El Padre Celestial exige mucho de sus hijos…
Nuestra naturaleza humana tiene la particularidad de grabar en la conciencia, más profundamente las vivencias difíciles, las impresiones negativas, las desilusiones de nosotros mismos y del mundo que nos rodea… los tropiezos del destino.
A todo ello lo tiene mucho más presente que ha todo lo bueno que hemos recibido, que a lo grande y hermoso que hemos vivenciado, que a las alegrías silenciosas que hemos podido experimentar…
El cielo podría quejarse a menudo a causa de nuestra ingratitud. Llevaría muy lejos si quisiera enumerar en este contexto todos los beneficios ostensibles que hemos podido recibir.
Po lo mismo desde el corazón estamos invitados a redactar una infinita letanía de agradecimiento.
Sin duda quiere transformarnos en verdaderos milagros de fe y de confianza, y no ha de desilusionarse de nosotros.
Con qué corresponderé al Señor todos los beneficios recibidos?…