Título Original: Kokuhaku
Año de publicación: 2008
Autor: Kanae Minato
Nº de páginas: 248
Editorial: Nocturna ediciones
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788418440243
Traductor: Rumi Sato
Fecha de lanzamiento: 04/10/2021
Sinopsis:
El último día de clase, la profesora Yuko Moriguchi anuncia a sus alumnos que deja la escuela. Todos saben el motivo: no han pasado más que unos días desde que su hija de cuatro años apareció ahogada en la piscina del colegio, en apariencia por accidente. Sin embargo, Yuko sabe que la verdad es muy distinta: la mataron dos alumnos de esa misma clase. Y a ella no le interesa buscar justicia. En realidad, prefiere venganza. De esta última lección de Yuko nadie saldrá sin cicatrices; al fin y al cabo, todo el mundo tiene algo que confesar.
Opinión:
No he tenido muy buenas experiencias con la literatura de autores orientales. Que haya leído más allá de los mangas, destaco El castillo de los búhos y Fuego cruzado, pero ambas me parecieron obras entretenidas y poco más. A eso hay que sumarle mis prejuicios acerca del cine japonés, siempre tan intimista, y el resultado es que he leído muy pocas obras de autores de esta nacionalidad. Es por eso que cogí esta lectura con bastante recelo y pocas expectativas, algo que al parecer ha jugado a favor de la novela, que me ha sorprendido gratamente.
Sin perder la esencia de lo que nos tiene acostumbrados la narrativa japonesa, obras intimistas y reflexivas de personajes, el libro logra aunar muy bien esos elementos con el thriller, pues también hay varios giros que no me vi venir y que me pillaron totalmente desprevenida. La novela te engancha porque no sabes muy bien con qué te sorprenderá a continuación, pero sobre todo, porque quieres saber qué pasará con los personajes. Es corta y la premisa es simple, pero pese a eso está llena de sorpresas.
La primera parte de la novela (está dividida en seis partes, cada una narrada por un personaje distinto) ya te demuestra que no estamos ante un thriller al uso: mediante un monólogo expositivo, una profesora anuncia el último día de clase que sabe cuál de sus alumnos mató a su hija, y no solo revela su identidad, sino también como lo hizo. Pero en lugar de denunciarle a la policía que no será muy severa porque es menor de edad, lleva a cabo su propia venganza. Llegados a este mundo, pensaba que el resto de la novela trataría de la profesora, pero nada más lejos de la realidad, porque la venganza es bastante simple y lo que viene a continuación son las consecuencias.
Creo que falta mucha literatura de consecuencias. Los autores tienen la tendencia de centrarse mucho en las tragedias, pero se olvidan de la gente que tiene que seguir viviendo una vez ha terminado todo. ¿Cuántas novelas policíacas habéis leído con esta perspectiva, donde el crimen se resuelve al inicio y el resto de la novela es cómo los personajes lidian con esa resolución? En mi caso, esta es la primera.Como ya he comentado, me han gustado mucho los giros, uno al final de cada parte, pero también me han gustado las críticas y reflexiones que encierra la novela. La escuela, el marco en el que se desarrolla toda la historia, es esencial. Por una parte, conocemos un poco más de la realidad estudiantil en Japón, cómo se exige demasiado a los jóvenes, agobiados por las expectativas de los padres, así como por el afán de competitividad que tanto se fomenta. Que muchos niños vayan a clases de repaso después de cenar me parece inhumano. ¿Y qué niño español leería a los trece años Las penas del joven Werther y lo sería capaz de comprenderlo? Pues aquí es lectura obligatoria
Más allá de eso, también hace una crítica al creciente poder de los padres por encima del de los maestros, cosa que hace que estos actúen con pies de plomo, no quedándose a solas con alumnos del género contrario, por ejemplo. También habla sobre la desmotivación de los profesores y de cómo por mucho que quieras hacer bien tu trabajo, no puedes actuar como padre de todos esos niños, porque se te irá la vida en ello.
El segundo gran eje temático de la obra es la crítica al sistema judicial y a lo laxas que son las leyes con los menores. Este es un punto en el que nunca me había detenido a pensar y eso que es bastante conflictivo. Por supuesto que se debe dar la oportunidad de reformarse a los criminales y que a veces sus crímenes son por falta de madurez, pero eso no lo señala tu edad. Hay adultos muy inmaduros y jóvenes que no van a cambiar nunca. ¿Por qué los primeros no merecen una segunda oportunidad, pero los segundos sí? No me gusta la decisión que toma la profesora, pero la comprendo, porque en estos casos es muy tentador tomarte la justicia por tu mano. Esto se relaciona con el tema de la venganza, otro de los puntales de la obra. Al centrarnos en las consecuencias de la venganza, no se desarrolla tanto el mensaje de "la violencia solo genera más violencia", sino el de "cualquier venganza ocasiona siempre daños colaterales".Los personajes están muy bien escogidos, pues cada uno de ellos aporta una perspectiva distinta, no del conflicto, que es lo habitual, sino del desarrollo de la historia; no conocemos qué estaba haciendo cada personaje en un momento concreto, sino que van tomando el relevo unos a otros para proseguir la historia. Además, están bien caracterizados, pero me ha faltado profundidad, quizás porque la extensión de la obra no permitía más. Otro problema que he tenido es que los niños no me han parecido realistas, tanto por su comportamiento ta maduro como por la formalidad a la hora de expresarse y los conocimientos que demuestran. Comparo a los alumnos de esta clase con los míos de 1º de la ESO y no hay color. Podría ser que en Japón, donde el nivel de exigencia es tan elevado, sean así, pero yo no me lo he creído.
Como ya he indicado, el libro se divide en seis partes y cada una explora un personaje distinto (excepto uno que repite). Ninguno de estos personajes es realmente positivo, hasta el punto de considerarlos a todos criminales o como mínimo, criminales en potencia. Así, puede que al principio estés de acuerdo con sus actos porque tienen todo el sentido del mundo, pero a medida que avanzas, sin que te lo digan, solo al ver las consecuencias, te vas percatando de que lo que hacen está mal.
En primer lugar, tenemos a la profesora, una madre soltera (algo mal visto en Japón, por desgracia) capaz de lograr que nos encariñemos con su hija en un par de páginas. No llegaremos a conocer sus verdaderos pensamientos, porque todo se articula en torno al monólogo inicial, pero sí su ideología y perspectiva de la vida. Me ha gustado lo bien que construye su discurso y cómo va hilando y recuperando detalles que parecían sin importancia.
En segundo lugar, tendremos el punto de vista de una alumna que me pareció demasiado madura para su edad. Es la parte que menos me ha interesado, pese a que retrata muy bien la crueldad infantil.
A continuación tenemos la perspectiva de una madre abnegada. Este tipo de figuras suelen ser positivas, pero aquí no lo es en absoluto. No es una mujer estricta y autoritaria, al contrario, es una madre amorosa que da completa libertad a su hijo, tiene una fe ciega en él y le permite cualquier cosa, pero al mismo tiempo vive completamente supeditada a él y besa el suelo que pisa.Por último, se retratan de manera muy fiel dos perfiles psicológicos: el de un obsesivo-compulsivo (aunque con menor profundidad) y el de un psicópata, sin caer en los estereotipos de siempre.
Como detalle, me gustaría comentar que me parece que la edición está muy cuidada, pues cuenta con papel de calidad, de ese que sientes crujir en tus manos y también se señala la separación de cada parte con una página en negro, algo que encaja muy bien con la turbia atmósfera que envuelve a la novela.
En conclusión, estamos ante un buen thriller que, pese a su breve extensión, cuenta con varios giros que te sorprenderán. La trama es sencilla, pero precisamente eso permite desarrollar mejor los personajes y profundizar en reflexiones como la laxitud de la ley con los menores, así como criticar la indefensión del profesorado japonés. Es una novela atípica del género, tanto por su ritmo más pausado como por su peculiar estructura, en la que se desvela a los criminales al inicio para explorar las consecuencias de la revelación.
Cosas que he aprendido:
- En Japón no puede quedar a solas un adulto con un menor del género opuesto.
- En Japón las madres solteras están muy mal vistas, así como el VIH.
- La venganza siempre genera daños colaterales.
Y ya para terminar, os dejo con mis avances en Goodreads:
PUNTUACIÓN...4/5!
Primeras Líneas...