Conclusiones (parciales) sobre la semana en la que todo explotó en Cataluña

En la semana en la que todo ha explotado de verdad en Cataluña, el mundo sigue su rumbo: “Vuelve a aumentar el hambre en el mundo y afecta ya a 815 millones de personas” (Cadena Ser), “La ONU alerta de la ‘mayor hambruna en décadas’ en Yemen” (RTVE), “Al menos 30 migrantes mueren tras un nuevo naufragio en el Mediterráneo” (El Mundo), “Un jefe de la UDEF dice que Rajoy cobró sobresueldos ‘indiciariamente’” (Público). Indiciariamente, sólo, por ahora.

Sin embargo, esto no resta importancia a la sacudida política y jurídica que ha supuesto para las dos hojas de ruta, la soberanista y la unionista. El 17 de noviembre, Puigdemont y los cuatro consellers tienen cita ante la Justicia belga en relación a la orden de busca y captura emitida por la Justicia española. Y sí, al parecer estos sí tendrán un plazo razonable de tiempo para preparar defensas y demás. Además, sí, parece que les preguntarán si quieren ser extraditados ya o se acogen a sus derechos allí. Vamos, lo normal en un Estado de Derecho. Derecho a la defensa y estas cosas. Leído el auto de la jueza Carmen Lamela, manifesté mi opinión (no mi análisis jurídico) sobre la pobre solidez argumentativa del mismo y lo califiqué de “provocativa columna de opinión”. No me retracto. Considero que para privar a alguien de libertad, teniendo en cuenta el delito, el apoyo social y el contexto político (sí, político) considero que se necesitan más que indicios, artículos de prensa indicando que algo podría haber sucedido y argumentos circulares y cacofónicos. También se necesita algo más que reflejar en el auto unas bases legales y pretender hacernos creer que se cumplen. No han sido pocos los expertos -ellos sí lo son- que han discutido la adecuación de estas a la realidad del procés y, sin embargo, he recibido mensajes que rebosaban odio. Muy preocupado, esta ha sido mi conclusión:

Creo que en este país no estamos acostumbrados a disentir…

— Fernando Ntutumu (@ntutumu) 2 de noviembre de 2017

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En el centro político de la Unión Europea, sin embargo, la situación es distinta: entre un plazo de 10, otro de 50 y la posibilidad de prórroga, a lo sumo podrían ser 90 días. Fíjate tú, estos sufriendo el Estado de Derecho belga en «en llibertat i sense fiança» y, mientras tanto, por los mismos supuestos delitos, Junqueras & company disfrutando de vacaciones pagadas en Estremera y Alcalá Meco. Life is not fair! Lo sé, suena descabellado y antidemocrático, ¿verdad? No entiendo por qué, entonces, el Tribunal Supremo le estará tirando de las orejas disimuladamente a la Audiencia Nacional.

A todo esto, ¿os habéis enterado? Parece que un grupillo de personas con muy poca formación, más allá de sus nutridas carreras en el ámbito de la filosofía, se han puesto de acuerdo para decir una burrada: “El Gobierno español ha violado libertades y derechos“, en contra de otro nutrido grupo de juristas que dice que no, que la ley es la ley y que sólo la ley está por encima de la ley. Ni siquiera ese pensamiento que hizo avanzar y sigue haciendo progresar nuestras sociedades. Son, ni más ni menos que 188 de los intelectuales de más alto rango en Europa. Ahí es nada.

Un centenar de intelectuales critican por carta la pasividad de la UE con Cataluña https://t.co/wwyYaUn3QS

— Fernando Ntutumu (@ntutumu) 6 de noviembre de 2017

Por su parte, Puigdemont ha señalado desde el exilio, en un artículo en eldiaro.es, que considera la decisión «arbitraria, antidemocrática y, en (su) opinión, (…) ilegal» y, ante esto, España se muestra más dividida que cuando Aragones planteaba no convocar a Raúl a “la Roja”. (Hate is in the air…🎶). Roja que, por cierto, la ha liado esta semana. ¿Os habéis enterado? El equipo de Adidas que diseñó el equipaje es, o independentista, o republicano, o despistado, o las tres cosas ¡La que han liao’ pollitos! O quizás sólo sean muy buenos en esto del márquetin…

Lo último de lo último fue el encarcelamiento y liberación tras fianza de nada más y nada menos que un miembro en activo del Parlament de Catalunya -su presidenta, Carme Forcadell- quien, al parecer, habría matizado algunas de sus posiciones respecto al procés a fin de evitar la prisión incondicional. (Nota: quizás en el lapso de tiempo que tardo en escribir y publicar este texto hayan encarcelado a alguien más; no me hago responsable de esto). Ahora hay quien la tacha de cobarde por no mantenerse en sus trece. Principalmente desde los partidarios del unionismo, lo cual ¡manda bemoles! Cuando lo apoya porque lo apoya, y cuando no lo hace porque no lo hace… Spain is different. Querría ver yo a muchos de ellos frente a un Estado que te amenaza con el encarcelamiento si no te retractas. Creo que aquí el problema no es que ella no sea Nelson Mandela (¡faltaría Más!), aquí el problema es que, al margen de los hechos, podrían estar propiciando -nuevamente- una u otra deriva judicial en función de posicionamientos políticos, lo cual es inadmisible.

¡Al loro, que no estamos tan bien!

No deseo que Cataluña deje de formar parte del Estado en el que resido (España), pero esto me da motivos para apoyarlo y seguirles. #Llibertatpresospolitics

— Fernando Ntutumu (@ntutumu) 2 de noviembre de 2017

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