Revista Diario
Una de las desventajas de tener niños pequeños es la pérdida total - o, al menos, parcial - de sex-appeal que ello conlleva. No por las estrías del embarazo. No por las ojeras, que ya parecen congénitas. No porque el chándal se haya convertido en una pieza imprescindible de tu vestuario. O porque lleves pantalones con 40º a la sombra porque no te haya dado tiempo a depilarte. Que también. Es, sobre todo, porque, desde el minuto uno en que aprenden a hablar, tienes a tu lado a dos cotillas profesionales que radiaran a tu pareja - y a todo aquel que quiera escucharles - todos aquellos detalles de belleza que nunca quisiste que supiera. Con pelos y señales. Sobre todo, con pelos.Día postguardia. Aprovecho que mi santo está de parte de tarde para depilarme el bigote.Pero no hago más que sacar la parafernalia, cuando dos cabezas se asoman por la puerta del baño.- ¿Qué haces, mamá? - pregunta Susanita.- 'Epiándome e' 'igote - medio-explico con el labio superior en extensión.- ¿Qué haces, mamá? - pregunta el Terro.Paso de contestar. Su hermana mayor, explicada ella, se vuelve al enano y le contesta:- Se está poniendo bigote, como Tato - mi suegro, que lucía un mostacho blanco del que estaba muy orgulloso.- ¿Por qué? - se horroriza el Terro - Si tú estás muy guapa sin bigote...- No me lo estoy poniendo - explico - Me lo estoy quitando.- Pero, mamá ...-protesta Susanita - ...si tú no tienes bigotes...La miro y meneo la cabeza. ¿Por qué explicarle a los 7 años la tortura medieval a la que se verá sometida en distintas partes de su cuerpo?- Es para estar guapa.Dicho y hecho. Nada más entrar mi santo por la puerta, los dos, después de colgarse de él como bolas del árbol de navidad, le cuentan:- ¿Sabes, papá? Mamá se puso hoy bigote, como Tato.- Para estar más guapa.- ¿A qué está más guapa sin bigote?Mi santo me mira , con los ojos chispeantes de risa.- Muy guapa.Pérdida total de misterio. Lo que os decía. Una pena.