Todos somos conscientes que la meteorología de este invierno en nuestra península y a escala mundial, como las heladas que han sufrido los estadounidenses en los últimos inviernos, han sido muy graves y con algunas consecuencias negativas a muchos niveles. Más allá de nombres rozando la ciencia ficción y difíciles incluso de pronunciar, léase “ciclogénesis explosiva”, el ciudadano de a pie se percata de la difícil situación del clima en el que nos encontramos.
En el pasado siglo, se produjo un gran impacto a escala global por la industrialización, lo que reflejó en unas alteraciones en el clima de nuestro planeta y con unos efectos todavía impredecibles en el futuro. Los gobiernos, en un intento de buscar las causas e intentar mitigar los efectos, acuden a comités de expertos con el fin de debatir y sacar conclusiones de estos acontecimientos, como el formado por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change). En los últimos informes, se han puesto en evidencia, que la situación es altamente preocupante, puesto que los indicadores del cambio climático, así lo manifiestan. Estos documentos presentados ante la opinión pública por este comité científico, nos hacen valorar nuestra fragilidad y ponen en relieve la necesidad de actuar de una manera urgente para evitar que los acontecimientos se precipiten antes de tiempo.
Parece ser que nuestros gobernantes se están percatando de la gravedad de la situación, e incluso naciones hasta ahora reacias a cambios empiezan a ponerse en serio, o por lo menos moverse un poco más, como es el caso del presidente Barack Obama, que en sus últimas intervenciones, se mantenía firme en su lucha contra esta lacra del siglo XXI.
En nuestras manos está el poder de frenar el adelantamiento de las consecuencias derivadas del origen antropogénico. Quedará por ver si el los gobiernos toman conciencia de la gravedad del asunto, aplicando políticas verdes, reduciendo hasta niveles prácticamente nulos el uso de combustibles fósiles, aumentando las economías sostenibles con el mayor uso de las energías las renovables, una mayor educación ambiental, concienciación a los ciudadanos de aplicar un mayor reciclaje y consumo responsable, aplicando medidas de reforestación masiva y salvaguarda de las selvas y bosques de la biosfera (por ejemplo el Amazonas), etc. Esto es sólo un esbozo de algunas de las actuaciones que serán necesarias con el fin de salvaguardar este maltrecho planeta llamado Tierra.
Ya para finalizar, recomiendo si el lector quiere profundizar más sobre la materia, que lea el siguiente artículo mío publicado por la revista de divulgación científica de la Universidad Autónoma de Coahuila siguiendo el presente enlace:
http://www.posgradoeinvestigacion.uadec.mx/Documentos/cienciacierta/CC42.pdf