Revista En Femenino

Conciliación real, ¡ya!

Publicado el 28 septiembre 2011 por Negraflor @NegraFlor_Blog

Bajo este lema empieza a crecer una revolución, tranquila, de momento silenciosa, muy ilusionada, que espero que a medio plazo se convierta en algo más ruidoso. Y cuando digo ruidoso, me refiero a su repercusión, porque debería trascender.

Somos algunas madres, y también padres, que estamos cansados de oír algo sobre la conciliación de la vida laboral y familiar; y en verdad nos suena a broma. Porque creo que lo es. Esto es una tomadura de pelo. Y parece que ha llegado el momento de pegar el puñetazo en la mesa y entonar el “hasta aquí hemos llegado con la tontería“.

Porque esto de lo que “disfrutamos” (nótese la ironía) ni es conciliación ni es nada. Como asesora de lactancia me siento triste y cansada de ver a madres con bebés de tres meses y medio apareciendo en el grupo de apoyo, al borde del llanto inconsolable, tristes y estresadas porque tienen que separarse de sus bebés. “Ahora que todo empezaba a ir rodado“, dicen algunas; “es demasiado pequeño para estar sin mí“, dicen otras…

No quieren volver al trabajo; no, en cuanto que esa vuelta implica la separación de sus bebés. Pero tienen que volver por miedo a las “represalias” que puede tener el hecho de no incorporarse cuando terminan el permiso de maternidad, o por incorporarse con jornada reducida. Porque no nos engañemos: será un derecho, lo de la reducción de jornada por cuidado de hijos, pero si te acoges a ella, atente a las consecuencias. Porque eso implica que has elegido. Y no has elegido a la empresa… no hace falta que diga más, ¿verdad?

Conciliación real, ¡ya!

Aún así, algunas de esas madres decidirán acumular todas las vacaciones y permisos que les sea posible para intentar alargar un poco más el tiempo con sus bebés. Otras decidirán optar por un permiso no retribuido de unos pocos meses para estar con sus retoños. Otras directamente solicitarán una excedencia voluntaria de un año o más. Claro… y las facturas se pagan solas, ¿verdad? No, no se pagan solas; así que hay que volver a trabajar. Y para ello, hay que dejar a los hijos en unas guarderías que también nos cuestan un el ojo izquierdo, el bazo y parte del hígado. Y no es eso lo que queremos.

No, no puede ser así. Tienen que dejar de hacernos elegir entre ser padres y ser productores. Es hora de que nos movilicemos para intentar conseguir unas medidas de conciliación que sean realmente de conciliación, y no esta broma pesada que nos están gastando. Esto tiene que cambiar. Yo ya no tengo bebés, así que ya no lo hago por mí. Lo hago por todas las madres que me sucederán, para que puedan disfrutar de unos permisos laborales en condiciones, y de una conciliación que no sea una patraña, como esto de ahora. O igual resulta que lo hago por mis hijas; por que el día de mañana puedan cuidar de sus hijos (si deciden tenerlos) sin la presión que supone el límite de las dieciséis semanas.

Marta, de Mà a mà, pell amb pell, cor amb cor, fue quien lanzó la piedra. Y, lejos de esconder la mano, nos invitó a todos los lectores de su blog, haciéndonos partícipes de su inquietud y de esa necesidad de cambio; nos ha animado a compartirlo en nuestros espacios -los que somos bloggers-, y darle visibilidad en las redes sociales. Y así ha surgido este grupo de Facebook al que puedes unirte si quieres aportar tu granito de arena, por pequeño que sea; en él se pretende presentar medidas para reformar la actual ley de conciliación de la vida laboral y familiar, para que se adecúe a la realidad de las familias, y para que la sociedad en general entienda que la conciliación debe ser una realidad, y no un espejismo.

Yo ya me he unido al grupo; si crees que puedes aportar tu granito, no lo dudes.


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