Revista Cultura y Ocio
Fue una noche mágica la que nos regalaron estos dos maestros en el Velódromo de San Sebastián hace unos días.
Fue un plan improvisado gracias a una amiga, de esos que me encanta hacer, y mucho más si se trata de un buen directo. Y me gustó mucho, más de lo esperado. Porque sí, se les notan los añitos, pero ¿qué más da? Son los cantautores por excelencia que tenemos. Lo que importa es el sentimiento con el que se reciten esos versos.
En ocasiones teatro, en otras concierto. Ese conglomerado de sensaciones es lo que hizo que el espectáculo fuera mágico.
Estos dos pájaros saben lo que hacen, y lo hacen muy bien. Poesía pura. Todo un lujo de recital el de sus conciertos. Un verdadero imprescindible.
Pero si tuviera que describir qué era lo que imperaba en ese escenario, además de un inmenso talento, diría que mucha, muchísima química. Se nota que son grandes amigos, en lo personal, pero eso no siempre es garantía de formar un buen equipo en lo profesional ni mucho menos. Pero en este caso dicho paralelismo adopta su máxima expresión. Gracias, maestros, por dejarnos disfrutar de ello. Porque dos no es igual que uno más uno... ;)
Un besito. S.
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