Reinaldo Iturriza López.
Entre comunicado y comunicado sobre el estado de salud del comandante Chávez, presas de la angustia y la expectativa (que es una suerte de suspensión del tiempo), corremos el riesgo de perder de vista cuánto ha cambiado la situación política desde el 7 de octubre pasado (y luego desde el 16 de diciembre), y no alcanzamos a tener una idea clara de cuánto cambiará en los próximos meses, semanas y días. Esto último, por cierto, tratándose del futuro, es infinitamente comprensible. Pero si la incertidumbre nos asalta con razón, debemos permanecer atentos a las certezas. La más importante de ellas: aunque permanecemos a la espera, lo que se ha producido es una aceleración del tiempo. Las cartas se acumulan rápidamente sobre la mesa y vienen tiempos de desenlace.
Revista América Latina
Posted on 11 enero, 2013 by juanmartorano