¿Alguna vez has tenido la sensación de que te han vendido la moto? Si, si, “la moto”, esa que nadie quiso, esa que nadie compró porque era un verdadero robo y en cambio, fuiste tú, la compraste e incluso le diste las gracias por habértela vendido.
Esa es la sensación que yo tengo cada vez que alguien en quien he confiado, me da una soberana patada en el culo. Esa es la cara de idiota que se me queda cuando me doy cuenta de que me han puteado y yo, muy educadamente, se lo he agradecido.
A veces me pregunto, ¿en quién se puede confiar? Me gustaría que hubiese en algún rincón de este desordenado mundo un libro o algo en el que apareciese el nombre de aquellos en los que se puede confiar.
Si tienes una amiga y eres totalmente sincera cuando te pide opinión, antes o después se va a enfadar, porque ella lo que busca es escuchar de tu boca lo que ella quiere y no lo que tu realmente piensas…. y si no eres sincera, ¿alguien me puede explicar que tiene eso de amistad?
Posiblemente nos resulte más fácil confiar en aquellos que, desde nuestro punto de vista, tenemos cogidos por donde duele. Esos que si se van de la lengua pueden sufrir consecuencias nada agradables. Pero en el fondo es triste saber que tu mejor amigo, es tu mejor amigo simplemente porque de ello depende el bienestar de sus pelotas!!!!!!!!!!