El malogrado Charlton Heston, actor y durante años presidente de la Asociación del Rifle estadounidense, dijo en una ocasión: “Este es mi credo. No hay buenas armas. No hay malas armas. Un arma en las manos de una mala persona es algo malo. Cualquier arma en manos de una persona buena no es amenaza para nadie, excepto para la gente mala". Parece ser que el base titular y jugador franquicia de los Washington Wizars Gilbert Arenas también abraza ese credo. Lo bueno es que el alto comisionado de la NBA, no.
David Stern, acaba de anunciar que Gilbert Arenas ha sido suspendido de manera indefinida (y sin sueldo) por tener armas de fuego en su taquilla del vestuario. “Aunque está claro que las acciones del señor Arenas tendrán como resultado en última instancia una suspensión sustancial, y tal vez algo peor, su actual conducta me ha llevado a la conclusión de que no está en condiciones de salir a al cancha en un partido de la NBA”, sentenció Stern.
Todo esto viene después de que el pasado 1 de enero el diario “New York Times” publicara que los jugadores de los Washington Wizars Javaris Crittenton y el propio Arenas se apuntaron con sendas pistolas tras una acalorada discusión. Por suerte la cosa no pasó a mayores. Arenas ya estaba siendo investigado semanas atrás por la NBA por posesión de armas y el propio jugador reconoció que “tenía un arma en casa y tras nacer mi hija decidí que no quería tenerla al alcance de niños y por eso me la llevé al vestuario”.
Tras el altercado con Crittenton, el hecho colmó la paciencia de Stern sucedió ayer mismo en Pensilvania, antes del partido que enfrentaba a su equipo con los “Sixers” de Filadelfia. Sabiéndose el centro de atención de los fotógrafos, al bueno de Gilbert no se le ocurrió otra cosa que sonreír mientras apuntaba a los periodistas con su dedo índice simulando una pistola. Jugando es un crack, pero luces no tiene demasiadas.
Por último, cabe decir que la NBA no prohíbe a los jugadores poseer armas de fuego, siempre y cuando estén bajo la legalidad, pero no les permite llevarlas consigo a las canchas, a los viajes o realizando cualquier actividad relacionada con el baloncesto.