La sanidad, la Justicia, la enseñanza, las empresas públicas, la Administración, la burocracia, los pagos, los cobros… todo funciona peor en la España de Pedro Sánchez, salvo la Hacienda publica, que esquilma a los que producen con gran eficacia, aunque, de manera corrupta, perdona tributos a los poderosos, a los políticos gobernantes y a sus amigos y aliados. Hasta el deporte, que era una de las joyas de la Corona, se está deteriorando seriamente por la carencia de valores, la escasa educación de los jóvenes y el odio que se respira, propagado principalmente por los partidos aliados del gobierno. El escándalo del racismo contra el jugador del Real Madrid Vinicius es sintomático y refleja el profundo deterioro moral que padece España bajo el mandato del socialismo sanchista. La España de Sánchez se parece cada día más a una inmensa pocilga. Ser sanchista y votarle equivale a desear una España castrada y renqueante, llena de injusticias, arbitrariedades y desequilibrios, donde se premia a los malos y se margina a los mejores. La España que pretende imponernos Pedro Sánchez es una basura de país, en el que mandan los totalitarios y los que odian a España, una nación sin libertad y con un Estado intervencionista, abusador, omnipotente y omnipresente. ---
La inclusión de asesinos en las listas de BILDU, partido socio del gobierno de Sánchez, el fraude electoral de izquierdas en Melilla y el estallido de racismo en el fútbol son tres hechos que marcarán esta campaña electoral, junto con las mentiras y promesas falsas del sanchismo, ya habituales. El espectáculo es impropio de una democracia europea y refleja más bien la agonía de un país moralmente destrozado por un poder inicuo.
Los montes arden como nunca antes, las listas de espera en los médicos especialistas y en la cirugía son insufribles y causantes de muchas muertes y hasta la naturaleza se hace antisanchista imponiendo a España una sequía letal para los cultivos y ruinosa para la economía.
En la pandemia España batió récords de mala gestión, compras corruptas de materiales y muertes. La gestión del virus en las residencias de ancianos españolas se estudia ya en el mundo como ejemplo de gestión pública fracasada.
El mal gobierno ha impregnado a la economía y a la sociedad entera generando ineficacia, retrasos y complicaciones burocráticas. Todo es más difícil bajo el sanchismo, menos la corrupción, la mentira y el cobro de impuestos. Las empresas, algunas de las cuales huyen de España, han visto como la burocracia y los impuestos sube todavía más que los precios y hasta las cosechas se pierden.
Sánchez, además de un gobernante ineficaz, injusto y corrupto, es una ruina para España, a la que ha convertido en el país de Europa donde menos crece la renta de los ciudadanos y donde más impuestos se pagan en proporción a los sueldos.
El sanchismo es un mal negocio para España y los españoles, pero es una bicoca para los okupas, los corruptos, los antiguos asesinos de ETA y para los que viven del chantaje y del odio a España en Cataluña y Vascongadas.
La campaña electoral que realiza el sanchismo, llena de promesas que, como en ocasiones anteriores, nunca cumplirá, demuestra la enorme podredumbre que ha infectado al gobierno sanchista.
Francisco Rubiales