Pasan los días y late fuerte la conmoción por el asesinato de Facundo Cabral. Lo demuestran sus seguidores al darle el último adiós. Allí suenan voces de lamento y admiración. “Facundo representaba la libertad”, destaca un ecuatoriano en el Teatro ND Ateneo. Se entiende esa frase. En 1996, Cabral había sido designado mensajero mundial de paz por la ONU. Y detrás de sus letras extraordinarias, había un hombre futbolero. “Cada cuatro años, dejo de trabajar para mirar los partidos del Mundial”, contaba allá por 2006 en el diario Al Día, de Guatemala. Y en el final de la nota, dejaba un recuerdo maravilloso: “Hace 40 años, iba a la cancha de Boca a inventar cantitos”.