“Conduzca con precaución y con carné”. El número de conductores noveles españoles cae a niveles de 1981 por la crisis.
Imagen: elconomista.com
¿Recuerdan ustedes cuando sacarse el carné de conducir era una etapa más en la vida como la Primera Comunión, el primer beso o sacarse una muela? Hoy, ya no es como antes y prueba de ello son los datos que ha presentado en estos días la Confederación Nacional de Autoescuelas (www.cnae.com) en los que revela, tal y como recoge elEconomista.es (www.eleconomista.es) que el número de nuevos conductores que se han sacado el carné de conducir en el primer trimestre de 2012 se ha hundido a niveles de 1981.
En un principio podríamos pensar que esta nueva tendencia, la de no querer saber conducir, se produce por un descenso en el precio del transporte público tan atractivo que muchos consideran un despilfarro invertir en el carné si con la guagua (autobús) ya está satisfecha nuestra demanda. También se nos pasa por la cabeza que, como la historia siempre se repite, al igual que han vuelto las hombreras, los cortes de pelo al estilo de aquella época e incluso seguimos escuchando la música de una década tan buena, los que no tienen el permiso de conducir han querido respetar los datos del año 1981 igualándolos en este 2012.
Pero tristemente la realidad es otra, y la misma pasa por la maldita palabra que empieza por “c” y termina por “risis” que obliga a muchos no a no querer saber conducir sino a no poder. Debido a ella, son incontables los que no pueden costearse algo tan necesario como es el carné de conducir. Y aquellos que quizá puedan optar al mismo, se lo piensan porque lo que no podrían permitirse sería el suspender y el sobrecoste que ello conllevaría.
Yo en mi época pude sacarme el permiso gracias a que el mismo fue costeado por mis padres para así facilitar mi traslado diario a la Universidad. Ahora, los padres no pueden ni pagar la Universidad de sus hijos debido a los incrementos en las tasas, lo que hace aún más irrisorio que puedan hacer frente además a lo que cuesta la autoescuela, libros, prácticas o derechos a examen o examen médico.
Hoy en día sacarse el permiso de conducir es un lujo al alcance de muy pocos y aunque el parque móvil siempre está por encima del que debería tener la mayor parte de las grandes regiones, se echará de menos ver caras nuevas a las que insultar cuando hagan una mala maniobra o dar el seguro a nuevos conductores cuando tengamos un roce. Y el que tenga la surte de poder apuntarse a la autoescuela, que estudie y no pierda la fe pero que recuerde que la vida sin problemas sería como conducir por una carretera sin curvas.
Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…
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