Sin embargo, Carlos Alsina es un periodista de perfil bajo, porque no es grandilocuente como otros ni levanta casi nunca la voz. Pero para cada entrevista hace muy bien los deberes, y ningún entrevistado está a salvo de sus dardos bien meditados.
El periodista Carlos Alsina.
(Fuente: periodistadigital)
Hace unas semanas puso en aprietos a Mariano Rajoy, con el tema de la ciudadanía española y/o europea de los catalanes, y forzó al Presidente al hecho insólito de preguntar al propio entrevistador lo que se hizo rápidamente viral: ¿Y la Europea?.
Este viernes ha entrevistado a Neus Munté, la vicepresidenta y portavoz del Govern en funciones de la Generalitat de Catalunya. Munté era prácticamente desconocida para el gran público hasta muy recientemente, cuando la situación en Catalunya ha atraído la atención de todo el mundo. E incluso, en el marasmo de las negociaciones entre Junts pel Si y la CUP, su nombre ha sonado como posible recambio a Artur Mas, o como vicepresidenta con amplios poderes en el entorno de una presidencia coral.
Alsina quería que Neus Munté se manifestara con claridad sobre la posible desobediencia al Tribunal Constitucional. Munté repetía machaconamente el mantra que estos días manejan los independentistas catalanes en sus manifestaciones públicas: 'Vamos a obedecer el mandato democrático que el pueblo de Catalunya nos ha dado en las urnas'. Esta argumentación tiene, por supuesto, algunas fisuras graves. De una parte, la polémica sobre si disponen de un respaldo popular suficiente para intentar llevar adelante una iniciativa de esta trascendencia. Y, de otra, como si obedecer un mandato que es contrario a la legislación aplicable de mayor rango y a la decisión del Constitucional no significara, en la práctica, desobedecer y, por lo tanto, realizar actos ilegales.
Alsina siguió presionando, para intentar conseguir unas declaraciones menos ambiguas. En ese proceso, planteó un escenario demoledor. Pidió primero la confirmación de que, en Catalunya y de acuerdo a la legislación autonómica, está prohibida la celebración de corridas de toros. A continuación se imaginó la situación de que en un Ayuntamiento catalán consiguiera una mayoría absoluta una formación política favorable a las corridas de toros. Si decidieran empezar a celebrarlas en ese municipio, ¿eso sería ilegal? ¿reaccionaría la Generalitat contra el Ayuntamiento, para desmontar una iniciativa que obedecería a un mandato democrático, pero que sería ilegal, por ir contra una legislación de rango superior?.
Se notó mucho que ese planteamiento no lo tenía previsto Neus Munté en su script para las declaraciones públicas. Utilizando un símil taurino, se enroscó la montera y dio unos capotazos, intentando llegar a la conclusión de que no son escenarios comparables. Aunque a mí sí me lo parecen, claro.
Neus Munté, vicepresidenta y portavoz del Govern
catalán en funciones.
(Fuente: lavanguardia)
Alsina siguió hurgando en la llaga. Imaginó ahora que en una Comunidad Autónoma cualquiera obtuviera la mayoría absoluta una formación política favorable a la Pena de Muerte, que está prohibida en nuestra Constitución y en las leyes europeas aplicables. Si decidieran implantar la pena de muerte en esa Comunidad, ¿eso sería ilegal? ¿debería actuar el Estado para imponer el cumplimiento de la legislación de rango superior?.
Aquí ya Neus Munté rehusó la muleta y le pidió al entrevistador que no le pusiera comparaciones de ese tipo, que no iba ni a entrar en un tema tan grave.
Como Queríamos Demostrar. Carlos Alsina demostró esta mañana que un Mandato Democrático no es una patente de corso que permita cualquier cosa, incluyendo las claramente ilegales.
Cualquier ciudadano tiene derecho a ser independentista, incluso a luchar políticamente (a negociar) para convertir su deseo en una realidad. Pero en los estados democráticos de derecho, debe primar el Imperio de la Ley. La Ley es lo que nos damos los ciudadanos, a través de nuestros representantes políticos, para organizar y armonizar la convivencia. La Ley, por supuesto, se puede modificar para adaptarse a tiempos nuevos o a nuevas situaciones. Todos los años hay docenas o centenares de cambios en la Ley, introducidos por los correspondientes Parlamentos. Pero ningún ciudadano puede violar la Ley, sin esperar que la sociedad, a través de las Administraciones Públicas, le aplique el correspondiente reproche, penal, económico o del tipo que sea.
Me temo que Convergencia Democrática de Catalunya (y sus compañeros de viaje en Junts pel Si), empujados por su empeño en conseguir, al precio que sea, la investidura de Artur Mas como President de la Generalitat, cedió (por lo que parece a cambio de nada) a las exigencias de la CUP, y presentó y aprobó una resolución aberrante en el Parlament, que sorprendió, sin duda, a muchos militantes de Convergencia e incluso a algunos consellers del propio Govern, por lo que se ha podido saber.
Quien lo quiera, puede escuchar la entrevista de Carlos Alsina a Neus Munté en Onda Cero en este enlace. A partir del minuto 11 y 30 segundos empieza la parte que acabo de comentar.
¡Bravo, Alsina!. Podemos prescindir de muchos periodistas pesebristas, que les ríen las gracias a los que son de su cuerda y critican zafiamente, a menudo sin más argumentos que la grandilocuencia o los gritos, a sus rivales. Y necesitamos más periodistas como tú, modestos pero demoledores, que hacen bien los deberes sin apriorismos evidentes, y que empujan a los entrevistados a salirse del corsé de los rígidos mensajes cocinados por sus Gabinetes de Comunicación.
Carlos Alsina, tus oyentes te queremos.
JMBA