Los yankis, chuleando en la Luna.
Los chinos van a mandar a un hombre a la Luna. Un hombre o una mujer, todavía no se han decidido y tienen tiempo, porque será como muy pronto en 2025. Me apuesto todos los cromos de Historias y soldados del siglo XX a que los dirigentes del Partido Comunista no dejan que una china-chica les gane la partida. Deberían pensárselo, porque quedaría muy cool. Mandar a un astronauta macho a la Luna ya no tiene gracia. Aquello del pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad es del verano del 69. Aquel año triunfaron Armstrong y Aldrin pero también Los Payos con María Isabel: “La playa estaba desierta, el mar bañaba tu piel, cantando con mi guitarra…”. A Josele, el humorista, que formaba parte de aquel cuarteto, hasta le dio tiempo a borrar su rastro y a enderezar su carrera.
En la Luna hay mucho terreno urbanizable lleno de polvo y poco que hacer. Fueron los indios los que descubrieron que había agua en las profundidades de la Luna, aunque otras fuentes apuntan a los rusos, que entonces eran soviéticos y expertos en lanzar globos sonda y satélites al satélite, que es una redundancia de trabajo. En total, una docena de astronautas y un montón de robots supertecnológicos han pisado la Luna. China ha mandado hoy uno. Seguro que ya han tenido en cuenta que la Luna se aleja casi cuatro centímetros por año de la Tierra. Sería una pena fallar por poco. Se verá mediado el mes de diciembre. Llegar tiene más mérito cada día en términos kilométricos, aunque ahora es más fácil porque los cohetes y los coches han cambiado mucho, que ves ahora un Ford Fiesta de hace 20 años, como el que nos vendió Samuel, y no te lo crees.
Son un poco soberbios los chinos, o al menos su Gobierno. Igual pasa como aquí, en España y alrededores, que el Gobierno y las personas no tienen nada que ver. Digo que son soberbios porque dicen que el éxito de la misión será un símbolo de la potencia china. Vale, pero al robot le han puesto un nombre que no sé. Conejo de jade, se llama. Hay que tener mucho cuidado con los nombres que pones a las cosas. Lo del Mitsubishi Pajero fue un despropósito. Los japoneses también llamaron Moco a un microcoche. “Habrá también un Moco con tracción integral permanente”, dice la noticia publicada hace once años. El famoso conejo de Jade tiene obsolescencia programada. Durará tres meses y a la chatarra. Ya lo dicen los de Axe, que van a mandar a 22 tipos al espacio en otra misión, ésta publicitaria: “Nada le gana a un astronauta”.