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Fijate en lo cotidiano.-
Escoge una actividad banal que realices cada día, pero decídete a hacerlo concediéndole toda tu atención. Haz la cama cepíllate los dientes conduce el coche al ir al trabajo o friega los platos, pero hazlo conscientemente. Puedes habituar tu mente para que aproveche por completo cada momento.
- Habla con tus seres queridos.-
Empezando con un amigo íntimo o un familiar, alguien con quien te sientas cómodo y mantengas una relación fluida, esfuérzate por escuchar y por estar presente con él o con ella.
Amigos
- Observa la belleza.-
Elige una experiencia o actividad estética, ya sea conocida o nueva. Puede ser escuchar música, ver un espectáculo de danza, preparar la mesa para cenar escribir algo importante para ti o cualquier otra cosa. Presta atención a los detalles hermosos de la experiencia, trata de imbuirte de la belleza del momento. Observa cómo te sientes después.
- Saborea los alimentos.-
Come algún plato prestando atención intencionadamente a los sabores. Probablemente tendrás que comer más despacio de lo habitual. Nota nos solo el sabor sino también la textura de la comida.
Será una experiencia totalmente diferente. Puedes sentir sabores sutiles dentro de los ya conocidos. Puedes descubrir que cuando prestas atención al simple hábito de comer; necesitas ingerir menos cantidad de lo que tienes por costumbre. O puede que te parezca tan delicioso que lo disfrutes más.
- Acércate a la naturaleza.-
Ve a dar un paseo por el parque o por el campo. Prestando atención al micro nivel, busca los detalles que te llaman especialmente la atención: La corteza de un árbol, una seta, una hoja, los rayos del sol filtrándose entre los árboles, formaciones de nubes…. Nota como este ejercicio mejora tu conciencia.
- Juega como un niño.-
Pasa algún tiempo con algún niño que conozcas sin tratar de enseñar o dirigir nada, sino más bien entrando en su mundo. Sin duda los niños están mucho más en el momento presente que los adultos. Si les dejas introducirte en su experiencia, recordarás como eras cuando eras niño, y apreciarás el ritmo relajado de la desaceleración de la mente...
- Escucha a tu cuerpo.-
El cuerpo no miente. Solo puede vivir en el presente. Las sensaciones son focos de atención extremadamente potentes. Si son agradables, la tarea es fácil, y nos sentimos más enérgicos y vitales después. Pero los desagradables, incluso el dolor, pueden enseñarnos mucho sobre la conciencia del momento y sobre el cambio a lo largo del tiempo. Cuando tenemos dolor de cabeza, o dolor muscular, normalmente lo consideramos un 'punto' de dolor, una entidad no cambiante. A veces incluso reaccionamos como si fuera permanente y no fuera a desaparecer. Pero si préstamos atención, podemos notar un flujo cambiante de sensaciones sutiles.
- Rompe tu rutina.-
Haz algo que no hagas normalmente. Si siempre te duchas, prueba a bañarte o viceversa. Si nunca montas en bicicleta, hazlo ahora. Si nunca utilizas el autobús, súbete a uno y ve a alguna parte. Si nunca comes fruta, cómete una pieza. Prueba a ducharte con agua fría (aunque quizá no en invierno…) Las actividades y experiencias nuevas nos hacen estar más en el momento presente que las conocidas, las que hacemos por rutina.
- Experimenta con tu atención.-
Intenta hacer dos cosas a la vez, es decir, conducir mientras escuchas la radio, o comer y leer el periódico. Después haz las dos cosas por separado, prestando atención a cada una. Fíjate en las diferencias que experimentas.
Cuervo Negro
- Recuerda tu objetivo.-
En la Isla, de Aldous Huxley, un libro sobre una sociedad utópica en la que las personas cultivan la conciencia, un cuervo vuela continuamente alrededor de la isla graznando las palabras: '¡Aquí y ahora chicos! ¡Aquí y ahora!'. No puedes comprarte un pájaro y enseñarle a decir esto mientras vuela por tu casa. Pero puedes colgar un letrero en tu habitación, utilizando las palabras que prefieras para recordarte el momento presente. En poco tiempo, recordar fijarse, recordar ser consciente, se convierte en un buen hábito: El letrero de la pared es sustituido por un recordatorio interior.
- Aprende a meditar.-
La meditación budista es una forma directa e intencionadamente reconocida de ejercitar la capacidad para vivir el momento presente, porque la meditación budista, la práctica de la atención y el desarrollo de la percepción, es la práctica de la conciencia del momento. La meditación enseña a serenar la mente, a desapegarse del pensamiento y a entrar en contacto con el silencio interior.
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