Desde que conocí a Oberón, precisamente a través de uno de sus conciertos en la capital, y tras todo este tiempo que ha mediado en el que he escuchado muy a fondo sus 2 primeros discos y en el que he tenido trato directo con el grupo en 2 ocasiones para hacer sendos programas de radio dedicados a ambos discos, ya tenía muchas ganas acumuladas de ver a los de Alfacar sobre el escenario.
El lugar elegido fue la sala Cats, donde ya tuve ocasión de ver al grupo en la entrega de premios de hace un par de años de la revista Lh Magazine. La fecha podía resultar algo conflictiva ya que Oberón y los otros 2 grupos que formaban parte del cartel de la noche se enfrentaban al siempre temible rival que es el fútbol en una de sus máximas expresiones: la final de la Champions League.
En lo que a nosotros respecta, vimos la 1ª parte del partido en casa de un amigo y a las 22h llegamos a la sala, donde pudimos ver parte del final. No obstante, este evento deportivo sí que parece que afectara en parte al evento, ya que poco antes de que el primer grupo irrumpiera en escena, el aforo no era demasiado excesivo.Da Capo fueron la primera banda que tuvo que lidiar directamente con el fútbol, ya que cuando comenzaron a sonar sus acordes aún no había terminado el partido entre el F.C. Barcelona y el Manchester United. No obstante, con mucho ritmo y solvencia supieron saldar su actuación con dignidad. El grupo se compone de una formación básica consistente en una baterista, en una bajista y un guitarrista que a la vez es el cantante. De esa forma dieron forma a un rock bastante movido y de claro carácter clásico que funcionó correctamente como apertura de la noche. Arriba del párrafo les he dejado una foto de Da Capo en acción.Mientras que Da Capo estaban en escena llegaron al recinto los chicos de Oberón y antes de su actuación pude hablar con su batería y manager Raúl Rojas, con su teclista y saxo Francisco Ortega y con su vocalista Kike López, al cual he tenido el gusto de entrevistar en 2 ocasiones como bien saben los seguidores de nuestro espacio radiofónico. Pensaba que Oberón serían la actuación final (debido a su posición en el cartel del evento), pero contra todo pronóstico, los de Granada salieron justo después de Da Capo.Raúl, Gregorio Torices (el bajista del grupo) y Paco Troya (el guitarrista principal del grupo) salieron con una camiseta corporativa negra con la actual imagen del nombre del grupo en esta promoción de su 2º disco “Insomnio De Una Noche De Verano”. Kike optó por diferenciarse con una camiseta roja con la palabra “Dark” invadiendo la misma y Francisco Ortega también salió por la tangente por un estilismo distinto. No hubo lugar en esta ocasión para camisas blancas y corbatas como sucedió en aquel concierto en la sala Garibaldi de comienzos de 2009. La foto situada abajo de este párrafo nos muestra a Gregorio Torices, bajista de Oberón, enfilando el mástil de su instrumento.El grupo dispuso un set list contundente, directo, muy animado y acelerado para sus aproximadamente tres cuartos de hora de actuación. Empezaron con el repaso de su último disco con “Ahora”, la cual sirvió para meter en el concierto al público asistente con su estribillo tan acelerado y animado, y luego se siguió con la canción que da título a su 2º trabajo, que vino a confirmar el buen ánimo y entrega por parte de Oberón. Se rubricó este comienzo de actuación con ese ritmo tan personal que aporta “La cruz”, en la que destaca mucho la base rítmica aportada por Gregorio y Raúl.Para comenzar con el recuerdo del fabuloso disco de debut del grupo se dispuso en primer término al single principal de la obra, aquel “Sueños por cumplir”, que sonó notablemente bien. Asociado al repaso de su primer disco hubo dos de los mejores momentos de la noche, los cuales inmortalicé con sendas grabaciones de video (la subida a youtube, nuevamente cortesía de mi amigo Jose). A continuación pueden ver a Raúl Rojas bastante aplicado en su batería.El primero de los videos que grabé fue “Pretty song”, que llegó mediada la actuación y permitió a Francisco Ortega lucirse como es debido con sus notas de saxofón que tanta personalidad dieron al primer disco del grupo. Kike se encargó de animar al público invitando a gritar esos coros que incluye esta gran canción. Aquí abajo el video de su interpretación en directo, con un audio algo regulero, no se lo voy a negar...
En lo que se podría decir que fue el bis del grupo, sin necesidad de que bajaran del escenario, simplemente haciendo un amago de final de actuación, se nos regaló la canción de apertura de “Meridiano Cero”, la gloriosa “París”. Este gran tema supuso un gran fin de fiesta y la rúbrica perfecta a una actuación que se nos quedó corta, lo cual siempre es buen síntoma, ya que si en un concierto no te quedas con ganas de más, la cosa es que no ha ido bien del todo.Aquí a continuación les dejo el videoclip que grabé de “París”, el cual creo que en mayor o menor medida puede ser un buen indicativo o ejemplo del buen ánimo y ritmo que transmitieron Oberón a lo largo de su concierto.
No puedo obviarles que en lo personal fue muy especial para mi “Éramos dos”, uno de los momentos más reflexivos, melancólicos y calmados de la noche, ya que este 2º single de “Insomnio De La Noche De Verano” me lo dedicó el grupo, lo cual fue para mi algo muy emotivo como ustedes entenderán. Y es que quizás “Éramos dos” fue como una especie de respiro ante tanto ritmo en el set list, ya que incluso “Maestros”, sonó muy intensa, con la guitarra de Paco Troya sonando de forma brutal y todo ello envuelto en los excelsos teclados de Francisco Ortega. Abajo pueden ver a Paco precisamente muy concentrado en sus teclados.En 45 minutos de actuación faltaron muchos temazos por motivos lógicos de espacio; a saber, “Parar el tiempo” o “El bosque de Cebrián” de su último disco o “Rencor” y “El lugar” de Meridiano Cero. No obstante, en los set list que el grupo tenía confeccionados, sí que se incluía alguno de estos temas que supongo serían descartados a última hora para ajustar su actuación al tiempo disponible. Al respecto, parece ser que “Ya no queda nada”, otra gran canción del debut de Oberón, suele disponerse como tema de cierre, pero aquí fue París la que se hizo con los honores, al no haber tiempo para más. La siguiente imagen muestra al guitarrista Paco Troya a sus cuerdas y haciendo coros a la par.Al final del artículo hablaremos de las conclusiones de la actuación de Oberón, pero es que el cartel de la noche no terminaba aquí (por un momento dudé de si el primer grupo había actuado antes de Da Capo). Ahora llegaba el turno de La Broma Negra, una gran sorpresa y el gran descubrimiento personal de la noche, ya que hasta la fecha no tenía conocimiento de esta formación. En escena salieron su vocalista, elegantemente ataviado con un traje negro y corbata del mismo color (casi al estilo del que esa misma noche llevaba Pep Guardiola en Wembley) y con un bombín en la cabeza. El otro componente del grupo, con un look completamente distinto, más heredero del rock y acorde con su instrumento (una impagable guitarra), ponía el contrapunto a la puesta en escena de la formación, complementada con un lienzo con una fotografía ciertamente impactante.Durante sus 45 minutos de actuación, La Broma Negra presentó su propuesta musical con base electrónica programada y sus notas de guitarra eléctrica, apoyada de forma inestimable en la profunda voz de su cantante, con un timbre de voz entre Peter Heppner de Wolfsheim y, por raro que parezca, Joan Manuel Serrat, para entonar esas letras crípticas y elaboradas que estaban presentes en la mayoría de sus composiciones. Por intentar buscar un parecido dentro del mundo de la música, La Broma Negra me llegó a evocar a Wolfsheim, no solo en lo parecido a la voz de su cantante, pero con la particularidad primordial de la presencia de guitarra eléctrica en este caso, cuando en la banda germana no había una sola concesión a ese instrumento. Un ejemplo de la puesta en escena de La Broma Negra lo pueden apreciar en la siguiente imagen.Tras el concierto, gracias a Kike López, vocalista de Oberón, pude hablar con los 2 componentes de La Broma Negra, los cuales me hablaron de su proyecto y trayectoria (la cual se remonta ni más ni menos que a 1992, año en el que editaron su 1er. disco). Advierto a los seguidores de “Discos, música y reflexiones” que no será la última vez que La Broma Negra aparezcan por el blog, sino que en el futuro volveremos a hablar de ellos y algo más; aunque no quiero anticipar más, muchos ya se imaginarán por dónde irán los tiros...Volviendo a la actuación de Oberón, motivo principal de este post y de nuestra asistencia a la sala Cats el pasado sábado 28 de mayo (independientemente de que luego nos lleváramos alguna sorpresa añadida y no hubiera ni una sola nota discordante en todo el programa), afrontemos las conclusiones de la experiencia. Oberón demostraron ser una banda muy buena en directo. Sus composiciones suenan claras, nítidas y con un punto añadido de intensidad en directo, el cuál en teoría siempre se da por conseguido en cualquier concierto, pero que no siempre es así; Oberón no patina en ese terreno. Fue una actuación directa, bastante intensa (por el repertorio elegido por el grupo) y amena gracias a las interacciones de su cantante Kike con el público, que estuvo muy simpático durante todo el concierto. Debajo del párrafo les dejo una foto que me saqué con Oberón al completo.Kike, aparte de llevar la voz cantante, se hizo cargo de la guitarra acústica en varios momentos para completar la máquina sonora de Oberón. Raúl a la batería estuvo serio y concentrado, y al igual que Gregorio al mando del bajo tuvieron momentos de protagonismo rítmico en temas como por ejemplo La cruz. Paco Ortega estuvo muy y participativo desde sus teclados, animando en varios momentos al público asistente y como ya he mencionado, tuvo su momento de lucimiento personal en Pretty song con sus partes de saxofón; Ortega también se hizo con la guitarra acústica en algún momento de la noche. Por otro lado Paco Troya demostró el gran guitarrista que es, ya que las cuerdas de su eléctrica sonaron de forma excelente en cada uno de los temas que el grupo ofreció durante su actuación.Oberón cumplió sobradamente con el objetivo de defender y presentar su 2º disco en la capital. Luchando con las adversidades de tener que enfrentarse a una noche de sábado con un acontecimiento deportivo anual tan relevante, no se vinieron abajo y salieron con toda la fuerza posible para dejar más que satisfechos a los que hasta la sala Cats nos desplazamos. Para una banda no solo es importante tener buen material de estudio, por lo general, sino que también hay que resultar solvente en los conciertos y Oberón ahí sabe moverse bien, sin histrionismos y por contra apoyados en una naturalidad, cercanía y sencillez que juegan sus mejores bazas para el buen sabor de boca que dejan los de Alfacar tras sus shows. Confiamos en volverles a ver pronto por Madrid, y esperamos que a la siguiente no tengan planes alternativos competidores tan difíciles de combatir como el del pasado día 28 y más gente acuda y disfrute de los minutos que el grupo dispone en el escenario. Seguro que si acuden lo pasarán bien. Finalizo el post agradeciendo al grupo que nos acreditaran como medio para cubrir su concierto, lo cual hacemos con el presente artículo.