Aunque no puedo decir que no me gusten las Navidades, confieso que siento alivio al ver que ya se han acabado y nos disponemos a guardar el árbol y demás adornos. Han sido unas semanas algo caóticas. Bien es cierto que los días que yo pensaba organizar todo tuvimos que pasarlos en el hospital. El caso es que todo ha sido un poco caótico.
Las aglomeraciones de gente me han echado para atrás a la hora de hacer ciertas compras, el estar tan pendiente de mi hijo y su evolución no me han permitido organizar y preparar cenas y/o comidas como me hubiera gustado. Todo lo hemos ido viviendo muy deprisa y con un poco de descontrol.
La primera conclusión que saco es que las próximas fiestas las empezaré a organizar a principios del mes de diciembre: compras de regalos, organización de comidas/cenas, organización y reparto de la familia en los días principales.
Segunda conclusión: la cena de Nochevieja la haré yo en mi casa o donde sea, pero yo. Si mi sobrina se calma un poquito (cosa poco problable) seguramente mi hermana pueda ayudarme y entre las dos preparar un rico festín. Mi madre empieza a hacerse mayor, y se estresa en exceso con la preparación de comidas, y eso en consecuencia me estresa a mi también. No hay necesidad. Creo que ha llegado la hora de que nosotras tomemos el relevo. Sé que a ella le gusta hacerlo en su casa, que le gusta hacerlo a su manera, pero si somos las hijas quienes elegimos el menú, su preparación, entrantes, bebidas y demás,...., casi mejor dejar toda la logística en nuestras manos.
Tercera conclusión: el día de año nuevo, se pongan como se pongan NO comemos con nadie. Por la tarde me encantará compartir una merienda ligera, si el tiempo lo permite pasear con los niños, pero de comida nada de nada.
Cuarta conclusión: Me ha gustado darle más regalos al peque en Papá Noel que en Reyes. Las vacaciones son muy largas y los juguetes se aprovechan más en esos días que después cuando el cole empieza.
Quinta conclusión: Una vez más sus majestades y el loco de la barba blanca se han pasado en sus presentes a la criatura. Tengo que hablar seriamente con ellos y planificar mejor la cosa.
Sexta conclusión: La organización de regalitos, compras, incluso el papel con el que se envuelven los presentes para las próximas fiestas ha de ser cuidado al detalle. El niño se da cuenta de todo, pero de todo, todo. La pregunta de "mamá, Papá Noel compra los regalos también en Decathlon, verdad?" habla por sí sola. Habrá que montar un dispositivo "top secret máximo" cuidando hasta el más mínimo detalle.
Séptima conclusión: Todos y cada uno de nosotros, incluídas las gatas, han de tener su pequeño presente bajo el árbol, pues mi hijo busca todos los regalos para repartirlos. "Mamá mi gata no ha debido ser buena este año porque no ha tenido regalo. Cariño ella tiene todo lo que necesita viviendo en casa, sobre todo nuestro cariño. No mamá, necesitaba unos ratoncitos nuevos para jugar" :s
Octava conclusión: Sellar con celo la boca de la abuela e impedir que diga frasecitas tipo "no me ha dado tiempo hoy a comprar los Reyes de tu hermana", delante del niño.
Novena conclusión: no merece la pena gastarse un pastón en el Roscón, ni al peque ni a papá sin complejos les gusta en exceso, mis padres no tienen paladar, y a mi hermana, mi cuñado y a mi nos sirve el más barato si lo mojamos en chocolate. Aunque como propósito del año nuevo, y os pongo a todos como testigos, intentaré hacerlo yo misma, con estas manitas.
A groso modo con estas reflexiones intentaré mejorar las Navidades 2012, y hacer de ellas unas fiestas menos estresantes, más divertidas y con mejor sabor de boca.
Por ahora, las de 2011 ya se han acabado y tenemos un largo año por delante.