Revista Educación

Conexión Reborn

Por Siempreenmedio @Siempreblog

Conexión Reborn

Mira estas dos fotos.

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RebornDollsByHelenJalland-TinkerbellNursery

Tal vez despierten en ti ternura o tal vez no, porque, aunque algunos no lo crean, a todos no nos gustan los bebes. Pero, hay unas personas a las que les gustan tanto que tienen colecciones completas de ellos: 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 20, 30 y quieren más. Por increíble que te parezca, es así.

Sí, tiene truco.

Fíjate bien. Una de las fotos es un bebé real y la otra es de un bebé Reborn, un muñeco hiperrealista creado para engañar a los sentidos. ¿Sabrías decir cuál es cuál?

“Conexión Samanta”, el programa de la reportera Samanta Villar emitido en Cuatro, dedicó un reportaje a personas aficionadas a los bebés Reborn en España.

Me quedé totalmente estupefacta, vi cada minuto boquiabierta (literalmente). Lo confieso, me dio yuyu ver esos muñecos tan realistas, pero el programa me enganchó.

Me moví durante su emisión entre el estupor y la incredulidad y en algún momento rocé el bochorno por ver cómo estas personas trataban a estos muñecos cuyo realismo va más allá del engaño a la vista. Algunos llevan incorporados sonidos de bebés. La silicona de la que están hechos hace que su tacto sea escalofriantemente realista. Pesan unos tres o cuatro kilos y ya han avanzado tanto en la técnica de fabricación de estos bebés Reborn que algunos pueden tomar biberones reales, orinar y con otros están experimentando aplicar movimientos realistas a sus caras con diferentes expresiones. Yuyu, yuyu de verdad.

Las personas que mostraron su afición en Conexión Samanta tenían armarios completos de ropa auténtica de bebé para estos muñecos. Centenares de zapatitos que jamás tocarán el suelo. Pero además, los asean cada día, paseos en carritos auténticos por las calles de sus ciudades y les compran juguetes, decenas de ellos, aunque saben que sus bebés nunca jugarán realmente con ellos.

Desde un punto de vista económico, se trata de una afición nada barata. Los precios de estos bebés oscilan entre los 600 y los 3.000 euros, o más dependiendo de la calidad de la pieza. Son pequeñas obras de arte hechas a mano con todos los detalles. ¡Tremendo!

El reportaje iba pasando y yo iba reaccionando y llevando a su justo lugar algo que inicialmente me provocó gran rechazo. Estas personas no están locas, ni mucho menos (alguna habrá como en todos los colectivos). Para la mayoría se trata de una afición, por juego o coleccionismo, por muy rara que me parezca.

Son personas a las que les gustan los muñecos realistas, porque les provocan sentimientos positivos. Y, visto lo visto, me parecen igual de respetables que aquéllas que dedican horas y horas de su tiempo libre y su dinero a comprar piezas de motor para sus coches teledirigidos, o a ensayar durante meses para salir a un escenario a cantar una canción en “mi Carnavaaaal”, o a matar marcianitos o zombies con una videoconsola, pintar figuritas de plomo, o hacer maquetas de aviones y así un sinfín de actividades de ocio.

En éstas, como en todas las demás aficiones que pueden existir, lo importante es disfrutarlas y saber dónde está el límite de tiempo, esfuerzo y dinero que se les dedica. La vida está llena de cosas estimulantes que nos generan momentos tiernos, entrañables, emocionantes, alegres, excitantes, o lo que cada uno quiera sentir con lo que hace. Las mías no son mejores ni peores que las de nadie. ¿Y las tuyas?


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