Capsula, la banda argentina afincada en Bilbao hace más de quince años, ha decidido cerrar su gira de despedida de su particular homenaje al disco The Rise of Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars de David Bowie, del cual sacaron su edición de estudio en el año 2012, cuando El Duque Blanco aún vivía, y ayer lo trajeron a Madrid. No ha sido una gira al uso, ya que la banda ha seguido sacando a la luz trabajos suyos nuevos, el último en 2016, e iba intercalando esta interpretación de tan mítico disco en festivales, en fechas sueltas y demás.No lo considero un tributo, ni ellos son una banda tributo, sino que lo que hacen es interpretar el disco como ellos lo sienten, a veces pareciéndose a las canciones originales y otras no, imprimiendo su sello, en el caso de Capsula navegando por terrenos que van desde el glam-rock al garage e incluso al punk. Es esa concepción que gustará más o menos, a mi si me gusta, la que llevan a cabo en el escenario, para lo que la banda aumenta en número, metiendo dos guitarristas, un teclista que también toca armónica y una segunda batería a modo de percusión alta, es decir, pasan de los habituales tres miembros a siete.Una de las cosas que más me gustan de su ideario general, es que Bowie cuando hizo éste álbum estaba en contacto con gente afín musicalmente y con la que ya siempre haría colaboraciones, es decir, Lou Reed, Marc Bolan, Iggy Pop, Brian Eno, etc., y eso ellos lo llevan al escenario.
En cuanto al tracklist, no fue en el orden estricto del disco, tampoco hace falta, otro toque de distinción con las bandas tributo, tan de moda. Comenzaron con Five years, eso si, para seguir con Moonage Daydream y Starman (versión diferente a la original, mucho), It ain't easy y Hang on to yourself siguieron, más Ziggy Stardust y Rock 'n' roll suicide. Aquí hicieron la primera salida del álbum, para interpretar Rebel Rebel y The Jean Genie y volver al disco en cuestión con Soul love. En la vuelta cayeron Lady Stardust y Star, ésta última cantada por Coni Duchess la bajista. A partir de ahí versiones de Get it on de T-Rex, Don't bring me down de los Pretty Things, I need somebody de Iggy & The Stooges, Heroes del propio Bowie y ese final con el Run Run Run de la Velvet Underground (con la colaboración de Maika Makovsky). Quizás en el último tema me sobró eso de tirar la batería por el escenario, y el desparrame, pero es lo de menos.
En definitiva un buen concierto, una apuesta que desde su inicio me parece arriesgada, ya que este álbum no sólo es difícil de interpretar ya que Bowie era único en su especie, sino que además se trata de un disco muy rico en matices y detalles que hay que saber apreciar y que no son fáciles de transmitir al público, no en vano nunca se le olvida a los que disponemos del vinilo original de que se ponía como recomendación poner al máximo volumen.
Tampoco olvidemos que ellos llamaron al disco Dreaming of... muy acertadamente.
Os dejo con esa magnífica versión que hacen del Raw Power de Iggy and The Stooges, sin duda una canción que les sienta como anillo al dedo.