El envío regular de correos electrónicos en la comunicación política permite una conexión significativa con la ciudadanía. Segmentando audiencias, ofreciendo contenido relevante y fomentando la transparencia, los líderes políticos pueden movilizar a los votantes hacia una participación activa. Esta estrategia fortalece el vínculo con la audiencia y promueve una democracia más participativa y comprometida.