Hace ya un mes que la escuela donde mi hijo estudia música anunció que los alumnos de flauta darían su concierto de final de curso. Yo no le di mucha importancia, porque pensé que mi niño, al ser tan pequeño, no estaba incluído. La flauta travesera es muy complicada de hacerla sonar. El peque ha trabajado muy bien todo el año, ha aprendido solfeo, sabe ya unas poquitas canciones "con notas", como a él le gusta decir. Está aprendiendo a poner los deditos en los agujeritos de la flauta sin mirar, es decir, colocada la flauta en la boca ir tocando el tema sin ir mirando. Esto, aunque pueda parecer sencillo, doy fe que es complicadito. Y así mi niño ha ido avanzando en su técnica con la flauta, en el perfeccionamiento de la posición de los deditos, en su conocimiento de solfeo, no solo de notas, sino ritmos, identificación escrita de notas, claves, etc.
Contando con que solo tiene 4 años, estoy satisfecha, y lo más importante, sus profesoras también.
Yo no tengo prisa ni ansia porque aprenda, la música es vista por él, y por toda la familia, como una actividad lúdica. Y ese es el propósito del Método Suzuki, que aprendan jugando. Muy lejos han quedado ya métodos muchos más duros de aprendizaje. Métodos usados hasta hace muy poco tiempo, incluso métodos que algunos profesionales aún siguen utilizando. Una de sus profesoras me contaba ayer mismo los duros recuerdos que tiene de cuando ella comenzaba a estudiar solfeo. Las sesiones largas, las memorizaciones. Y me decía lo feliz que estaba de haber descubierto este método tan sencillo y tan útil al mismo tiempo. Están consiguiendo que los niños afiancen conocimientos sin sufrir por ello. Consiguen que todo sea un juego y los niños están felices por asistir a clases de música.
Nuestra tarea pendiente, para la que no hay prisa por otro lado, es conseguir encontrar el puntito exacto de la embocadura para soplar y que suene la flauta bien. Como digo no es tarea fácil. Y lo sé porque yo estoy aprendiendo todo al ritmo de mi hijo. Las clases de música son para ambos, yo estoy aprendiendo las canciones, a tocarlas en la flauta, solfeo, etc, etc, etc. Las profes están encantadas porque de este modo el niño está contentísimo, practicamos juntos, avanzamos juntos y eso le refuerza muchísimo. Incluso ayer me decían que en el próximo concierto salgo yo con ellos,...., ¡¡ni loca!!.
El handicap de ayer era conseguir superar el posible miedo escénico. Era un escenario pequeñito, muy infantil, para que no se asustaran. Muchos colorines, muy poco formal, además situado en un lugar de ocio infantil, con granja escuela y mucho campito. Pero aún así un escenario es un escenario. Les dejamos corretear por él antes de la actuación para que se familiarizaran con ello y mi hijo estaba de lo más contento, saltando, corriendo, moneando flauta en mano.
De hecho, cuando tocaron los compañeros de violín, él quería subirse con ellos!!! Pero loco ¡¡dónde vas!!. Estaba deseando empezar. Sus compañeros de flauta tocaron una breve pieza individual, pero él no, no quisieron presionarle tanto. Y sorprendentemente se decepcionó al ver que no subía solito al escenario.
Y llegó el momento, todos se colocaron en fila y con sus profesoras subieron pífano en mano. Al principio se quedó un poco avergonzado detrás de una de sus compañeras, su profe le llevó a su lado y le tranquilizó. Muy digno mi niño cogió su flauta, puso un "la" y empezó a tocar. Miraba al público, nos miraba a nosotros, miraba a una de sus profesoras, y muy concentrado siguió tocando. Cuando acabó saludó pero no quería irse del escenario. Aunque algo cortado, creo que la experiencia le gustó mucho.
Bajó muy contento y satisfecho, se sentía importante, sabía que lo había hecho bien. Papá y yo disfrutamos a tope, viéndole ahí tan digno, tan mayor, tan feliz. Da igual que lo hiciera mejor o peor, siempre estaremos orgullosísimos de él.
Después comenzaron los juegos, las carreras por aquella gran finca, la visita a los animalitos. Nosotros departiendo con sus profesoras animadamente. Él jugueteando con más niños sin parar. Fue un gran día. Tenemos fotos para aburrir, vídeos, y nuestros recuerdos. Estoy segura que no olvidaremos este primer concierto. No sé si le seguirán muchos más, pero este será siempre especial para nosotros.
Aquí os dejo una fotillo del artista calentando al pie del escenario.
No me digáis que no está para comérselo a besos. Pero claro que va a decir la madre del figura.