Confesión en 3..2..1..

Por Rebeca Ramos @smallish_meme

Tengo claustrofobia, y cuando tengo que pasar por un artilugio médico como son las resonancias magnéticas, lo paso realmente mal.

Por eso, cuando vi cómo habían decorado el área de diagnostico por imagen en el Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues, casi me pongo a aplaudir delante de la televisión.

Quien ha pasado alguna vez por este área hospitalaria a realizarse una resonancia magnética (se me ponen los pelos de punta de sólo pensarlo) o un TAC, sabe de lo que hablo.

Imagina: una sala enorme, en la que una gran máquina lo ocupa todo, un ruido ensordecedor, olor a hospital, y la obligación de introducirte en un pequeño espacio, en el que no puedes ni debes moverte. Horrible.

Cuando vi esta iniciativa de HP me pareció que era digno de mención, facilitar las cosas a los niños que deben pasar por este mal trago, ya tienen bastante los pobres con estar enfermos.

De este modo, tienen la impresión de estar entrando en una nave espacial, y hacer un viaje sideral, o de entrar en un barco pirata, o incluso de estar bajo el mar.

Según dicen, con la nueva decoración los niños quedan fascinados, colaboran y no tienen miedo, lo que se traduce en una disminución del 18% en el uso de la anestesia, además se han reducido las pruebas que hay que repetir por falta de colaboración de los peques.

¿Para cuando algo así para los mayores?