Hasta el pasado viernes eran 2 las veces que había tenido ocasión de ver en directo a Miqui Puig en solitario tras la disolución definitiva de Los Sencillos. En ambas citas, Miqui se defendió con solvencia acompañado de su Conjunto Eléctrico, tanto en la plaza de Vázquez de Mella en el “Día de la Música” de 2007, como en la presentación de su disco “Miope” en la sala Galileo Galilei en octubre de ese mismo año.
Ahora la experiencia era distinta. Miqui Puig visitaba la capital para presentarse en formato acústico y abordar parte de sus temas con otro enfoque y también para atreverse con alguna versión de temas de otras bandas. Acompañado de su mano derecha desde los tiempos de “Bultacos Y Montesas”, el guitarrista Marc Botey, Puig se presentaba en la sala Yastá para ofrecer un tipo de espectáculo más íntimo y cercano a sus seguidores de siempre y algún que otro que pasara por allí. El precio no era nada caro, lo cual invitaba perfectamente a cualquiera que no tuviera otra cosa mejor que hacer hace un par de viernes por la noche; hay que decir que nosotros acudimos como medio de comunicación acreditado para cubrir el evento, lo cual hacemos con esta modesta crónica.Por otros motivos que ya muchos seguidores intuirán, había concertado verme con Miqui después de la pertinente prueba de sonido en la misma sala. Tras casi 4 años desde la última vez que coincidí con Puig en el backstage de su concierto en la sala Galileo Galilei, nos pusimos al día durante unos minutos y posteriormente, junto a otros amigos y conocidos de Miqui y Marc Botey, nos fuimos de vinos (cervezas, en este caso, lo que pasa es que de esta forma parafraseo en parte el título de una canción de Los Sencillos) con ellos (no por ti) y en ese tiempo hubo lugar para “pinchos de tertulia” y “copas de paciencia”, con sus pertinentes “sillas y mesas” (trayendo de esta forma a colación otro tema, mi estimada “Mermelada con helado de limón” del disco “Seres Positivos”). Entre esas raciones, pintas y tapas, hubo lugar para conversaciones de lo más interesantes del mundo interno de la música, aderezadas con algunas anécdotas y curiosidades de la trayectoria de Miqui, las cuales para un gran aficionado a la música como es un servidor de ustedes fueron una delicia, ya que me encanta saber cosas de ese tipo, como cierto altercado que Miqui tuvo en el municipio de Dolores (provincia de Alicante), con el público al replicar ciertas opiniones de la gente que acudió a ver al grupo aquella noche.
Llegado el momento enfilamos todos los que formamos parte de ese heterogéneo grupo el camino hacia la sala, para que a las 23.20h aprox., Miqui Puig y Marc Botey saltaran definitivamente al escenario armados únicamente con una guitarra y con un micrófono.
El repertorio ofrecido por Miqui esta noche de viernes en la sala Yastá se nutrió en exclusiva de temas de sus discos en solitario y del último trabajo que publicaron Los Sencillos, aquel “Colección De Favoritas”, que no en vano muchos consideran el primer lp en solitario de Miqui Puig. En los primeros compases hubo lugar para mi canción favorita de “Impar”, último disco de estudio de larga duración editado por Miqui en el año 2008. Me estoy refiriendo al tema “Miqui contra el mundo”, que envuelta en esa textura más desnuda sonó razonablemente bien y no perdió la emoción y gran ritmo que tiene la toma de estudio.
Otro gran momento de la noche se presentó en los primeros pasos del set list, y no es otro que el que nos otorgó “La canción de amor en la que el chico gana”. Esta es una de las favoritas de los seguidores de Miqui Puig del notable y bien reputado debut discográfico en solitario de este músico y cantante catalán, que no es otro que aquel “Casualidades” de 2004. Entre medias hubo alguna versión, como un tema en catalán del grupo Los Negativos, que de esa forma a grandes trazos supuso la fase inicial de la actuación. Más tarde se incluyó alguna que otra versión más.
Realmente la duración exacta del concierto no se la sabría concretar, ya que no miré la hora de finalización. Solamente les puedo afirmar que se me hizo muy corto, supongo que ello motivado porque fue un concierto entretenido, puesto que Miqui se encargó de amenizarlo con las ineludibles e imprescindibles interacciones con el público entre tema y tema. En esta ocasión Miqui utilizó de forma irónica y humorística el hilo de los cantautores y sus tópicos para el desarrollo del espectáculo, con la idea de fondo de que él no cuadraba dentro de ese mundo. Abajo Marc Botey concentrado en las notas de su guitarra.
Siguieron sucediéndose temas y más temas, destacando entre otros para mi gusto personal “Sandie Shaw”, en la que antes de empezar con ella Miqui se acordó de la colaboración que hubo entre esta cantante y The Smiths al inicio de la carrera de esta colosal banda de Manchester. Encajó sin duda a la medida el formato acústico a este tema, realmente porque en origen ya es una pista tranquila, delicada y en su toma de estudio hasta con cierto manierismo por algunos arreglos clásicos. No faltaron a la cita temas como la propia canción “Casualidades”, la luminosa “Revival” también del debut en solitario de Miqui, en la cual Puig hizo un guiño a “Domingo diesel” de “Impar” en las últimas frases, y en la parte final la fabulosa “Drama”, que salió más que airosa del paso, ya que este tema de “Colección De Favoritas” es muy animado y movido. Miqui aseguró que hasta el día que se retire, esta canción formará parte del final de sus shows, y en esta cita formó parte del en teoría bis; digo lo de en teoría ya que Miqui y Marc no se retiraron, sino que se levantaron y saludaron pareciendo que se despedían, para sentarse a tocar un par de temas más en forma de propina. Por fortuna este tema no es de los que Miqui tenía en mente dejar de tocar, cuando me refirió hacia esa criba personal compositiva en directo en los camerinos de la sala Galileo hace unos años.
De los momentos que más me gustaron del concierto, me quedaría principalmente con “Tipo loft”, que apareció ligera y llevadera como siempre, y en la que quedó para la retina ese momento en el que Miqui dice aquello de que “la chica se queda con el que tiene más grande el corazón”, mientras que con una cara irónica se llevaba las manos a la entrepierna. También me agradó notablemente “La canción de amor en la que el chico gana”, que ya he comentado unas líneas atrás.
Miqui Puig estuvo simpático a la par que profesional a lo largo de la actuación y Marc Botey se manejó a la perfección a las cuerdas de su guitarra, haciendo un excelente trabajo y proporcionando algún que otro silbido en cierto momento, lo cual supuso un momento bastante divertido por el comentario que Puig hizo al respecto de esos adornos corales por parte de Marc. En todo momento, el buen rollo y la cercanía reinaron a lo largo de la actuación.
Miqui, según me comentó, tiene muchos proyectos en mente, destacando entre otros una idea ambiciosa que no es otra que grabar un disco con una orquesta, con varios de sus temas. De momento, mientras va concretando esos futuros pasos, el que fuera líder de Los Sencillos nos ofrece la posibilidad de ver un espectáculo íntimo y cercano en el que nos presenta esas composiciones tan sentidas en la mayoría de las ocasiones. A continuación una instantánea de uno de los momentos en los que Miqui se levanto para marcarse algún que otro paso de baile.
Personalmente me gustó mucho el concierto y se hizo tremendamente corto; en verdad no sé si fue así, porque no controlé la duración total, o si por el contrario de lo agradable de la experiencia me quedé con ganas de mucho más; me inclino más por pensar lo segundo. Al término del concierto, tras ver el formato de las canciones, le comenté a Miqui que varios temas antiguos de Los Sencillos tendrían una interesante cabida en los set list de estos shows, con su debida adaptación. Entre otras, le mencioné la excepcional “Déjame en paz” del mítico “Encasadenadie”, pero Puig me comentó que con ciertos temas del que fuera su grupo le cuesta tratar en la actualidad.
Una vez más, Miqui se comportó conmigo de forma excepcional (y con esta ya van 3 las ocasiones en las que he coincidido con el sr. Puig). Desde aquí simplemente le quiero agradecer la gentileza de que nos acreditara como medio para cubrir el espectáculo, el agradable rato previo al concierto que compartimos con otros amigos suyos tomando cañas y tapas y también agradecerle que siga en activo en la música, manteniendo viva la llama de la gran banda que bajo mi gusto personal eran Los Sencillos, siguiendo con una respetable carrera en solitario; aquel que tenga dudas al respecto, que escuche sencillamente el lp “Casualidades” y que luego se pronuncie.
Miqui ha mencionado alguna vez él mismo algo como “o se me odia, o se me ama”. Es cierto que los trabajos televisivos que ha ejercido Puig últimamente no le han proporcionado muchos simpatizantes, siendo sobre todo esos detractores gente que no conoce su trayectoria musical. Yo, sobra decirlo, me posiciono en el lado de los que le aprecian, y mucho. Los Sencillos fueron banda sonora de mi adolescencia y siempre presté atención a sus lanzamientos durante los años 90 desde que primero “Bonito es” me llamara la atención y posteriormente “Buena puntería” terminara de confirmarme el interés por la banda. Entenderán que para mi es un logro y una satisfacción poder cubrir una actuación de Miqui Puig como medio acreditado y tratar personalmente con él. ¿Quién me lo iba a decir 3 lustros atrás? Como prueba de todo, abajo una foto de un servidor de ustedes con el sr. Puig.Desde aquí seguiremos atentos a los futuros pasos que Miqui irá dando y en lo que a “Discos, música y reflexiones” se refiere, no se vayan muy lejos que no en mucho tiempo habrá novedades… Creo que ya les he dado demasiadas pistas. Termino animándoles a que se pasen por alguno de estos shows que Miqui irá dando por el territorio nacional, si es que tienen la posibilidad. Pasarán un rato agradable.