****ARTÍCULO A COMPLETAR/EDITAR CON INSERCIÓN DE MÁS FOTOGRAFÍAS Y VÍDEOS EN DÍAS SIGUIENTES****
Que el diario 20Minutos no nos aprecie como blog y año tras año nos ningunee en su certamen de blogs, todo ello probablemente derivado de una estúpida polémica que tuvimos con su gestor de foros (cuando existían) hace varios años, no significa que por nuestra parte no nos perdamos en la medida de la posible la lectura del periódico a diario. Y gracias a 20Minutos nos enteramos de este concierto un día antes de su celebración.
Me lo pensé poco a la hora de animarme a conocer el nuevo Rock-Ola (al antiguo, por cuestiones generacionales, no pude asistir y solamente sé dónde estuvo emplazado) para poder ver a un grupo paradigmático de nuestra música electrónica y que en su día también actuaron en el viejo Rock-Ola: Aviadro Dro, o más propia y completamente dicho, El Aviador Dro Y Sus Obreros Especializados.
Mariano González también se aventuró, con acierto (por sus temas de movilidad), y estuvo presente junto a mí en el local que ahora se sitúa en la zona de Alonso Cano; curiosamente, al ir hacia el concierto, pasé enfrente del antiguo Rock-Ola y eché de menos que no se hubiera reabierto ahí por cuestiones de cercanía. Había una notable expectación a la hora de apertura de puertas y a las 21.00h había una bonita cola que hacía presagiar un buen éxito de aforo. Sacamos nuestra entrada al razonable precio de 15 euros en taquilla y nos situamos en una zona donde Mariano de cuando en cuando pudiera apoyarse por sus problemas de pierna.
La sala se iba llenando, hasta que llegó a alcanzar un buen aforo. Buen local por cierto el del nuevo Rock-Ola, con retazos del pasado en forma de carteles de conciertos colgados por las paredes. En el otro lado de la sala creímos ver a David Infantes, teclista de La Broma Negra, cosa que más tarde nos confirmaría Carlos Caballero, vocalista del grupo; lo que pasaba es que la densidad de gente era tan alta que no nos permitía movernos con demasiada facilidad, con el riesgo de perder la posición tan propicia para las comodidades de Mariano.
Pasadas las 22.00h unos cuantos minutos, el quinteto actual de Aviadro Dro, con todos los miembros vestidos con camisas corporativas de la formación, con gafas/antifaz y encabezados por ese gran gurú que es Biovac N, Servando Carballar, se hacía paso entre el público para llegar a las tablas (curioso que el local no tenga un fácil acceso del escenario a los camerinos, obligando a ese baño de masas que por otro lado tendrá su aquel supongo para el grupo). La banda “spoileó” algo del repertorio que ofrecería en las redes sociales, cosa que yo evito en gran parte (me gusta conservar el factor sorpresa), pero que vi de refilón al entrar en su página de Facebook para ver detalles de hora de comienzo de la actuación, si las entradas se habían agotado, etc.. Curiosamente empezaron por el tema que ya sabía que iban a tocar, el único que se me quedó grabado al ver los avances que posteaba el grupo: “Vortex”. Gran canción del disco “Tesis”, que permitió ir caldeando el ambiente, cediendo el testigo a una versión algo distinta de la original de la tremenda “Baila la guerra”. A continuación les insertamos el vídeo que grabó como buenamente pudo Mariano González desde su posición.
Fue un concierto en el que Aviador Dro recogieron mucho de su material más antiguo, ofreciendo al público ítems tan raros como “Vano temporal” o “Láser”, de sus primeras grabaciones y otros temas también añejos y muy valorados como “La chica de Plexiglás” o la imprescindible “Programa en espiral”. Quizás “Programa en espiral” fue el momento que más me gustó del show, con CTA 102 (Alejandro Sacristán) haciendo sus sincopados y mutantes movimientos, mientras “espiraleaba” platos con un rotulador y luego los lanzaba al público. Aquí debajo el camarada CTA 102 en pose de saludo solemne, con Genocider F15 detrás.
Durante la hora y 40 minutos que Biovac N, su pareja Arcoiris (Marta Cervera), Genocider F15 (Mario Gil), y ATAT (Ismael Contreras) ofrecieron de actuación, no faltaron muchos y muchos de los clásicos más absolutos de la banda. Por supuesto, “Nuclear, sí” fue de la partida en una versión bastante ajustada a la original (la que más me gusta), estando presente en el tramo final y “La ciudad en movimiento”, de soberbias melodías sintéticas entrelazadas (quizás el momento más excelso de la banda compositivo), por el contrario no tardó mucho en aparecer, para completar un bloque muy “constructivo” tras la cáustica “Arquitecto acero” (otra rareza de la velada: ojo, cara “b” de “Amor industrial”), donde la performance de CTA 102, con su llave inglesa en mano, resultó muy llamativa y visual.
Hace poco el grupo reeditó “Cromosomas Salvajes”, disco que ya saben que nos gusta mucho y al que dedicamos tanto un artículo en esta página, como un programa-entrevista junto al propio Servando Carballar hace ya unos cuantos años (escúchenlo si no lo han hecho aún, por cierto). Por ello, aunque faltó la sublime “Autoduelo” (y que imaginaba sería de la partida) y ese hit que fue “El color de tus ojos al bailar”, estuvo muy bien escuchar la propia canción título casi en el epicentro de la actuación. Y en este apartado del disco de 1985, no podemos dejar de lado la acojonante “Himno aéreo”, que estuvo en el tramo final del concierto. Sonó marcial, potente y actualizada incluyendo a Alepo entre las ciudades a visitar. Sin duda, otro de los momentos que también más me llegaron en el plano personal.
Sorpresas agradables supusieron “El intruso” del lp “Alas Sobre El Mundo”, disco poco representado en el concierto, o “HAL 9000”, otro de los ejemplos más pretéritos rescatados para la ocasión, con un tramo final con la cinta pregrabada del delirio pre-mortem del ordenador de “2001. Odisea En El Espacio” que a Mariano y a mí nos agradó especialmente, pues siempre nos ha resultado algo cómico ese pasaje del clásico cinematográfico del maestro Kubrick.
El grupo supo cerrar bien. Como se debe. Aunque la gente quería sangre, pidiendo a gritos “Varsovia en llamas”, Servando puntualizó que querían terminar de una forma más elegante y para ello escogieron la siempre efectiva “Amor industrial”, otro de sus grandes hits y que sonó como debía. Para este momento, Servando se puso un chaleco rojo encima de su camisa corporativa. Aun así, el grupo quiso regalarnos un trallazo en la forma de “El retorno de Godzilla”, con CTA 102 disfrazado del mitológico bicho japonés (vean debajo de este párrafo) y con Biovac N completamente desaforado en su interpretación.
Y es que en el peso de la actuación, destaca mucho la labor a cargo del gurú Biovac N y el trabajo de performance de CTA 102. Arcoiris, ATAT y Genocider F15 tienen de sobra con tener que preocuparse que todas las melodías y notas sintéticas salgan como deben dentro de ese difícil entramado que en la gran parte de los casos suponen las composiciones de Aviador Dro. Dentro de ello, Mario Gil quizás a ratos intentaba jugar un papel más implicado en lo extramusical, cosas en las que Ismael, muy centrado en sus teclados y guitarras puntuales, o Marta, siempre con una agradable sonrisa en su rostro mientras le daba a sus teclados, no entraron. A continuación una oscurecida foto a distancia que Mariano González tomó como pudo de Arcoiris.
Hay que hablar de las colaboraciones, a base de apariciones de antiguos componentes, con las que contó el grupo, que no fueron moco de pavo. Primero apareció X (José Antonio Gómez), que aportó su guitarra en 2 piezas, y luego más tarde destacó el papel narrativo que Metalina 2 (María Jesús Rodríguez) ofreció en otro de los temas inmortales del setlist, “Selector de frecuencias”; quizás éste fue el momento que más celebró de forma media el público que abarrotó el Rock-Ola. “Selector de frecuencias” es una de sus mejores canciones y el papel de Metalina 2, con una narración muy solemne, y al margen sus bailes junto a CTA 102 quedaron muy bien. Me gustó mucho este pasaje, por mucho que en lo personal escoja “Programa en espiral” como ya dije antes. Por cierto, Metalina 2 continuó en las tablas durante “Nuclear, sí”, elaborando probetas radioactivas junto a CTA 102 que fueron repartiendo entre la gente que poblaba las primeras filas; en la siguiente foto queda demostrado.
El público tras “El retorno de Godzilla” pedía más. Y parecía que Biovac N dudaba de si retornar, pero finalmente decidieron terminar ahí y comenzaron a sonar las notas sintetizadas de “Love action (I believe in love)” de The Human League (curiosamente, recuerdo que a Servando y al resto de la banda les saludamos al término de aquel concierto de los de Phil Oakey en el Price de hace 6 años), resolviéndonos la duda en tanto a que el show había finalizado. Salimos de Rock-Ola, estuvimos un rato comentando en un banco de la calle José Abascal el show, acto seguido intentamos comer en una taquería de la zona de Gregorio Marañón, pero ya estaban cerrando (ya volvemos con el asunto de los conciertos, que creo deberían terminar a las 23h como muy tarde para luego no estar dando tumbos en ese sentido) y posteriormente Mariano González amablemente me permitió acompañarle en su taxi dejándome en una zona cercana a mi casa en su recorrido. A continuación les insertamos el vídeo que Mariano González grabó de “Selector de frecuencias”, precisamente una de sus predilectas del repertorio de la banda.
Pudimos comprobar el tirón potente que El Aviador Dro Y Sus Obreros Especializados tiene a sus más de 3 décadas en activo. El público en su mayoría ya tendría 40 años cumplidos y más, pero también estábamos varios de 30 y pico y en menor medida de la veintena de edad, lo cual deja ver que hay relevo generacional en el sector de aficionados al grupo. La respuesta fue muy buena por parte del público, ya que la sala mostró un aspecto estupendo y un comportamiento bastante entusiasta por parte de la gente, que atesoró como se deben los panfletos que lanza el grupo o las probetas y tubos radioactivos que ya hemos informado que el grupo ofreció al interpretar “Nuclear, sí”. La banda estuvo bien. Con ganas. Sujetando con brazo firme su bandera. Ofrecieron un repertorio que obligadamente siempre puede estar sujeto a reclamaciones genéricas o más personales (“La televisión es nutritiva”, “Cita en el asteroide” en el plano más común o “I+D” y “Cadena de montaje” -somos muy fans de esta canción- en el sector de rarezas y gustos personales nuestros algo extravagantes), pero que fue altamente satisfactorio.
Es la 2ª vez que veo a Aviador Dro en directo. Y de hecho es la primera que les veo en un show como debe ser, ya que justo 10 años atrás les vi en un concierto ofrecido en Fnac Callao para presentar “Candidato Futurista”, en el que el set list era reducido y no se llevó a cabo en una sala de conciertos al uso. Estaré atentos a futuros eventos a realizarse en el hangar. Lo de este pasado sábado fue una gran celebración digna de volver a repetir.
Fotografías y vídeos (salvo la foto del encabezado -Víctor Prats- y hasta este momento, previo a la edición final): Mariano González.