Revista Cine

“Con licencia para criticar: Skyfall”

Publicado el 05 noviembre 2012 por Elvolumendelaarmonia @elvolumendelarm

50 años han pasado desde que el archiconocido agente al servicio de su Majestad llegara a nuestras pantallas. James Bond regresa para celebrar su medio siglo de licencia para matar en una entrega en la que MGM, a pesar de los rumores de cancelación de la película por problemas económicos, ha apostado fuerte para tan esperada fecha. La contratación de un reputado director como Sam Mendes, cuya habilidad para dirigir diferentes géneros ha sido hasta ahora excelente, y de intérpretes de la talla de Javier Bardem o Ralph Fiennes que se suman a Daniel Craig y Judi Dench, son a priori un cartel de presentación a la altura de las circunstancias.  ¿Habrá cumplido con las expectativas?

Difícil resulta quedarse con un único veredicto. Si MGM ha arriesgado a la hora de producirla, no menos aquellos que han creado el filme. Si Casino Royale cambió el concepto que tenemos de una película de James Bond, en Skyfall la transformación es radical. Sam Mendes declaró en diversas entrevistas que de pequeño a él le encantaban las antiguas películas de 007, pero que al verlas a una edad adulta les parecía malísimas. Para él la última de Bond dirigida por Martin Campbell fue un aire fresco para la franquicia, no así Quantum of Solace, que debido a un guion deficiente a causa de la huelga de guionistas en Hollywood, borró la bases que sentó la primera película de Daniel Craig. Su objetivo, por tanto, es devolver aquel cambio a la saga.

¿El resultado? Como thriller, se deja ver, como filme de 007, una decepción. Esta película no es James Bond, en el peor sentido posible. Si Quantum of Solace fue una obra fallida por el exceso de acción bajo el manto de un guion hueco, Skyfall lo es por su exagerada sobriedad.  Demasiada para un universo que no pide eso, ni para un guion que no es suficiente para tales pretensiones. Parece como si el cineasta inglés hubiese dirigido una película con algún guiño a la franquicia, no aquel proyecto que buscaba rencontrarse el prototipo del agente protagonizado de por Daniel Craig.

De su actor principal, el sexto en interpretar al agente, me reafirmo en la impresión que me ha dado siempre: no encarna a un buen James Bond desde el punto de vista cinematográfico. Puede que sea el más fiel a la novela de Ian Fleming, pero de todos es sabido que el universo de 007 se sale de la literatura, y que probablemente el poso que ha dejado sus novelas es inferior a la de sus películas en nuestros días. Curiosamente es el actor que ha recibido las críticas más favorables de los tres Bond que más se han acercado al de la novela. Timothy Dalton, y especialmente George Lazenby, tuvieron más detractores que él. ¿Por qué buscaron a un actor totalmente radical, para que no le comiese la tostada Jason Bourne? Quién sabe. No obstante, es un actor que me gusta y hace lo que puede en un papel que no le pega.

Javier Bardem interpreta a un villano interesante, punto. Es mejor que el de la anterior entrega y tiene el carisma suficiente como para agradar al respetable, pero poco más. La cantidad de halagos que ha recibido Silva me parecen exagerados, amen que es imposible no compararle con la forma que tenía el Joker de Christopher Nolan de causar sus fechorías. ¿Es lo mejor de la película? Sí, pero no por eso le hace ser brillante –y para colmo, sólo aparece en “un tris”, y mira si es larga Skyfall…-.

Y en cuanto a la “chica Bond”… Esperen, ¿es que no hay “chica Bond”? Efectivamente, no la hay. Sí tenemos a M en su aportación más relevante de todas las películas de la saga. Se me hizo pesada, ya que sus chascarrillos dan para unos minutos, no para que cope gran parte del metraje. ¿Recuerdan la primera conversación con Bond en Casino Royale? Pues imagínense  eso durante tres cuartos de hora. Lo poco agrada, lo mucho cansa. Ralph Fiennes cumpliendo, como siempre.

Sobre los guiños, una de cal y una de arena. Los créditos inciales y el tema central de Adele, sublimes, de sobresaliente. Este opening y la fotografía –probablemente la mejor de las 23 películas-, sí son dignas del 50 aniversario. El resto de las –escasas- referencias a Bond, bien ejecutadas a excepción de una, de suma importancia para la saga, que ha resultado ser una absoluta aberración y del mucho me temo nos lo tendremos que comer con patatas durante las próximas entregas. Y hasta aquí puedo leer.

Concluyendo, entretendrá más a aquel que no le guste las entregas de Sean Connery, Roger Moore o Pierce Brosnan que a los fans del espía más famoso del cine. Valorándola como película en sí, puede ser una opción interesante si les sobra el dinero –cosa que a día de hoy, con lo caras que son las entradas, es algo a tener en cuenta-; como fan acérrimo de 007, ahórrense la entrada. Feliz cumpleaños Bond, aunque no ha sido de tus mejores fiestas.


“Con licencia para criticar: Skyfall”

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