explicará que ese camino de maridaje con la burguesía es el de su propia destrucción… tal vez aún no sea tarde, quién sabe, quizá alguien pueda convocar a este evento, a lo mejor los difamados Colectivos se empinan sobre la situación y lo convocan.
Por último, con este salto de talanquera, con este develar de su verdadero carácter, la pequeña burguesía necesita fabricar un enemigo y satanizar a los que señalen la traición.
¡Viva Chávez!


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