Antes de que leáis este texto quiero dejaros claro que no es un publirreportaje. Es más no he recibido ni un calcetín por hacerlo. Me ha parecido interesante abordar la historia de Cóndor, la firma líder en leotardos y calcetines, y compartirla con todas vosotras. No sé si os he contado alguna vez que como periodista he cubierto muchos sectores (motor, alimentación, textil...). Todos ellos tenían fábricas, así que disfruté muchísimo durante una época recorriendo España, visitando todo tipo de factorías y conociendo sus procesos fabriles (por ejemplo, lo hice para la marca de automóviles Seat o para los yogures Danone). Por ello me encantó que Cóndor me invitara a su factoría de Arenys de Mar (Barcelona) para explicarme paso a paso el mimo que ponen en la fabricación de sus productos estrella. Ya sabéis que además de calcetines y leotardos crea colecciones de moda infantil y la de otoño-invierno 2012 ya os la he presentado recientemente en este blog. Pues en eso estoy ahora en contaros como se hace un calcetín. Y no es proceso baladí. Seguid leyendo porque disfrutaréis de la historia y la experiencia.
Me estoy leyendo el libro sobre Zara, la autobiografía de Amancio Ortega no autorizada, publicada recientemente. Salvando las diferencias, al redactar este artículo me han venido a la mente algunos pasajes de la historia del gigante de Arteixo. Cóndor es también un ejemplo de empresa que se ha adaptado a los tiempos. La fundó la familia Riera en Arenys de Mar en 1898 y de ser una industria pura en su constitución se ha ido convirtiendo en un retailer (abrieron sus tiendas propias en 2005), ampliando su actividad para satisfacer las necesidades del mercado. Nació para fabricar calcetines. Mi madre me decía, cuando le expliqué que había estado en la fábrica, que ella ya los conocía de pequeña, y que luego nos los puso, los calcetines y leotardos, a mi hermana y a mí. Ir a preguntar por la calle una marca de leotardos. Seguro que os dicen Cóndor. Igual que si preguntamos por la marca de moda más internacional de España nos dirán Zara.
Ver la fábrica de Cóndor fue muy gratificante. Fabricar un calcetín o un leotardo no deja de ser un proceso artesanal que la firma ha industrializado poniendo especial atención en la calidad del hilo, en la perfección estética del producto acabado y en la comodidad de quién lo utiliza. Me contaba Jordi Sabat, el jefe de Tejeduría, que hacen un promedio de 3 calcetines por minuto. Arriba veis la sala de máquinas en Arenys donde se hace el 100% de la producción. Los fabrican principalmente en color beige, que es el básico, y luego aplican el tinte llegando a conseguir hasta 62 opciones diferentes.
Como en casi todas las historias de fábricas, Cóndor también sufrió su propio incendio en 1972. Todo quedó destrozado. La empresa se vendió en 1975 al propietario de Industrias Valls (los de la marca Punto Blanco, que también hacen calcetines). Por ello, hoy en día Cóndor pertenece a la Corporación Empresarial Valls S. L., un holding con diversas compañías del textil y las artes gráficas.
En 1995, introdujeron en su portafolio de productos gorros y bufandas, enfocados siempre al público joven, esto es niños y niñas de 0 a 14 años. Luego fueron chaquetas y complementos de punto, así aprovechaban los recursos de su maquinaria y conjuntaban la oferta en vestimenta infantil. Hoy Cóndor dispone de un equipo propio de diseñadores que crea dos colecciones al año, alegres y coloridas, con un toque de elegancia y siempre con un tejido de calidad, cómodo para los niños. Arriba veis una foto de la sala de diseño. En sus casi 10.000 m2 de fábrica trabajan actualmente unas 210 personas.
Y si para hacer un calcetín tardan 3 minutos, un leotardo se teje en 8. Luego necesitará confección, esto es unir las dos piernas. Son leotardos diseñados para que no aprieten en las caderas ni se hagan bolsas en los tobillos. Los fabrican hasta la talla 16 siendo la de 4 años la más solicitada.
Estaba paseando por la fábrica cuando entramos en una sala en la que había una reunión comercial (arriba). Son las encargadas de las tiendas Cóndor que se reúnen con mucha antelación para conocer los lanzamientos de las colecciones y poder transmitir ese conocimiento de primera mano a sus clientes. Cóndor tiene tiendas en Barcelona, Valencia, Huelva, Vigo y Girona. Este año se estrenaron en el mundo del ecommerce con su tienda on line.
Estoy convencida de que durante muchos años no han tenido competencia. Ahora ya sabemos que son tiempos duros y que el éxito de cualquier empresa para ser competitiva (frente a las producciones asiáticas o de oriente medio) pasa por la internacionalización. Se de buena tinta que Cóndor triunfa en Japón. Estuve en Tokyo recientemente, en pleno invierno, y todas las adolescentes estilo 'lolita' utilizaban calcetín hasta la rodilla y eso que hacía un frío terrible. Al mercado nipón le vuelve loco la moda occidental, la calidad de productos como Cóndor y son poco susceptibles al precio. Ahí creo que les irá muy bien. También en países como Rusia donde ya están avanzando pasito a pasito. La exportación para la marca representa actualmente un 19% de su facturación (venden en 25 países de todos los continentes).
Además de las tiendas propias, la firma vende también en 2.800 puntos multimarca, entre ellos El Corte Inglés. Cóndor es miembro de un consorcio de I+D (Confortcare), donde investigan sobre nuevos productos para aportar el máximo confort y durabilidad, pero también para hallar nuevos materiales (biofibras) respetuosos con el medioambiente. Y para acabar este artículo os dejo un vídeo que me han facilitado donde podéis ver parte del proceso de fabricación que yo vi.