Poeta, artista, ajedrecista y ajedrezólogo Eduardo Scala (1945), escribió el siguiente manifiesto para la exposición AjedreZ, arte de silencio: ocho siglos de cultura: 32 libros para una exposición, celebrada en la Biblioteca Nacional de España de la que, en su día, os informamos en este blog.
AjedreZ
Amados en el Ajedrez , ahora que ajedrezando – rezando – ando en la ciudad del cielo,
al fin, entiendo el aviso de la Santa de Ávila: «Pues creed que quien no sabe
concertar las piezas en el juego de ajedrez, que sabrá mal jugar, y si no sabe dar
jaque, no sabrá dar mate». Camino de Perfección (Capítulo XVI).
«Concertar las piezas». La clave.
Dieciséis figuras transfigurando tiempo – espacio; movimientos monumentales –
mentales. El juego, al compás de cada posición, plena de superposiciones, exige
la máxima atención, a fin de sintonizar con el concierto – cierto del AQUIAHORA.
Admiremos, por ejemplo, el concerto grosso di silenzio de las partidas perennes,
en las que el duetto – perdedor – vencedor – armó belleza por los siglos de los siglos.
En el Juego de la Vida , como en el de la muerte, todas las razas, clases sociales,
creencias religiosas, sexos, y edades se igualan. El Ajedrez o la Democracia. Vemos
con emocionada admiración cómo un barrendero comparte la alegría de los trebejos
con un doctor y al mismo tiempo un abuelo de 88 abriles con su bisnieto de 8 años.
¿Acaso el milenario arte es deporte…?
Asimismo en el más universal de los juegos se dan milagritos: los cojos, andan;
los sordos, oyen; los ciegos, ven; los enfermos se consuelan; los refugiados encuentran
su tabla de salvación en el tablero blanquinegro de su infancia, y los reclusos
disfrutan el espacio de libertad.
El AjedreZ – principio y fin del Alfabeto– , libro mudo , sagrado, consagrado
por todas las razas, religiones y culturas donde aprendemos a leer, sin letras ni
palabras, las sutiles tramas de la vida.
Vale.