INTRODUCCIÓN A LA PLANCHA: La palabra muerte viene del latín mors, mortis que significa una cesación o término de la vida. La guadaña símbolo de la muerte, de la muerte mística, de la muerte al pecado, al error y a los defectos que en nuestro interior cargamos debe estar en una Cámara o Cuarto de Reflexiones. Dos cosas van a la tumba: el cuerpo físico y la personalidad que es conocida como la fachada del ego. La personalidad se forma durante los primeros siete años de vida y con el tiempo se va fortaleciendo. Tanto el cuerpo físico como la personalidad se desintegran con el tiempo.
CUERPO DE LA PLANCHA: Dice el Venerable Maestro Gnóstico Samael Aum Weor que dice El Libros Tibetano de Los Muertos lo siguiente: ¡Oh! Noble por nacimiento, tu cuerpo presente, siendo un cuerpo de deseo, no es un cuerpo de materia grosera, así que ahora tienes el poder de atravesar cualquier masa de rocas, colinas, peñascos, tierra, casas, y el Monte Maru mismo, sin encontrar obstáculo. Estás ahora provisto del poder de las acciones milagrosas que, empero, no es el fruto de ningún Shamadi, sino el poder que viene a ti naturalmente, tú puedes llegar al instante a cualquier lugar que desees; tienes el poder de llegar allí en el tiempo que un hombre tardaría en abrir o cerrar la mano. Estos varios poderes de ilusión y de cambio de forma, no los desees, no los desees. Los Ángeles de la vida le dan al hombre un cuerpo vital para que pueda vivir; los Ángeles de la muerte le quitan al hombre la vida, lo hacen cortando el cordón de plata; dicho cordón se corresponde con el cordón umbilical y es séptuplo en su constitución interna. El cordón de plata es el hilo de la vida que los Ángeles de La Muerte rompen en su día, y, en su hora de acuerdo con la ley del destino. Este hilo etérico pertenece a las dimensiones superiores.
OPINIÓN PERSONAL DE LA PLANCHA: Dicen los Ilustres y Poderosos Hermanos Max Heindel, Rudolph Steiner, C. W. Leadbeater y otros, que de acuerdo al Libro Tibetano de los Muertos todos los hombres caen en un desmayo que dura tres días y medio; en esos tres días y medio el ego desencarnado ve pasar toda su existencia en forma de imágenes y en orden retrospectivo. En el momento de la muerte y durante tres días y medio, nuestra conciencia ve pasar en forma retrospectiva toda su existencia, es tan fuerte esta descarga de imágenes que el hombre cae después en un estado de coma y en sueños incoherentes. Sólo aquellos que lograron encarnar su Alma, pueden resistir la descarga de imágenes sin perder la conciencia.
La muerte para los habitantes del Valle del Nilo, no tenía nada de horroroso ni de especulativo, marcaba un tiempo de espera en una evolución normal sin principio ni fin, anunciaba un verdadero nacimiento, aquel que llevaría al desencarnado a la vida eterna, y le pondría en situación de purificarse de sus pasiones, de las inmundicias que hubiese en su corazón, aquel que le prepararía para el bautismo, porque el muerto debe ser bautizado antes de presentarse ante los dioses. Dice Heráclito que los hombres viven su muerte y mueren su vida. Decía Salomón con sabiduría es mejor el día de la muerte que el día del nacimiento. Quien no resucita en vida no resucitará jamás. Así que cada muerto resucitará, amo del sol de la mañana, cada día con más vitalidad y resplandor.
OPINIÓN MASÓNICA DE LA PLANCHA: Los Ritos Secretos de la iniciación se llevaban a cabo en criptas sombrías y lúgubres, unas tumbas verdaderas, en la que el iniciado era colocado por los sacerdotes, arrancados de la luz, pasaban ahora a las tinieblas, en las que algunas veces salían muertos, muertos físicamente, en la que el hálito de vida expiraba. Aquellos que pasaban la prueba, de la separación simbólica del cuerpo del espíritu se sentían reconfortados por haber regresado con vida del fondo del abismo. Estos iniciados quienes habían visto de cerca la muerte que libera, exalta y purifica, donde habían podido entender el misterio de la resurrección, sabían ahora que, al desaparecer del plano físico, reaparecían en planos superiores de conciencia, reunir sus miembros disgregados como reunidos fueron los disgregados miembros de Osiris asesinado por su perverso hermano Set o Tifón, monstruo de cabellos rojos, que maquinó la muerte de su hermano por odio a sus bondades.
Alrededor de esa lúgubre tumba alumbran las cuatro velas en recordatorio de la muerte de los cuatro cuerpos de pecado (físico, vital, astral y mental), después de eso el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio. Esa es la muerte mística del iniciado de un cuerpo mortal revestirse de un cuerpo inmortal.
RESUMEN DE LA PLANCHA: Para morir hay que nacer. Cuando se siembra una semilla, tiene que morir la semilla para que tome vida la planta. Pasa lo mismo con la resurrección de los muertos: Lo que se entierra es corruptible; lo que resucita es incorruptible, lo que se entierra es despreciable; lo que resucita es glorioso, lo que se entierra es débil; lo que resucita es fuerte, lo que se entierra es un cuerpo material; lo que resucita es un cuerpo espiritual, lo que se entierra es un Compañero Cantero; lo que resucita es un Maestro Cantero, lo que se entierra son los demonios rojos de Set; lo que resucita es el Maestro Interior- amo entre los hombres y los entre los elementales.·.
Carlos Manuel Verhelst Berrocal, Maestro Masón
ES MI PALABRA VENERABLE MAESTRO
BIBLIOGRAFÍA
El Antiguo Egipto, M. Beltrán del Alisal, Bruguera Mexicana de Ediciones, S.A., México, D.F., 1973 Era Vulgar.