Revista Cultura y Ocio

Con permiso…

Publicado el 20 julio 2016 por Águeda Lorena García González @aguedlgg
Con permiso…

Nos hicieron creer que la queja es mala, que pedir lo que uno necesita no está bien, que decir lo que uno siente es demasiado arriesgado y que en la vida no todo es perfecto y que esto es lo que hay.

No nos han dado permiso para nada que no sea pensar en los demás. Porque pensar en uno mismo es egoísta y no está bien visto en esta sociedad.

Me han hecho creer, que no soy lo suficientemente buena, ni guapa, ni lista y que debo conformarme con lo poco que me dan. Y tengo que sentirme afortunada por esas migajas que que a veces recibo... pero que no me satisfacen ni en cantidad ni en calidad.

Me han hecho creer, que ciertas cosas que reclamo, no son importantes y que el amor es algo más que los pequeños detalles, aunque para mí lo importante son los detalles y no si me ha llamado por compromiso, por costumbre o porque no tenía a nadie más con quién hablar.

Si no puede verte porque está cansado (trabaja mucho y no puedes enfadarte), si prefiere quedar con sus amigos (que necesita su espacio), si siempre gira en torno a él (está super ocupado y tú no (¿qué vas a estar ocupada tú? si sólo eres madre, trabajadora y soltera).

Tú debes ser una Santa, no vaya a ser que si sacas tu carácter de fiera, se enfade el macho Alfa y te mande a la mierda.

Estamos acostumbrados a leer recomendaciones del tipo: dale su espacio para que no se sienta agobiado, si no es bueno en la cama o es un egoísta como amante, debes ser sutil y tratarlo con delicadeza, no vaya a ser que su ego masculino se resienta (aunque piense que tu clítoris se encuentra debajo de la axila).

No le exijas que pase más tiempo contigo, recuerda que él tenía una vida antes de ti...Y que pasa... ¿Qué yo no voy a entrar nunca en esa vida? ¡Pues ya me contarás! Se supone que si está contigo es porque quiere una vida junto a ti ¿no?

A ver cómo te planteo la cuestión para que entiendas mi punto de vista: Tienen razón.

Quizás no en la forma, pero sí en el fondo: A tu pareja no debes pedirle nada, pues "Contra el vicio de pedir, la virtud de no dar".

Lo que me hace sentir mal, es el hecho de pedir.

Pedir algo que tiene que nacer, que no se puede ni se debe exigir, porque si el otro lo hace por compromiso, por evitar un enfado o por no enfrentarse a la realidad de lo que siente... Si se lo tienes que pedir, entonces no te ama.

Con permiso…

Hay personas que son especialistas en el arte de "hacer que te sientas culpable".

Todo lo que pidas, exijas, no te guste y quieras cambiar, cualquier cosa que digas será utilizada para hacerte sentir una egoísta, una controladora, una persona dominante, una exigente que no se contenta con nada, poco comprensiva...¡Vaya por Dios!

Todo lo que digas "podrá ser utilizado en tu contra" y te sientes fatal por pedir cosas tan básicas que ni siquiera te explicas ¿Cómo es posible que tenga que pedirle esto?

Por eso os digo que de vez en cuando, debéis daros permiso para expresar una queja. No quejarse por miedo a que el otro se enfade, sólo hará que la que te enfades seas tú.

"Te mereces un hombre que te trate como una reina". No pido que me trate como a una reina, ni como a una princesa, ni como a una Infanta... Quiero que me trate como si fuese lo mejor que le ha pasado en la vida. Nadie se merece menos ¿verdad?

Y empiezo a dudar acerca de mi nivel de exigencia y pienso: A ver si es que me está tratando como a una reina y yo no me doy cuenta (que oye, todo puede ser y puede que viva en otra realidad distinta donde no sé conformarme con nada).

Con permiso…
Cuando empiezas a dudar de ti...Chungo. ¡Y ya no te digo cuando empiezas a dudar del otro!

Ahora entiendo por qué soy yo la que pide, porque a su vez yo también soy la que todo lo da.

Llegados a este punto: Date permiso para quererte más.

Date permiso para negarte a hacer esas cosas que no te hacen sentir bien, para decir que NO, cuando no quieres más.

Date permiso para juzgar de vez en cuando (que siempre dicen que es muy malo juzgar), porque si no juzgas el comportamiento ajeno, entonces das carta blanca a que lo den por bueno y nunca cambiarán.

Date permiso para sentir decepción, rabia, pena y tristeza...Y no te sientas mal por darte cuenta de que nada es perfecto y que quizás por mucho que lo intentes...No es para ti.

No, no es para ti (aunque te hubiese gustado que lo fuera, aunque hicieses lo posible porque te quisiera, porque te extrañara, aunque recorrieses kilómetros y se lo dieses todo hecho para que no tuviese ni que esforzarse en pensar).

Puede que sea perfecto para otra a la que no le importe que no la cuiden, que no la mimen, que no la traten como a una prioridad... (No es malo que seas importante en la vida de alguien) de forma temporal. Ah! Se me olvidaba...Y que nunca te diga: ¡Qué guapa estás!

Eso sí, tú a él díselo todos los días, a todas horas, hazlo sentir bien, importante, atractivo, haz que sienta que te falta el aire cuando él no está...

¡A la mierda con la ironía! Si no supo entenderte cuando le hablabas claro y sinceramente, aunque le pongas un Power Point... ¡No lo entenderá!

Y llego a la terrible conclusión de que no puedo pedir lo que no se me quiere dar, tratando de entender porque alguien quiere una relación con otra persona por la que no está dispuesto a cambiar.

Lo absurdo de esta historia es que te hacen creer que pides demasiado y quizás es verdad. Si no puedes entender cuáles son esas cosas que reclamo, si no puedes darte cuenta de lo que es necesario y mínimo...Si tengo que pedirlo, entonces no lo quiero.

La gente se empeña en mantener relaciones que no le satisfacen por el simple hecho de creer que es lo normal. Y no, lo normal no es que te pida que me beses, ni que me digas buenas noches, ni que te mueras por verme, ni nada de na... Lo normal debe ser que no tenga que pedirte lo que uno por propia voluntad siente que debe dar. Por eso me doy permiso, para quererme a mí misma como no ha conseguido quererme nadie más.

Volver a la Portada de Logo Paperblog