Con los ojos cerrados

Muchas veces le damos mucha importancia a los sabores de un plato, a los colores de un buen vestido y a los sonidos de una buena melodía, quitando importancia a veces a uno de los sentidos (por no decir el más) sensible de todos: el olfato. Si conocemos a alguien y por lo que sea, nos desagrada como huele, inmediatamente lo rechazamos, o si la comida por pinta exquisita que tenga si el olor deja que desear no podemos ni tocarlo. Los olores tienen la capacidad de relajarnos o de sacarnos de quicio; de evocar buenos recuerdos o de tomar connotaciones negativas.  El olfato a su vez es muy subjetivo y evidentemente a todos no nos puede gustar lo mismo. La moda también  acogió hace muchísimo tiempo esta importancia de el oler bien y la moda en perfumería continua en auge tratando de buscar las fragancias más deseadas para que al pasar, no sólo se fijen en nuestro vestuario sino también dejar un buen rastro en el ambiente. Es muy importante cuidarnos en este aspecto, y más en verano, que las circunstancias hacen que el buen olor sea menos duradero.  Perfumes, colonias, velas aromáticas, olores de la naturaleza...tan sólo debemos despejar la mente y respirar hondo.

1. Vainilla en flor o en todos sus productos.  2. Pan recién horneado.  3. Velas de galleta con miel, de Mercadona.  4. Colonia RALPH, de Ralph Lauren.  5. Lavanda en el campo.  6. Colonia para niños Petit Cheri.  7. Desodorante Rexona Woman Crystal.  8. La lluvia.  9. Aceite de baño, de L´Occitane. 
"Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas, los sentimientos y la voluntad. La fuerza de la persuasión del perfume no se puede contrarrestar, nos invade como el aire invade nuestros pulmones, nos llena, nos satura, no existe ningún remedio contra ella". (Patrick Süskind. El Perfume.)  xoxo Nerea.