Cuando se hablaba de un concierto catalán se pensaba en su Orfeó, en Montserrat Caballé, el nuevo independentista Josep Carreras o en Serrat, pero ahora es diferente: una exigencia de Artur Mas para que el Estado favorezca a su región en detrimento de otras, como hacen los fascistas del norte de Italia al que llaman La Padania.
El objetivo es quedarse con los impuestos que se recaudan en Cataluña gracias a su balanza comercial favorable con el resto de España para darle después al Estado una parte mínima, y quizás saquear todo, como ha hecho el gobernante CiU con el Palau de la Música.
Esta España sometida a lo local se vive ya en Navarra y sobre todo en el País Vasco, donde los nacionalistas aprovechan una injusticia medieval torpemente admitida por la Constitución, llamada Concierto Económico.
Mas argumenta lo mismo que el neo y/o postfascista Umberto Bossi: su Padania sufre un “expolio fiscal” perpetrado desde Roma para mantener vagos en el sur de Italia, como hace el Gobierno español favoreciendo el sur de España.
Para los demócratas italianos la ideología de Bossi es de extrema derecha y un peligro para la democracia, mientras que en España los progresistas catalanes de Izquierda Unida y los sindicatos UGT y CCOO presumen de defender las mismas propuestas.
Todos saben que los impuestos se abonan de acuerdo con la riqueza de cada uno. Un industrial o un obrero catalán quizás aporten más a la caja común porque ganan más gracias a quienes compran sus productos en las regiones pobres.
Pero ahí están: llamamos progresistas a sindicatos e izquierda postcomunista, realmente nacionalsocialistas.
El PP catalán se opone demasiado cortésmente al proyecto. Y lo hace también algo atemorizado el PSC-PSOE, aunque su hermana UGT quiere demoler esa resistencia.
----
SALAS