Revista Diario

Concierto de truenos (Pompadour #refrescosinagua)

Por Bergeronnette @martikasprez
Sé que me persigue. Lo he notado desde que he puesto un pie en la calle. Creo que lo he sabido desde siempre. Detrás de una esquina acechando, como si se tratara de un animal en plena cacería, esperando asaltarme, verme, tocarme, olerme, atraparme. Y en algún momento, lo conseguirá. Aparecerá delante de mí, y comprendo que no podré esquivar su persona, ni su silueta, ni su sombra. Porque desconozco su nombre, desconozco su rostro y su identidad. Pero sé que existe, que no se resiste. Que me sigue y me acorrala. Por más que corra, por más que me encierre en una minúscula habitación, por más que... No se puede escapar, no se puede huir. Sólo se puede correr y correr. Pero por más que se vaya lejos, su risa irónica resuena en mis oídos, y sus pasos se aproximan, es peor que cualquier cosa. En cuanto aparezca, mi mundo se destruirá, truenos suenan, y pedazo a pedazo iré dejando atrás, cosas con las que he convivido siempre, y que han formado parte de mi guarida.
Me detengo en el cruce, mis pies no paran quietos, se mueven en un balanceo inquieto, ora a un lado, ora al otro. El muñeco cambia de color, y allá voy, corriendo y escapando. Creo que ahí estaba, a mi lado, sonriendo porque sabe que va a pasar. Me tiene casi atrapado, nada consigue detenerlo. ¿Existirá realmente el día, en que me tenga en su poder, y me rinda ante sus propósitos, en el que esté condenado a ocupar sus asimétricas imperfecciones?
Me muevo rápido, los latidos del corazón se aceleran, siento su respiración sobre mí, me detiene, me atrapa. Y otro trueno suena. Sus ojos se clavan en mí, y su desafío recorre mi espina dorsal, lentamente, al ritmo de la tormenta, me deshago de sus manos que atan mis muñecas, y me vuelvo. Pero dice mi nombre, y su dulzor me atrapa. Caí en la trampa.

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