
Como podéis ver, en el menú que han escrito en la pizarra hay varios errores y faltas de ortografía: macarones en vez de macarrones, albóndigas sin tilde y, lo que más llama la atención, han escrito dos veces rebuelto en lugar de revuelto.
Esperemos que se comiese bien en ese restaurante y que la cocina se les dé mejor que la ortografía...
Abrazos literarios para todos.
