Con este post, terminamos de contar la semana de traca del
lunes 10 al domingo 16 de septiembre de 2012 tan movidita que hemos vivido con
3 conciertos. Pues bien, llegó el sábado día 15 de septiembre y 4 muchachos de
Las Vegas venían de fiesta a la Ciudad
Universitaria, a algo más que a hacer botellón. Era la 4ª vez
que The Killers visitaban Madrid y la 3ª que asistíamos a verles (si no tenemos en cuenta la vez que fuimos a La Riviera a ver a Brandon en la gira de presentación de su primer disco en solitario). En esta
ocasión, viendo que la actuación era al aire libre, decidimos escatimar en pagar
el precio de la entrada y vivir una nueva experiencia como oyentes de un
concierto. Lo que pasó es que al final hasta lo vimos. A 200 metros, pero lo
vimos y escuchamos más que decentemente, sobre todo teniendo en cuenta el
precio que pagamos por ello (0 euros). La cita era en los añejos campos de
rugby de la ciudad Universitaria, esos que se ven al lado de la A6 abajo según sales de Madrid.
Llegamos a las inmediaciones sobre las 22.30h de cara a buscar un punto flaco
de las inmediaciones desde donde se escuchara más o menos bien.
La idea en principio era verlo desde la A6, más concretamente desde el
apartadero que hay para una marquesina de autobuses, pero al final lo que
hicimos fue tirar av. Complutense en el sentido contrario, para bordear la
facultad de Ciencias de la
Información y llegar a los accesos directos al recinto. Allí,
la puerta de entrada y sobre todo la de salida, dejaban desde un ángulo ver
perfectamente una pantalla gigante situada a la izquierda del escenario según
miras, y la mitad del mismo. Aunque la nitidez del sonido no era perfecta,
teniendo en cuenta la lejanía, no se escuchaba pero que nada mal, quizás algo
distorsionado o retumbado, y ahí decidimos situarnos. La cosa más o menos sería
satisfactoria objetivamente, teniendo en cuenta que allí nos agrupamos en torno
a 5 filas de personas que no hicimos por pagar o intentar colarnos, como sí que
hizo en un momento un imitador de Usain Bolt, que aprovechó un momento en el
que el segurata de la puerta de salida estaba trasteando con su smartphone; de
hecho, ese segurata amagó un momento con cerrar medio portón, fastidiándonos
notablemente la visión, pero ante la pitada generalizada, decidió dar marcha
atrás, ganándose una ovación por parte de los “espectadores-oyentes anticrisis”
que allí estábamos.
Previamente y tras comprobar que desde allí se veía y
escuchaba notablemente, nos tumbamos en lo que quedaba de césped en esa zona y
10 minutos antes nos situamos detrás de las vallas que delimitaban el acceso.
Brandon y cia. fueron muy puntuales, y tras una intro de corte misterioso, con
luces azules iluminando la escena, salieron a las tablas para comenzar con
mucho arrojo y energía de la mano de su último single, el primero de su nuevo
disco “Battle Born”, que salió ayer precisamente a la venta, “Runaways”.
Créanme: yo, un seguidor declarado de los de Las Vegas, solamente había
escuchado una vez la canción, quedándome la idea (que aún mantengo) que se
sitúa a mitad de camino entre el sonido de “Sam’s Town” y “Day & Age”. Con
esto, era la 2ª vez que escuchaba la canción y me capturó definitivamente. En
directo suena genial. Es un tema perfecto para la catarsis y permitir empezar
con un arreón de adrenalina, con esos momentos épicos dentro de su estructura
que tan bien le quedan al grupo y sobre todo a Brandon a las voces y a Keuning
a los coros.
En directo no lo entendí, ya que la nitidez del audio no era
perfecta, pero luego en video colgado en youtube pude oír que Brandon dijo que
venían a por todas, y eso se vio ya en el 2º lugar del setlist con un “Somebody
told me”, que se encargó de meter en la marea de intensidad a todo aquel que
por el hecho de abrir con un tema nuevo no se hubiera involucrado aún. Todo peccata
minuta, no se crean, ya que proseguirían con otro tema “Hot Fuss” y tocarían techo en el terceto de apertura de la mano
de la adorada por todos los que seguimos desde el principio a The Killers
“Smile like you mean it”. Extraña en parte que se sitúe tan cerca del inicio
del show, ya que esta canción tiene galones suficientes como para aparecer por
la parte final o incluso en bises, pero inteligentemente el cuarteto
norteamericano la anticipó para marcarse un listón de intensidad que sería
difícil de mantener durante la hora y media que tenían programada. Aunque no
era tarea fácil, consiguieron de sobra mantener el ritmo tan alto de exigencia
marcado con las 3 primeras piezas que interpretaron.
Quizás hubo un ligero bajón de la emotividad con las 3
siguientes, ya que ni “Spaceman”, ni “This is your life”, que se mostraban como
primeras delegadas representantes del “Day & Age”, ni la aún no familiar
“Miss atomic bomb”, tienen en estos días un peso muy importante en la vida del
grupo. Aún así, “Spaceman” es un disparate de ritmo en su estribillo, como
muchos de ustedes sabrán, y “This is your life” supuso un momento de necesario descanso
entre las notas de su medio tiempo.
Hablemos de las sorpresas. Bueno, pues al igual que sucedió
con Ana Torroja en Móstoles el día anterior, aquí también hubo poco hueco para
cosas raras. Quizás sí que me dejó algo fuera de juego, pero muy gratamente, ya
que adoro esa composición, que el grupo mantenga la épica y sesuda “Bling
(confession of a king)” en el listado de temas de sus directos. Esta canción, en
mi opinión single frustrado de “Sam’s Town”, estuvo ajustada a la medida de un
concierto al aire libre en una inmensa explanada ante 25000 personas. También
nos dejó un poso parecido de ligero asombro que “Shadowplay”, la cover de Joy
Division que el grupo grabó para la banda sonora de la película “Control” de
Anton Corbijn (vean la imagen de mi avatar), tomara parte de la fiesta. Sobre
tenues luces azules (las otras 2 veces creo recordar que eran verdes, tanto en
el Pepeworld Festival de 2007, como en el concierto del grupo en el Palacio delos Deportes de 2009), Brandon se movió confortablemente, mientras que emulaba
a su referente Ian Curtis de forma más que digna. Miren, en la siguiente foto, las 2 luces azuladas del centro de la imagen que están debajo de las deslumbrantes farolas blancas, son la de la derecha la mitad del escenario y la de la izquierda la pantalla gigante; les aseguro que, al igual que el día del último concierto de Springsteen, en vivo nuestros ojos lo veían mucho mejor.
Y cerrando el apartado de sorpresas, lo que sí nos dejó
boquiabiertos fue cuando empezaron a sonar unas notas que no asociábamos a
ningún tema del grupo, pero que sin embargo nos eran vagamente conocidas. Sí,
resulta que The Killers se marcaron otra cover, en esta ocasión del “Forever
young” de Alphaville. La versión fue solamente la mitad de extensa que el
original de ese grupo que tenía un cantante parecido al ex-futbolista
Morientes, pero duró lo suficiente para descubrir que a Brandon le venía como
anillo al dedo, debido al tono de su voz. Recuerdo leer en la página de
“Plásticos y decibelios” de Julián Ruiz, que Brandon le comentó a Julián que
The Killers probablemente harían un disco de versiones como siguiente paso en
su trayectoria; al final eso no ha sido así, ya que “Battle Born” ha sido la
solución a la encrucijada, pero lo que está claro es que en su gira en
solitario Brandon también hizo una versión del “Bette Davis eyes” de Kim Carnes
(¡qué gracioso me ha resultado siempre el nombre de esta cantante!) y ahora
prosiguen la tradición con este tema de Alphaville, que se suma a otros temas
ya revisados como el “Why don’t you find out for yourself?” de Morrissey, el “Romeo
and Juliet” de los Dire Straits o la ya mencionada cover de Joy División.
Quedó bien, pero casi fue esta visión de “Forever young” una
intro a la siguiente canción, un tema por otro lado que cada día que pasa crece
más en el seno interno de los seguidores del grupo. Les hablo de “Read my
mind”, tercer sencillo del 2º disco del grupo, que supuso el inicio del fin de
la parte troncal del show, la cual no bajó para nada en intensidad y, es más,
fue in-crescendo. Llegaba el turno de “Mr. Brightside”, canción abanderada de su primer disco, que por otro lado era
el tema que uno de los chavales que estaba junto a nosotros viendo el concierto
por toda la cara esperaba como agua de mayo. Lo curioso es que tras todo este
tiempo, casi nos habíamos olvidado de “All these things that I’ve done”, y el grupo
se guardó ese as en la manga para situarlo como final formal del show antes de
los bises. Retumbó una vez más el “I’ve
got soul, but I’m not a soldier” y como curiosidad de la puesta en escena de
ese momento del concierto, cabe destacar que sobre el telón de fondo se
proyectó el videoclip que Anton Corbijn grabó con el grupo vestidos cuales
cowboy de medio pelo y algo blanduchos ante unas féminas algo cabreadas.
Bueno, sí, no podemos olvidar que en mitad del concierto,
como uno de los puntos esperados y celebrados del show se situó “Human”. Quizás
los mejores momentos fueron precisamente este del del single bandera de “Day & Age” y el ya comentado de “Mr. Brightside” y en los bises y como última
canción que sonó, “When you were young”. Vaya, se me olvidaba que también como
cierta sorpresa, no contábamos del todo con que apareciera “Jenny was a friend
of mine” y más lejos de todo eso, se ganó el derecho a formar parte del bis
junto a la épica composición que fue en su día el 1er. single de “Sam’s Town”.
Fue un concierto intensísimo. A 200 metros se podía
apreciar la intensidad del grupo, con un Keuning épico a su guitarra y un
Brandon cada vez más consolidando su proceder en el escenario, con esa pose de
brazos caídos con la cabeza medio ladeada frente al micrófono y con sus
habituales subidas a los bafles frontales del escenario. A Stoermer y Vannucci
no les veíamos desde nuestra posición, salvo cuando aparecían enfocados por la
pantalla gigante. Además de la intensidad y la entrega, destaca la seriedad y
solemnidad, que estimo solamente se vio alterada por un video algo irrisorio
(al menos desde donde lo vimos) que acompañó a la algo llorica “A dustland
fairytale”, en el que se veía en el telón de fondo unas siluetas cada vez
bailando más deprisa; nos meamos de la risa casi, ya que no pegaba ni con cola
(puede ser que desde nuestra distancia las cosas se vieran alteradas o no del
todo claras; si alguien tiene algo que decir, que comente a su gusto). El juego de luces, las proyecciones sobre el telón de fondo en general (salvo el apunte comentado 2 frases atrás), la lluvia de chispas y el rayo, símbolo del nuevo disco del grupo, que escudaba los sintetizadores de Brandon, dieron en conjunto una puesta en escena muy buena.
Fue solamente hora y media de concierto, y no sé si llegó. Suficiente
para que The Killers pusiera su bandera en otro lugar más de Madrid y además
diferente a los 3 anteriores sitios que visitaron (una sala no muy grande, la Copérnico, la plaza de
toros de Las Ventas y un espacio arena o pabellón cerrado, el Palacio de los
Deportes). Salieron victoriosos de un concierto al aire libre frente a una gran
extensión y a buen seguro seguirán incluyendo Madrid en sus giras, ya sea para
venir en concierto individual como en 2004 y 2009 o en festivales como en esta
ocasión o en 2007. Porque, sí, The Killers actuaron dentro de un festival, pero
da la casualidad de que los organizadores rechazaron nuestra solicitud de
acreditación, con lo que al evento y a su nombre no les voy a hacer la más
mínima publicidad, ya que no se la merecen y además acrecienta mi “cariño” a
estos eventos, el cual ya quedó patente en el post de intercambio realizado con El gato Kilo. Aquí, ni su nombre voy a mencionar. The Killers sí que se merecen todo el espacio posible que en este
blog podamos darles. Son muy buenos. Uno de mis grupos favoritos de siempre. Si
retornan por Madrid en concierto individual, tengan por seguro que pagaré mi
entrada; si no me creen, “Battle Born” me lo compraré en original los próximos
días.
Eran la una y media y tocaba salir volando para coger uno de
los últimos metros y un búho interurbano por los pelos para retornar a casita (no, esta vez no estuvimos con el grupo al finalizar el concierto como en 2009, ni hicimos por ello),
algo muertos de frío (soplaba un vientecito algo excesivo por esas latitudes y
a esas horas del pasado sábado), pero satisfechos por haber asistido nuevamente
a un concierto de The Killers y ver que el grupo, por mucho chismorreo que haya
de malos rollos entre sus componentes, están en perfecto estado de forma. A 200 metros cualquiera se
podía dar cuenta de ello; pueden imaginarse lo que tuvo que ser eso en las 10
primeras filas frente al escenario. La pasión por The Killers vuelve a estar
patente con esta actuación y con el lanzamiento de su nuevo disco. Estimo que
son buenos tiempos.