Una ceremonia inaugural protagonizada por la historia y cultura rusa, y que también tendrá una fuerte carga política e ideológica
Las protestas en todo el mundo por la ley contra la propaganda homosexual en Rusia y los 50.000 millones de dólares que costará la organización del torneo han agitado las horas previas a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno sochi 2014.
Contra cualquier tipo de pronóstico negativo el gobierno de Vladimir Putin logró convertir el principal balneario soviético y ruso a orillas del mar Negro en la capital mundial del deporte de invierno.
Varios mandatarios de países occidentales como los presidentes de EEUU, Barack Obama, y Francia, Francoise Hollande, y el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, han anunciado públicamente que no acudirán a los Juegos olimpicos de Putin.
Por el contrario, los presidentes de China, Xi Jinping, y Ucrania, Víktor Yanukóvich, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, han confirmado su presencia.
Ban Ki-moon secretario general de la ONU llama a todos los combatientes del mundo a que depongan las armas durante los Juegos de Invierno Sochi 2014 , que se inauguran hoy. "Este es un momento de paz y armonía, respeto y entendimiento mutuo".
"Por eso los 193 miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptaron unánimemente que todas las partes en conflicto deben deponer sus armas al menos durante el período festivo y armonioso de los Juegos Olímpicos", dijo Ban Ki-moon.
La tregua olímpica es una vieja tradición griega que fue restaurada en los Juegos de Barcelona de 1992 y recibió el respaldo de la ONU al año siguiente.
Ante las frecuentes amenazas terroristas que se han producido en las últimas semanas, Putin ha dedicado grandes esfuerzos a garantizar al COI y a la comunidad internacional que en Sochi todo está bajo control y que no hay nada que temer, ni desde el punto de vista de la seguridad ni desde el de la discriminación de las minorías.
"Quiero asegurar que haremos todo lo posible para que Sochi sea un lugar hospitalario para todos los participantes y todos los invitados", dijo Putin.
La seguridad de los Juegos, amenazados por la guerrilla islamista del Cáucaso, está garantizada, según el Kremlin, con decenas de miles de policías, buques de guerra, drones y baterías antiaéreas.
Casi 6.000 deportistas de 88 países competirán durante las próximas dos semanas por las 98 medallas en juego en modalidades como esquí alpino, hockey sobre hielo, bobsleigh, biatlón o snowboard.