Nació el 16 de diciembre de 1865, en Vígolo Vattaro, y fue llamada Amabile Lucia. Al sufrir la dominación austríaca, muchos tridentinos emigraron rumbo a Brasil. La familia de nuestra santa lo hizo en 1875, fundando la ciudad de Nueva Trento, en el estado de Santa Catarina. Amabile recibió la primera comunión a los doce años, y desde entonces comenzó a participar en su parroquia impartiendo el catecismo, visitando enfermos, ayudando en la caridad o limpiando la capilla, lo que le pidieran. Según crecía en edad, crecía en gracia y su caridad se iba haciendo más heroica.
En 1890 junto a su amiga, Virginia Rosa Nicolodi acoge a una enferma terminal y desahuciada, iniciando su obra fundacional de la Congregación de las Hermanitas de la Inmaculada Concepción. En 1895, luego de tener la aprobación diocesana, ella y dos amigas más reciben el hábito y pronuncian sus votos, tomando el nombre con el que la conocemos: Paulina del Corazón Agonizante de Jesús. Pronto tuvieron muchas vocaciones para consagrarse a la obra de los pobres y los enfermos. En 1903 funda en Ipiranga, Sao Paulo, donde las religiosas comienzan a ocuparse de los huérfanos y de los ex-esclavos que nadie atendía y habían quedado sin protección alguna, siendo muy mayores para trabajar. Aunque había sido nombrada Superiora para siempre, en 1909 el arzobispo de San Pablo, Don Duarte Leopoldo e Silva la destituye de su cargo, por incomprensiones y calumnias, tan típicas de la vida religiosa. La Madre, se va a Bragança Paulista, donde atiende a los enfermos y ancianos del asilo San Vicente de Paul, como una religiosa más, sin hablar más de cargos o puestos. Ora, trabaja y sacrifica por todos, siendo su divisa "que Nuestro Señor sea conocido, amado y adorado por todos en todo el mundo".
En 1918 fue llamada por la superiora general, la Madre Vicencia Teodora, a la Casa Madre en Ipiranga, encomendándosele la asistencia de las Hermanas enfermas. Allí continúa una vida de piedad y penitencia, teniendo grandes ratos de oración sin descuidar sus labores. En 1933 el Vaticano conceció a la Congregación un "Decreto de Honor", por los 30 años de la fundación de su Casa Madre en Ipiranga. Ese decreto la llama "Veneranda Madre Fundadora". En 1938 su salud se resiente muchísimo a causa de la diabetes aguda que padece. Hubo de sufrir la amputación de un dedo, luego un brazo, para finalmente terminar sus días ciega. En 1940 la Madre Paulina redacta el testamento espiritual que quiere legar a sus hijas, en el que escribe: "Sed muy humildes. Confiad siempre y mucho en la Divina Providencia; nunca, jamás, os desaniméis, aunque vengan vientos contrarios. Nuevamente os digo: Confiad en Dios y en María Inmaculada; manteneos firmes y !adelante!".
Entró al cielo la santa fundadora el 9 de julio de 1942, luego de exclamar "Hágase la voluntad de Dios". fue beatificada por el papa Juan Pablo II en 1991. La canonizó el mismo papa en mayo de 2002.
A 9 de julio además se celebra a
San Juan de Colonia, dominico mártir.Santos Patermucio, Copretes y Alejandro, mártires.