Con las portátiles a cuestas.

En esta vida hay dos cosas que realmente me tocan las narices: los juegos con framerate inestable y la gente que menosprecia las consolas portátiles. Y tú no tienes ninguna carátula en la cara, listillo. Hoy vengo a hablaros de las videoconsolas portátiles y de lo importantes que resultan para tantos jugones como yo.

Lo más lógico para comenzar sería comentaros el origen de esto del nacimiento del juego en cualquier parte y como fue evolucionando a lo largo del tiempo.

Todo ocurrió con la llegada de la Game & Watch al mercado nipón en el año 1980. Las Game & Watch eran maquinitas en las que solo podías disfrutar de un juego en cada una de ellas. Aún recuerdo cuando encontré una Game & Watch de dos pantallas del primer Donkey Kong en casa de mis abuelos (pertenecía a mi tío). Pobre infante ignorante de mí que se rió de ella alegando que era una burda copia de una DS. Y ahora sé que valen millones.

Forgive me, uncle.

El bombazo llegaría casi una década más tarde (en el año 1989 en Japón) con la majestuosa e imperecedera Game Boy. Este sistema contó con miles de cartuchos con juegos tan memorables como Tetris, Super Mario Land o los primeros Pokémon. Su elevado peso de casi 400 gramos o su tamaño que era de todo menos portátil no frenaron sus increíbles ventas. Decir Game Boy es decir entretenimiento allá donde vayas. Y eso es un auténtico hito para Nintendo.

Llegarían más tarde las revisiones y actualizaciones en forma de Game Boy Pocket (mucho más cómoda y ligera), Game Boy Light (con pantalla iluminada), Game Boy Color y Game Boy Advance (con sus revisiones de SP y Micro).

Digamos que todas las actualizaciones de la Game Boy (Game Boy Color y Game Boy Advance) supusieron unos incrementos de potencia suficientes como para traer nuevos títulos con mejores gráficos y sonido. Pero no fue hasta la Nintendo DS cuando la empresa de Kioto volvió a revolucionar la industria a base de innovar con algo nunca antes visto.

¿Y es que quién no se acuerda de su primer contacto con tan magna Dual Screen sujetando por primera vez aquel stylus? 

El público respondió con un récord de ventas histórico y la consola pronto llegó a todo tipo de públicos gracias a su extenso y variado catálogo de juegos.

Pero la DS no estuvo sola.

Así todo hubiese acabado mucho más rápido.

La gran compañía Sony de las Playstation no permitiría que Nintendo volviese a reinar en territorio portátil con tanta ventaja como siempre. Sony lanza en diciembre de 2004 (tan solo unos meses más tarde de la llegada de la NDS) su flamante PSP en el mercado nipón.

Playstation Portable ofreció una consola de una potencia abrumadora nunca vista hasta la fecha en versión movible. Además de juegos de asombrosa factura técnica para disfrutar en cualquier parte, la PSP ofreció en su día el camino a seguir por todos los gadgets y cacharritos que podemos ver hoy en día. Y es que las capacidades multimedia (mejor o peor aprovechadas por algunos) de la maquinita supusieron todo un hito teniendo en cuenta que salió hace más de siete años. Si bien al principio contaba con la posibilidad de reproducir música en una amplia variedad de formatos, reproducir vídeos y películas en calidad DVD y navegador de internet, pronto se introdujeron nuevas prestaciones como lo fueron la cámara de fotos y vídeo y el GPS (con accesorios adicionales que se conectaban a la consola).

De este modo las contemporáneas PSP y NDS se diferenciaron lo suficiente como para ofrecer productos diferenciados y embaucar a distintos tipos de público. La potencia bruta y el multimedia de PSP frente a la innovación e imaginación desbordante de la NDS.

Desafortunadamente la piratería y el temor al fracaso en ventas por parte de las third parties drenaron el desarrollo de la pequeña de Sony durante gran parte de su ciclo de vida.  Parece que la NDS corrió mejor suerte convirtiéndose en una auténtica superventas y contando con el apoyo de las desarrolladoras hasta el final.

Aunque últimamente estamos viviendo una segunda edad de oro con la negrita de Sony gracias a títulos del calibre de God of War: Ghost of Sparta, The Third Birthday o Dissidia 012 Final Fantasy. Y grandes juegos están todavía por llegar como Final Fantasy Type-0.

La única verdad irrebatible es que solo Sony ha sido capaz de plantar cara, de haber estado mano a mano a una gran Nintendo que todo lo sabe sobre videoconsolas portátiles.

Hoy en día todo el mundo (asiduo o no de videojuegos) se acuerda de haber jugado al juego de la serpiente o al Tetris en su viejo móvil java. Esto fue solo un pequeño comienzo.

En pleno año 2007, el gran visionario y presidente de Apple, Steve Jobs, anuncia la gran revolución que cambiaría la historia de la tecnología para siempre: el iPhone y sobre todo su gran tienda de aplicaciones App Store anunciada a mediados del año siguiente. Y es que comprar juegos desde el mismo terminal por unos 0.79 euros es placentero para todo tipo de públicos.

Temblad, mortales.

La popularidad del sistema de aplicaciones creció a una velocidad vertiginosa y rápidamente pequeñas compañías e incluso desarrolladores amateurs publicaron sus pequeños juegos. De este modo superventas como Angry Birds o Fruit Ninja han cosechado millones y millones naciendo desde la humildad.

La cosa ha ido tan bien estos últimos años con este sistema de entretenimiento que ahora todos los móviles, tabletas, reproductores y demás se atreven a mover juegos con más o menos suerte. La calidad de estas aplicaciones también ha crecido de modo exponencial y ahora podemos encontrar auténticas bestias como lo son Infinity Blade o 9mm.

Compañías de dudosa reputación como Gameloft (por su sistema de “copiar-pegar” juegos de otras compañías) han quitado una gran parte del pastel en el mercado a Sony y a Nintendo, quienes se han visto realmente preocupadas (por mucho que a veces lo negasen en algunas declaraciones) por las migraciones de usuarios a un nuevo mercado más casual y efímero.

Afortunadamente para todos Nintendo y Sony anuncian sus nuevas portátiles en 2010 y 2011 respectivamente. Nintendo 3DS y Playstation Vita. Productos muy continuados de sus anteriores ofertas pero mucho más actualizados.

Después del batacazo en ventas de Nintendo 3DS debido más que nada a un precio quizás excesivo para la tecnología que ofrece, Nintendo decide rebajar 80 euros el precio de la consola hasta situarla a 170 euros. La otra gran pega está en su pobre catálogo de must haves donde solo citaría Super Street Fighter IV 3D Edition y Zelda Ocarina of Time 3D. Pero los grandes están por venir y es una consola que merece mucho la pena para un humilde servidor.

Como también está por venir la gran promesa que desbancará a iPads y demás tabletas en cuanto a videojuegos, la PS Vita, cuyos 250 euros merecen la pena como para comprar solo su procesador de cuatro núcleos. Todo un sueño.

Como para soñar en cualquier parte.

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