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Conexión SEFF | La Mostra de Venecia irrumpe en Sevilla en una jornada desastrosa.

Publicado el 18 noviembre 2013 por Jesusteatrero @jesusteatrero
Conexión SEFF | La Mostra de Venecia irrumpe en Sevilla en una jornada desastrosa.
El cuarto día fue particularmente duro, el más exigente de todos. En él pudimos encontrarnos con un premiado y curioso documental que intenta ser más una obra de ficción, con un tedioso ensayo artístico de grandes aspiraciones pero de fondo vacuo, con una obra de naturaleza comercial vestida de cine independiente y con una película basada en un guion complejo pero poco interesante. Comenzamos con el primero, el documental ganador del León de Oro en la pasada Mostra de Venecia: Sacro GRA.
La película del cineasta inédito en España, Gianfranco Rosi es un documental basado en las vidas de un grupo de personas con algo en común: todos viven en el enorme anillo de autopistas que rodea Roma, la llamada "Gra". Todas esas realidades variopintas son apreciadas desde un punto de vista lo más sarcástico, buscando muchas veces la risa ante una situación o personaje, sin duda, algo peculiar. Todo ello presentando una metáfora de la sociedad que se representa de manera distinta según cada una de las personas que desfilan a lo largo del no muy extenso metraje del documental. Como alegoría sobre la vida en la Italia mas periférica el filme funciona y con creces al mostrar con tino la forma de vida de éste curioso conjunto de personajes que van desde un pescador de anguilas hasta un rico que desperdicia su dinero en horteradas para su casa. Todos ellos desmiembran la razón de la crisis social, cultural y económica de Italia, revelándose inconscientemente como parte fundamental y activa del problema.
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La forma de crear el documental es bastante interesante. Observamos un montaje ágil que permite llevar el contenido con un mayor ritmo, evitando lo insustancial y logrando mantener la atención del espectador durante su hora y media de duración, pero ello no permite llegar a conocer bien a los personajes tratados que, en su mayoría, no se muestran mucho más que tres escenas cada uno. Quizás éste problema se podría haber solucionando añadiendo algo de metraje lo que permitiría que funcionase, no sólo como una interesante metáfora, sino también como un documental en sí mismo. Además resulta una auténtica lástima que Rosi dedique el mismo tiempo a personajes menos interesantes, más vacuos, que a los más jugosos. Por ello, y pese a que su fondo crítico y satírico resulta eficaz y es ejecutada notablemente, considero que Rosi deseaba más crear una obra ficcionada con materiales documentales, lo que hace que Sacro GRA funcione a medias, dejando la sensación de haber podido ser algo mucho mayor.
Cuando estaba observando en Stray Dogs como el protagonista devoraba un pollo asado, todo en un primer plano sostenido desde que empieza a comérselo hasta que lo acaba, no podía parar de pensar: Tuvo que ser fácil de rodar. Explicar la sinopsis de ella sería también explicar más de la mitad de la película, así que solamente diremos que la película del taiwanés Tsai Ming-Liang cuenta la historia de un padre y sus hijas que viven en una situación precaria. Argumento mínimo que es narrado mediante largos planos secuencia intercalados con extensísimos planos sostenidos sacados directamente de un estilo más cercano al videoarte que al propio cine.
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El apartado visual de Stray Dogs es portentoso, de una belleza visual impresionante cercana al mejor Wong Kar-Wai. Pero Ming-Liang decide sostener el peso de los 140 minutos de su obra en éste apartado visual, olvidándose de crear una historia, definir unos personajes y suscitar un conflicto, dejando, sólo, una imagen que observar, por lo que obtiene una cinta muy bonita sí, pero que no deja de ser un cuadro, una pintura, no una película. Una obra más cercana al arte pictórico que al cinematográfico. Sus larguísimas (casi) dos horas y media llegan a ser realmente dolorosas y soporíferas. Ming-Liang no crea tensión dramática, sino una sucesión de imágenes simples que buscan explicar, y justificar, la obra premiada en Venecia.
Los pobres actores tampoco pueden realizar un buen trabajo debido a que su actuación se basa en actos tan rutinarios, cotidianos e insignificantes como mirar a una pared, bajarse las bragas, mear e irse de la habitación o comerse un pollo (Cabe decir que jamás había visto alguien comerse una col con tanta pasión, ante ello me quito el sombrero). Durante la película observamos una división clara: mientras una parte se basa en el costumbrismo, otra se apoya en el aspecto onírico. Un estilo, el onírico, que deja ideas bastantes interesantes que pueden permitir al espectador, ya conociendo al personaje en su primera parte adentrarse en su mente. Pero para eso es necesario haber sobrevivido a su primera parte y habiendo visto la película, es totalmente normal y comprensible que el espectador abandone antes de traspasar esta frontera estilística y narrativa imaginaria. Pero lo peor de ello es que si el espectador es lo suficientemente duro como para desentrañar la obra y superar su desarrollo acabará por descubrir el más completo vacío. Estamos ante una película que no aprovecha su potencial y se queda en un "podría haber sido buena". La película es, en su esencia, un simplón drama social de historias mínimas dotado de un peculiar, y ciertamente potente, enfoque artístico que únicamente desorienta y desconcierta al espectador.
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Después de éste tremendo sopor, esperaba algo de entretenimiento en la cinta que concurso en CannesJimmy P., pero la verdad es que me hice demasiadas ilusiones al leer la sinopsis de la guía del festival, en la cual se comentaba que la película de Arnaud Desplechin era cercana a películas como "Un método peligroso, de Cronenberg. Empezaré diciendo que Benicio del Toro, nuestro protagonista, no me causa simpatía. Es un actor que interpreta siempre el mismo papel y ha llegado a un punto por el cual no me creo nada de lo que haga. Pese a que intenté deja de lado mis prejuicios, y confié en mi capacidad de sorpresa, desgraciadamente no se pudo más que corroborar mi tesis. Benicio realiza una pésima interpretación protagonista, interpretación en la que Desplechin deposita en vano su confianza y gran parte del peso del filme, manteniendo la misma expresión y el mismo tono de voz se enfrente al personaje o a la situación a la que se enfrente. Él es así.
Aparte de éste importante punto débil, nos enfrentamos a un interesante duelo de egos. Interesante teniendo en cuenta el matiz narrativo de la película que nos presenta a un psicoanalista contra su propio paciente, pero este conflicto no explota ni se juega realmente haste el final, y cuando ocurre, la película no tarda demasiado en terminar. Mientras tanto no veremos evolución alguna en ningún personaje, simplemente observamos unos actores algo perdidos que se mueven ciñéndose a un guión, sin convicción alguna por su rol. Con ello veremos una estructura de conversaciones sucesivas que intentan descifrar a Jimmy P, el cual resulta poco interesante, bastante insípida y repetitiva. El personaje del doctor resulta curioso y más interesante, pese a que no deja de ser un conjunto de tópicos y clichés.
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Lo mejor de la película podría ser su tono e intenciones que no son más que, simplemente, crear simpatía al espectador. Jimmy P. es la típica obra que pretende sacar a relucir tu lado sensible para que al salir del cine experimentes un sentimiento reconfortante. Palpamos y conocemos dichas intenciones, pero el filme francés no consigue llegar al puerto deseado. Jimmy P. no busca realizar un análisis complicado y profundo de los personajes, sino la felicidad de su espectador. Para terminar me gustaría comentar el papel de ella, la amante del doctor. Es curioso (o no) que una película basada en el miedo a la mujer, al amor o a enfrentarse a sentimientos similares, tenga unos personajes femeninos tan simplones y tópicos. Los personajes femeninos representadas en Jimmy P. están dibujadas con desgana, resultan planas, construidas sin ambición y son concebidas como mero complemento, como mero relleno. Al salir del cine, sentí cierta sensación gratificante pero pasados no demasiados minutos, me invadió la indiferencia ante la arriba comentada obra.
Jimmy P. se iba diluyendo y haciendo cada vez más agridulce en mi mente, así que puse mis esperanzas en la rumana When Evening Falls on Bucharest or Metabolism deseoso de terminar el día con buen sabor de boca. Me gustan mucho las películas basadas puramente en el guion como por ejemplo la trilogía Antes del... de Linklater o Doce hombre sin piedad de Lumet. Cuando se tiene un gran guion, lo demás carece de importancia, incluso sobra. Cuando tienes un dialogo interesante, emocionante, atrapas los sentimientos del espectador y capturas su atención. ¿Entonces en qué falla esta película con un título tan grande y pretencioso?
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Planos secuencias sostenidos en los que los personajes no paran de hablar. El director considera que su opinión sobre diversos temas debía ser representada y escuchada por el espectador, poniendo en el papel del actor sus opiniones en un ejercicio clásico de egocentrismo fílmico. Crea un personaje con la voz del director/guionista y lo mantiene como el eje representante de su película. No creo que sea una mala idea basarse en sus propias ideas o vivencias para hacer una película, pero si solamente tienes ideas de carácter meramente personal y no existe nada más, ahórrate la película y me cuentas estas ideas en una conversación en el bar de enfrente. Además aquí todos los demás personajes deben admirar al protagonista, rotan a su alrededor. Una de las frases mil veces repetidas a lo largo de la película es: "Usted es un gran director". En su película lo podrá ser, pero en la realidad Sr.Purumboiu, no lo demuestra.
Los actores tienen el gran trabajo de aprenderse todas las líneas de guion en los planos secuencias, algo realmente digno de admiración, quizás por ello su capacidad de producir sentimientos, de emocionar resulta francamente nula. En general el largometraje resulta fallido, con ideas interesantes perdidas en el limbo por un ego no controlado y una desmedida repetición que hacen del inicialmente verborreico e interesante juego metacinematográfico, un olvidable ejercicio de prepotencia. Fue un día bastante catastrófico que mejoró en la siguiente jornada donde pudimos ver: Northwest, In Bloom, The Police Officer's Wife y We are the best!.

Nacho Vázquezredactor enviado al SEFF 2013 | Sevilla


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