Siempre se habla del “exceso de velocidad” como causa principal de los accidentes (junto al alcohol y otras sustancias) pero nadie habla del “defecto de velocidad”, que puede ser aún más peligroso y desencadenar más accidentes si te plantas a 75 km/h cuando hay un límite 120km/h.
Aquí la Rubita, cuando llegó a Madrid no estaba acostumbrada a las autopistas de 5 carriles, a los túneles de 15 kilómetros ni a tantas indicaciones juntas en una misma señal. ¡Lo que me ha costado entender e interpretar a los conductores de Madrid!
Para los que nunca habéis conducido en tan curiosa ciudad os daré un par de lecciones:
Primera lección: Los indicadores no sirven para nada en la capital española. Si intentas girar, incorporarte o lo que sea, no pongas el intermitente…. ¡Les da igual! Al contrario, aceleran para que no te cueles, no vaya a ser. Es peor que conducir en la jungla. Creo que en un “tronkomóvil” no me sentiría menos segura…¡Total!
Segunda lección: No busques una señal que te indique una población a 5 km de distancia. En Madrid, las señales indican Burgos, Andalucía o Badajoz… ¡Ni de coña encuentras Carabanchel escrito en ningún lado! Y ni que decir de el número de palabras e indicaciones que hay en una señal (a mí no me da tiempo a leer ni la mitad) R1/R2/R3/R4 (AUTOPISTA DE PEAJE O LO QUE SEA).
Y ya no hablemos de las incorporaciones y las salidas de autopista…Yo que me había colocado en el carril de la derecha, tranquilita, sin adelantar (creyendo que era el más seguro) y ahora tengo que moverme 4 carriles hacia la izquierda para poder incorporarme a dónde sea…¡Que desastre!
Tercera lección: EL GPS no funciona en el túnel de la M-30. Así que estudia la ruta antes de coger el coche, porque la salida que te indican es Valencia/Valencia O´Donell, Toledo, Nuestra Señora de las Cabezas…..¡Pero cómo me puedes indicar una ciudad a 600 km y no decirme como llegar al pueblo de al lado!
Cuarta lección: Aquí además de rotondas hay “raquetas”. Si tomar una rotonda tiene su dificultad en algunos momentos, el no saber como girar a la izquierda (y esto fue un caso real…. Pues estaba prohibido girar en toda la avenida) es un problema. Hay más “raquetas” en Madrid que en un torneo de Roland Garrós. Todo lo resuelven con una “raqueta”, en la que tú giras a la derecha para después girar a la izquierda… El ingeniero de caminos que lo diseñó estaba pletórico ese día ¿no?
En fin que la F1 debería ser rodada en la Castellana, pasando por la M-30, M-40, M-50 y terminar la “pole posittion” en la A6. Y no en Mónaco… ¡Que allí tienen mar… claro! ¡Pues Madrid tiene Sierra!
A ver, que yo tengo 10 años de carné y jamás me habían pasado cosas de éstas. Y cuando llegué a la “gran ciudad” además de aprender a usar los verbos compuestos, que los gallegos somos de pasado simple: “llegó” no es lo mismo que “ha llegado”, de aprender a utilizar el Metro y controlar todas las líneas (y más de una vez acabé en la vía contraria) tuve que aprender también a interpretar señales y a esquivar conductores “kamikaze” para poder llegar a mi destino sana y salva.
En fin, que puede que se me quede grande esto de vivir en la “capital” porque además de la contaminación del aire (que ya ha salido en las noticias estos últimos días) las prisas de la gente (con prisa hasta a los lugares de ocio) y que adelantan en las escaleras de “El Corte Inglés” (como si se les fuese a escapar la dependienta o si se agotasen las existencias de lo que hubiesen ido a comprar) ¡Por Dios, que es domingo… Sin prisa y a disfrutar!
De verdad, lo que he tenido que aprender. Pero es que esta mañana me parecía increíble que los coches de mi izquierda fuesen a 140 y no podías incorporarte a ese carril y que el coche que tenía delante no pasase de 80 km/h. ¿Para qué me sirve a mí un coche de 6 marchas? ¡Que casi se me “cala” el coche en la M-50!
Y ya no hablemos de conducir en condiciones adversas. Lo más adverso de Madrid son los propios conductores ¡Si aquí nieva 4 veces en todo el invierno y como mucho llueve 10! Y que nuestro asfalto es de peor calidad.
En Galicia, nos llueve de Septiembre a Junio (y en agosto también). No quiero imaginar las carreteras madrileñas con un invierno gallego de lluvia, viento y más lluvia y más viento… y así sucesivamente.
Todo es acostumbrarse ya que cuando una se aprende las rutas ya sabe que tiene que salir en la 72 (por la derecha) pero en cuanto salga debe incorporarse a la 501(por la izquierda ) ¿Pero a quién se le ocurre?
Yo, la Rubita que vino de una ciudad pequeña donde las rotondas sólo tienen 4 salidas y aquí tienen 6, que no sabía utilizar más que dos carriles y que odia la velocidad pero tampoco quiero ir a 60 km en una autopista porque siempre hay un listillo que se coloca detrás tuya, que no sabe lo qué es la “distancia de seguridad” y te presiona para que te apartes ¡Pero si no podemos correr más! Y le parecen lentos mis 125 km cuando hay gente que va a la mitad de velocidad…
Mañana es viernes (todo el mundo sale a las 3) ¡A ver la caravana que me espera para llegar a mi casita! Un lujo…jajaja.
Por lo demás no me puedo quejar: Madrid con tráfico, sin él, con ruido y en silencio, con gente y solitaria… una ciudad para perderse en mil rincones… Eso sí… Yo voy en Metro, que llegaré antes que en coche y no tendré que buscar aparcamiento.