Si llevas un tiempo leyendo este blog, sabrás que, cada vez, estoy más metido en lo que a educación canina (y ambiental) se refiere. Por eso me hace especial ilusión hablar sobre el nuevo gran proyecto que formará parte de nuestras vidas a partir de ahora.
Ayer, anunciamos que Vorágine, la empresa que, de algún modo, me ha permitido llevar a cabo muchos de los disparates que os he narrado aquí, cerraba sus puertas definitivamente. La razón es vital, es decir, una de esas decisiones que se toman con el corazón, dejando que la cabeza busque los argumentos que considere más correctos, pero sabiendo que ya es momento de moverse hacia otra dirección.
¿Y de qué se trata? Bueno, por ahora, solo puedo explicar una parte del proyecto, pero te garantizo que te va a gustar…
Creer en los comienzos inesperados…
A mediados de 2016, nace Conectadogs; brota el germen tan solo; lo hace en un equipo multidisciplinar que se había conocido en el ámbito de la educación canina y las terapias asistidas con animales (TAA). Surge en un contexto de preocupación compartida por la acumulación de PPP (perros definidos como “potencialmente peligrosos”) y perfiles de difícil adopción por miedo, ansiedad o agresividad en protectoras. Un problema muy ligado a la decisión de no sacrificio en comunidades autónomas como Cataluña y Madrid, un primer paso asombroso de ese camino de bienestar animal que apenas empezamos a recorrer, pero a causa del que la falta de recursos para dedicar tiempo a estos animales los condena a toda una vida en un chenil.
Sabíamos que las protectoras no tienen tiempo que dedicar a todos esos perros. Lo hemos visto. Es más, según los estudios del Observatorio Fundación Affinity, existe una masificación que se incrementa año a año; una masificación que ni la Administración, ni voluntarios, ni etólogos, ni adiestradores tienen recursos para solventar, y que termina por condenar a miles y miles de perros a una vida en una jaula por siempre jamás.
Imagen promocional del proyecto Pitbullying donde pit bulls maltratados luchan contra el acoso escolar. Tenéis más información aquí.Entonces, nos preguntamos: ¿Por qué no un centro de recuperación? Y aquí estamos. Trabajando en una propuesta que une un interés animalista con otro social, y está a punto de despegar; donde los perros que nunca han tenido una oportunidad podrán ser reeducados, y, además, convertirse en parte de un proyecto social en problemáticas tan graves como el bullying y en terapias orientadas a colectivos en riesgo de exclusión.
Esos son los dos pilares básicos de Conectadogs, con los que creo muchos de los lectores y lectoras de este blog simpatizarán: la creación de un centro de recuperación canino para perros que necesitan aprender, de nuevo, cómo ser perros y la apuesta por terapias e intervenciones asistidas con animales que aportan tanto al can como a las personas.
Logotipo de la asociación. ¡Podéis echarle un ojo a la página web, ya (casi) está terminada! 🙂Este es el inicio… que no es poco, ¿verdad? Pero va a ser mucho más. Confiamos en que Conectadogs se convertirá, en breve, en un proyecto ampliable, replicable y, sobre todo, en una solución real a algunos de los más graves problemas de maltrato y abandono animal: una apuesta fuerte por el bienestar canino que, al fin y al cabo, hoy es uno de los pilares de nuestras vidas.
¡Si tenéis interés, podréis encontrarme también por ahí! Y si queréis colaborar, de un modo u otro, aceptamos y agradecemos todo tipo de ayudas (propuestas de voluntariado, difusión, ayuda económica, ánimos…).
P.S.: ¿Qué os parece el logo? ¡Nos han llegado opiniones de todo tipo, aunque entre los más cercanos ha gustado mucho!
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