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“A veces el futuro está a la espalda. Los yorubas nos enseñaron que
cuando no supiéramos hacia dónde íbamos, miráramos atrás
para recordar de dónde veníamos. ”.
Eliseo Alberto”
Hay veces en que las criticas y demás no lo dejan a uno tener fuerzas para seguir adelante; pero de reprente llegan a manos de una textos que le hacen a uno a ver las cosas bajo otro prisma. Cuando iniciaba la página de LaColeccionista, alguién que se identifico como El Coleccionista de Petardos, o Piedras dijo algo así como: "niña usted no sabe escribir. Saque un titulo profesional y después dediquese a hacer critica...usted está loca..." Cuando casi había dejado de pensar en el asunto de los cuestionamientos en base a género y etnia, el año pasado, cuando se desarrollaba el cuestionamiento sobre la adjudicación de los Premios Nacionales, de nuevo apareció escrito, esta vez bajo el seudónimo de anónima, “Negra tenias que ser, bruta, bruta, bruta…”; lo cual no me llamó más la atención, tanto como lo que refiere, Maritza Prado, ¿académica?, durante la defensa de Gabriel Vargas A., de Tríptico las mareas: !Por Dios! Está persona está muy mal consigo misma. TODO absolutamente TODO lo convierte en un problema de racismo. Es un sinsentido… Después hubo otras manifestaciones parecidas, que me hicieron comprender de lo que estaban hablando: lo que tienen que decir las etnias y minorías que casualmente se inscribe en Literatura del Caribe, aunque pertenezca a una corriente literaria que cada vez reviste mayor importancia, debido a su reconocimiento como parte del ser y esencia de la literatura contemporánea actual. Se trata del FEMINISMO NEGRO; donde, esencialmente sexo y racismo, son inextricables el uno de la otra, a partir del concepto de (visión de) mundo y literatura. Eso yo no lo sabía hasta que Cal y Migue, me referenciaron a que La Literatura del Caribe, o la hecha por las etnias que no puede ser catalogada en ninguna forma, dentro del canon académico, sobre todo si tomamos en cuenta que este tipo de literatura es un diseño que no se restringe a las mujeres negras (las mujeres de origen indígena, chinos, o del Tercer Mundo, también lo experimentan), sino a que la influencia que en los años 70 ató el genero (como sinónimo de dominación) con el racismo y el capitalismo; cuando debería ser visto como la teorización de las experiencias y las ideas compartidas por las mujeres negras ordinarias que proporcionan un ángulo de la visión único en uno mismo, comunidad, y sociedad) derivaron en un Pensamiento feminista negro (1991), Patricia Collings; cosa que los académicos limitan con la veda del estudio formal para la acreditación como escritor, estableciendo un proceso al que no pueden acceder ni entienden más que el creado por esa gente que cohabita en un medio establecido por las leyes hegemónicas de raza y género que no debe sobresalir de ninguna manera. Sin embargo, ha de quedar claro que las formas de la literatura escrita por mujeres de las etnias, no se esfuerza superar sexo y clase, sino la opresión: la escritoras negras no exigimos libertad para dejar atrás el sexismo, la opresión de clase, o decir las cosas tal como las vemos, hilo final del racismo, pues entendido está que la negritud es un factor que nos conlleva a un diseño particular de vida, que suele confundirse a menudo con racismo porque no se clasifica dentro de ningún canon; una fina línea que se pierde en los trazos del tiempo. En ese momento llegó la lectura de Kyria Perry B., y volví a pensar...
Y, ¿Quién es?…
Sí sobrina de Teacher Perry, Kyria Perry Baltodano, es dueña de una estética personal que antecede a Janel Matarrita Mc., en la línea de escritoras afro-costarricenses (Y recordemos que en particular Costa Rica tiene el mayor numero de este grupo: Eulalia Bernard, PRudence Bellamy, Marcia Reid, Shirley Campbel, quien escribe, Dlia Mc Donald, Kyria Perry, y Ana Janel Matarrita Mc Calla); quien todavía no tiene obra formalmente publicada, pero viene a constituir un suceso peculiar dentro del discurso ideotemático en que se mueve nuestra producción literaria, pero sobre todo la afro-costarricense en ésta primera década del siglo XXI. Comenzaré por lo que llega desde el argot de la ciudad letrada costarricense, formada por pequeñas capillas interiores de grupos asiduos de amigos, o lo que se conoce los academistas que creen conocer todo de las letras patrias, a las que ella, en algún momento recurrió porque es común que una busque una ubicación pero casi siempre termina en la boca de lobos que dicen que la literatura étnica, no existe, "descubridores" otras veces del hilo negro, por tanto, creyentes de que todo texto debe ser escrito y recreado desde su textualidad; imponiendo de paso las nuevas inflexiones que introduce en el espectro de indagaciones temáticas y estéticas de la narrativa que están escribiendo actualmente las mujeres costarricenses, pero en especial las afro-costarricenses. MCG
Quédate azul
manchando los días.
Espacioso,
sin prisa
Deja las horas sueltas,
festín de mariposas,
desbordando el equilibrio.
Una aurora más…
Quiébrate despacio,
como gotas sobre el suelo.
K.P. Inédito
Desde la década del noventa, del pasado siglo, la narrativa femenina pasó a constituir uno de los espacios más atendido por la crítica literaria mundial. Testigo de ello, las innumerables antologías, cartografías, y textos críticos que en este sentido, particularmente aparecieron en los Estados Unidos dedicados a dar fe de las nuevas tipologías de este movimiento, que apuntaban hacia el devenir social y genérico de la nación, el cuerpo sexuado, el realismo sucio... Este fenómeno, unido a otras circunstancias, propició, en parte, una especie de boom de la narrativa producida por mujeres de las etnias. El cual devino un enclave no sólo discursivo, sino una plataforma de lanzamiento, descentramientos y debates sobre las políticas de interpretación falocéntricas y excluyentes desde las que el discurso crítico y pensamiento tradicionalmente articulado hacia las cuestiones relativas al canon y la norma, sobre todo tomando en cuenta que la validación de la teoría y la narrativa de mujeres, terminó, en lo racial, reproduciendo el mismo gesto exclusivo de que eran víctimas. Es en este punto donde aquí radica no sólo el mérito, sino también los desafíos que la re-lectura de estas narraciones desde la perspectiva analítica del feminismo negro; puede establecer que la problemática racial constituye, uno de los tópicos más candentes dentro del debate público e intelectual que resultan en la autoría de textos de mayor visibilidad y reconocimiento. D. Mc.D
Buscando el momento
de prender incienso y contemplar la tarde,
visito la canción que vierten las copas,
abro un espacio entre las cortinas y me perfumo de voces,
olvido la sangre que dejan las horas
( la vida que se va con su muda de ropa )
Escucho el descanso violento de la alfombra,
el sofoco inútil de cada pared.
Reclamo mi reino
entre las sobras del día.
La narrativa femenina ha evidenciado, en la última década, un viraje incuestionable. Amén del sentido de pertenencia o no de las escritoras, se han producido cambios ideo-temáticos que reconocen a la mujer en la palabra escrita.
De la historia y la épica colectiva se pasa al mundo de lo privado, de lo personal, y en esa relación entre lo privado y lo público se resuelven muchas de las historias contadas con el espíritu de las mujeres. Es probable que en este surjan varias interrogantes: ¿La poesía, la literatura, en general, de afro-costarricenses ha logrado expresar con un alto nivel estético las complejas problemáticas que se derivan de su doble condición subalterna? ¿Qué marcas y procedimientos escriturales, más allá de las referencias al mito y al etnotexto, nos permiten aseverar que estamos ante la presencia de una escritura y una cosmovisión del mundo que emana de un sujeto negro? En parte las respuestas en la que la crítica cultural encargada del análisis de las obras literarias de este corte está imposibilitada a desarrollar; porque no saben qué están produciendo estas identidades, por un lado, y por el otro la escasa capacidad de los teóricos no ahonda en un proceso que consideran homologo con todo lo demás. Nótese que escribí crítica cultural, y no literaria a secas; porque considero que el espacio de la narrativa escrita por mujeres negras sigue siendo una creación poco atendida por la crítica. (Cuando hablo de crítica a la literatura producida por afrocostarricenses; me refiero -claro está- a los estudios que se realizan fuera del país, por colegas extranjeros quienes parecen haber acaparado el tema). A pesar de que existen nombres como los de Isnalbys Crespo, Elvira García Mora. Paradójicamente, un cuento de ésta última, incluido por Salvador Redonet en su memorable antología: Los últimos serán los primeros, es considerado como fundacional en este tipo de escritura. Digo, paradójicamente porque su asunto y el mundo que recrea no sólo se abordada desde una perspectiva de género, sino también racial. Lo que intento significar es que estamos frente a un movimiento que está muy lejos de haber agotado todas sus posibilidades de estudio. Y donde intervienen otras regularidades generacionales, y no necesariamente de formación literaria, la evaluación del lugar desde donde las autoras producen sus textos; etc. Al mismo tiempo, existe una dificultad para la crítica ávida de auscultar este proceso. Y estriba en el auto-reconocimiento de esta doble condición: mujer y negra. Aclaro que por auto-reconocimiento me refiero a un hecho que va más allá del punto de vista o el posicionamiento de enunciación de las propias autoras. Hablo del hecho de asumirse públicamente desde esta doble condición: la de mujer y negra. Hasta ahora, solo Dlia Mc Donald, una de las intelectuales más informada sobre las teorías del feminismo negro, y también sobre las obras de ficciones producidas por escritoras afro-descendientes en Latinoamérica y el Caribe lo ha hecho. Dr.M.L.CAEsta noche cae como el rocío,
mezclando los recuerdos atorados en mi garganta.
Se sienta como si fuera su crimen
a esperar los pasos que aun se escuchan.
Aunque pienso que no existe una marca femenina y me gusta leer los textos de mujeres como obras en su contexto histórico sobre todo; hay preguntas necesarias que replantean el análisis de la llamada literatura femenina, y sobre todo la escrita por nosotras: ¿Qué significa ser mujer en este momento?, ¿qué elementos usamos para adentrarnos y contestar un canon impuesto?, cuáles son las estrategias correctas? Hablar de una huella textual, siempre me genera mis dudas propias, a menos que aclarés, Cal, que estás hablando de literatura femenina como escritura de mujeres y hagas esa delimitación por razones metodológicas...D. McD
A esta hora,
no hacen ruido mis zapatos,
soy un fragmento de esquinas
sobre las formas intangibles del espacio.
Rigen mi vida los asuntos marchitos,
la urgencia de frecuentar sus huellas
mientras oscurece la realidad.
No se puede inventar desde la crítica algo que no existe, Del. No se pueden pedir peras al olmo. Hay que tratar con la producción que está hecha. Se supone que, al señalar coincidencias o divergencias entre autoras, esto pueda acicatear una u otra dirección de su obra posterior, pero eso queda a la elección de cada cual. Lo que llamas marca textual femenina; es para muchos teóricos la convicción de que la escritura tiene sexo. Sin embargo, vos al igual Ena Lucía Portela, han declarado que el hecho de ser mujer no significa nada para ella con respecto a lo que escribe, y creo que lo mismo hace Kyria Perry. M.C.G
Necio
Como el aire de la muerte,
cerca,
como la línea de en mi instinto
cada esquina riega tu nombre
hasta la antesala de mi locura.
Por supuesto que esta realidad ha estado determinada también por quién impone los modos de lectura de las obras literarias, el cómo se educa a los lectores, cómo se crea el gusto literario si tomamos en cuenta que casi siempre, los textos de mujeres no son modélicos, no se ajustan al modo dominante de escribir, entonces van quedando fuera también por esa razón.
Los textos que se nos presenta K. Perry, seducen por la manera en que están escritos. En ellas la música es uno de sus motivos más recurrentes; un préstamo en el que como poseída por un hechizo, una niña, siente que su cuerpo empieza a vivir una transformación inusual: todos sabrán al leerlos que las notas musicales están hecha de colores, y esa es una condición de la literatura escrita por mujeres negras: La música, desde su potencial perturbador convoca a su alrededor los imaginarios de lo popular, la identidad racial, la memoria el desarraigo familiar y existencial que algunos letras arrastran como una marca atávica. La falta de anclaje que hunde sus raíces en los orígenes diaspóricos del pueblo negro. La manera con que fue trasplantada a este otro lado del Atlántico, son vividas como atributo de una subjetividad y una existencia clara, frente a la que el lector queda desarmado. Dr. M.L. C.A
Sigo labrado tu ida porque soy poeta
y convierto sinsabores en arte.
Hoy eres pequeño como todos mis vicios
ya no importa si estas cerca y
no escucho nada,
si canto libre o soy eco.
Me niegas el lujo de envejecer coleccionando tus ojos
mis versos salivan y aún así,
no entiendes nada…
Existe una continuidad en el trabajo escrito de muchas mujeres afro-americanas; y casi se puede dibujar una línea de narrativa auxiliar de Brent, Elizabeth Keckley vida, a Sus ojos miraban a dios, Zora Neale Hurston, a El venir de la edad en Mississippi, a Sula, Toni Morrison, a Comedores de sal, Bambara de Toni Cade, a Canción de la alabanza para la viuda; O. de Paule, que termina finalmente con las latinas. Es porque el acantilado (la incomprención que nos une)trabaja las probabilidades para conquistar la Identidad que pueden ofrecer las mujeres negras una manera de gran alcance al conectar experiencias, de conocimiento compartidos como si fuera una gran web internética, que resiste sus estados de creencia, logrando con ello la liberación de las mujeres se debe considerar como estrategia para una descompostura de máquina eventual de la escritura... MCG
Para mi todas las mujeres sufren opresión, incluso mujeres blancas, particularmente y especialmente aquellas que no pese a su educación no tienen forma de expresarse y escriben por escribir. Sin embargo, aquí, triplicada por antedicho, la opresión de la hembra negra en campo común, comienza a hablar con otras mujeres con este factor común, comienza a acoplar el edificio literario de modo que construye y a transforma la fuerza revolucionaria que ahora estamos comenzando a amontonar. D.Mc D
Finalmente:
Una hoja: fragmento de vida que no delata que no le falta candidez... K.P
Para La Coleccionista de espejos: Miguel Cabrera G.: 5 espejos de diamante, Dlia Mc Donald W,: tres espejos de musgo antiguo, y Calebth Aguilar F.: cinco espejos mágicos para un total de Tres espejos mágicos de diamante y musgo antiguo con marco de opalina; como estimulo al vuelo de las mariposas...__________________________
Art Poet:
"Hola, no tengo una súper biografía pero ahí va:
Fecha de nacimiento 08/10/80
Escolaridad: Esc. Sector Norte Siquirres
Colegio Técnico Profesional y Agropecuario de Siquirres
Universidad UACA estudiando Filología, y no hay nada mas que agregar, dejo lo demás a tu creatividad..."